Njambre coworking
Tenía la teoría y conocía los beneficios del coworking, pues mucha de mi lectura de procrastinación tiene base en revistas digitales del estilo de Fast Company, pero faltaba la práctica. Njambre fue un excelente acercamiento a una oficina de trabajo compartido.
El espacio está dirigido por Federico Seineldin — reconocido emprendedor de Rosario — quien creó este primer coworking en la ciudad y fue expandiendo el proyecto no sólo geográficamente, sino también hacia áreas como la aceleración o incubación de empresas
Tratando de ser objetivo, hasta ahora Njambre parece ser uno de los coworkings más logrados — con una visión bien clara —
Si bien en Relinchos laburamos en nuestra oficina, de vez en cuando nos hacemos una escapada para proyectos puntuales. Es un buen vicio que deviene de la modalidad freelance con la que tan bien me llevo
A veces en casa, a veces en parques, a veces en la oficina, a veces en bares. La variedad alimenta el espíritu, y en esa variedad también estuvo Njambre
Llego al espacio gracias a Dotspin, una StartUp con base en Rosario, Argentina, orientada el mercado de la fotografía digital. La empresa funcionaba en el coborking, así que allí mismo comenzamos a trabajar en el diseño de ux para el front-end de la aplicación web, y en la comunicación y generación de contenido
Como dato anecdótico, en Argentina solemos saludarnos con un beso cuando llegamos a algún lugar. grata costumbre — que algunas culturas no comparten — aunque puede resultar ardua dependiendo de las dimensiones del grupo. Esa misma semana empecé a conocer gente interesante, saber en qué trabajan, a qué se dedican, y a dar cotidianamente unos 15 besos en promedio
Además de Dotspin… Arbusta, Banana Desk y Plus Global fueron algunas de las empresas que conocí a través de Njambre; y las personas con las que compartí experiencias de trabajo (Mauro Zadunaisky y Fausto Woelflin…), continuaron siendo de gran ayuda en otros proyectos paralelos
En Njambre lo validé: trabajar en espacios compartidos sirve muchísimo para abrir la red y obtener nuevo know-how
Aunque ahora estoy alejado físicamente de este coworking, todavía sigo conectado y puedo ver cómo la comunidad continúa creciendo, mostrando una buena diversidad y movimiento de empresas, gente e ideas
Muy tentador para estar cerca
La comunidad empezó a expandirse desde Rosario (incluso con un espacio en la UNR) y saltó a Buenos Aires; así que quien tenga un Njambre a mano, que lo pruebe aunque sea por un tiempo y después me cuenta
Conversar, aprender, colaborar, compartir, enseñar, divertirse. Njambre fue el espacio ideal para experimentar por primera vez todo lo que puede ofrecernos una experiencia coworking.
