Su último regalo

German Velez
Remembering Deborah Aguiar-Vélez
13 min readDec 29, 2016

(Traducido del artículo original “Debbie’s last gift”)

Debbie era conocida por algunos como una gran oradora y por sus discursos llenos de inspiración. La mayoría de sus discursos eran basados en su experiencia personal. Pero aún sin los discursos, Debbie era una inspiración para muchos por la forma en que vivió; y esa inspiración continúa luego de pasar a su nueva vida en la gloria del Señor. Pero antes de entrar en eso, les voy a contar acerca de su personalidad.

Se dice que polos opuestos se atraen. No éramos necesariamente opuestos, pero definitivamente nos complementábamos. Como todos sabemos, Debbie era una planificadora y, como tal, ella esperaba que todo el mundo debiera tener un plan. Por lo contrario, a mí me gusta improvisar; y por tanto le añadía un poco de caos a sus planes. Pero lo que muchos no saben es que a ella también le encantaba tener la última palabra. Por ejemplo, en un lindo domingo en la tarde, le propongo dar un paseo. Quince minutos en el camino Debbie me pregunta; “¿Para dónde vamos?” a la cual le respondo “Para ningún sitio en particular, donde el espíritu nos lleve”. Bueno, eso era veneno para sus oídos. “¿Que qué? ¿No tienes un plan?” — “Pues seguro que sí, guiar sin rumbo y disfrutar de la tarde y del paisaje”. Aquí era que empezaba la roña por la falta de un plan al cual después de un minuto o dos yo le respondo, “¡Ok! Tengo un plan!” Y me dirijo de vuelta a la casa. Claro está, como ella ya estaba contando con el paseo, aquí viene la segunda roña; “Cómo va a ser que nos quedemos en casa en una tarde tan hermosa”. Para calmar la situación, le digo que no todo tiene que ser planeado y la convenzo de que ella no tiene que controlar todo lo que pasa. Que de vez en cuando hay que dejar que te lleve el viento. Ella acepta y quince minutos en el paseo me dice “Bueno, y ¿para dónde vamos?”. Le doy un mal de ojos y me responde: “¡Estoy bromeando!” ¿No les dije que le encantaba tener la última palabra?

Pero volviendo a Debbie, ella usaba su experiencia en la vida para inspirar a otros y aun en su fallecimiento ella nos sigue inspirando. Entre los temas para reflexionar están los siguientes: que "Dios siempre tiene un plan", que "Él responde a nuestras plegarias", y que "Su plan será revelado cuando estemos listos para entenderlo".

Debbie pasó mucho tiempo con dolor el cual la restringía y la llenaba de tristeza. Como muchos de ustedes saben, ella estaba en movimiento constante (24/7), planificando, escribiendo artículos, ayudando a los demás, haciendo discursos, y la idea de sentarse a ver televisión todo el día le caiga como bomba. Pero pasó el tiempo y ella sentía que era hora de irse al cielo y comenzó a despedirse; a través de Facebook, email, y en persona. Muchos no visitaron y oraron con y por ella.

Durante unos cuantos meses antes de su muerte, ella solía preguntar por el mes y el día casi diariamente. No estábamos seguros porqué ella estaba preguntando, pero de alguna manera ella sentía que su ultimo día iba a ser en el mes de septiembre. Tal fue el caso que le pidió a mi hermana que viniese durante el fin de semana del Día del Trabajo para que estuviese conmigo pues estaba preocupada de que yo no iba a poder manejar su partida (tal vez ella estaba esperando morir ese fin de semana). Pero el fin de semana pasó y mi hermana volvió a su casa; y Debbie todavía estaba viva. Eso la molestó. ¿Cómo es que todavía estoy por ahí?, me preguntaba con frecuencia. Al final, ¡Dios tenía un plan!

En un momento dado Debbie me dijo que Dios la estaba castigando. Esto me puso a pensar, ¿cómo puede ser que una persona que ama tanto a Dios pueda pensar de esta manera? Esto tenía que ser los efectos de las drogas que estaba tomando para el dolor. Pero no podía descartarlo por lo que le pregunté por qué ella estaba siendo castigada, y me dijo, "Porque estoy tratando de ser Dios". Esto me sonó absurdo, pero, de nuevo, esto tenía que ser los efectos de la medicina. Ah sí, ¿les mencioné que Dios tenía un plan?

Así que Dios tenía un plan, pero no tenemos idea de cuál era. Supuestamente el plan será revelado en algún momento. ¿Qué tal la respuesta a nuestras plegarias? Pues bien, desde hace ya bastante tiempo, unos cuantos amigos han venido a orar para que Dios la sanara. Pero las semanas pasaban y Debbie seguía enferma. ¿Sera que Dios no nos está escuchando? Bueno, un pequeño detalle que se me ha olvidado mencionar es que Dios contesta nuestras plegarias de acuerdo a sus planes. Es la diferencia entre lo que queremos y lo que necesitamos.

Y aquí vamos otra vez, ¡Dios tenía un plan!

Mientras que las plegarias para que Debbie fuese sanada se llevaban a cabo, sentí que la curación no era parte del plan de Dios, así que comencé con mis propias plegarias por mi lado. Oré para que Dios hiciese su voluntad (curarla o llevársela) y para que nos dé la fortaleza y ​​la perseverancia para manejar y aceptar esa voluntad. Mis oraciones se prolongaron por unos cuantos meses y una semana antes de su muerte, pude sentir que su dolor estaba empeorando así que añadí a mi oración que si su plan era mantenerla viva un poco más tiempo que por favor terminara su sufrimiento y le dejara vivir el tiempo que le quedaba sin dolor.

Pues bien, y en resumidas cuentas, ¿Dios contestó mis plegarias? Vamos a ver. Dos días antes de su muerte (lunes por la mañana), me senté junto a ella y me dijo que me amaba y nos besamos. Pero este no fue el beso de costumbre. Por los dos últimos meses, ella cerraba los ojos y volteaba la cabeza y dejaba que la besara en la frente y las mejillas. Esta mañana en particular frunció los labios y nos besamos de verdad por primera vez en 6 semanas (desde que quedó confinada a la cama). Nos quedamos juntos durante unos minutos y luego me preguntó cuándo venía la enfermera; "En dos horas", le dije. También me preguntó si su hermana Noemí iba a venir el jueves como estaba planeado y le dije que sí. Entonces ella empezó a decirme que llamara al hospital para que enviaran una enfermera cuanto antes. En ese momento, sentí que algo no estaba bien, así que le envié un mensaje a Noemí de que Debbie estaba pidiendo una enfermera y esto se sentía fuera de lo normal. La enfermera llegó y Debbie ya estaba inconsciente. Por primera vez, Debbie estaba sin dolor. No exactamente lo que le yo estaba pidiendo en mis oraciones, pero ya que las plegarias son contestadas según Su plan, supongo que debería tomarlo como la respuesta a mi oración.

Entonces, después de todo, ¿Dios realmente tenía un plan? ¡Si! ¿Y llegó a revelarme ese plan? ¡Si! ¿Y respondió a todas mis plegarias? ¡Una vez más, sí!

Vamos a empezar con el plan que Dios tenía para Debbie, según yo lo entiendo. Debbie se graduó de esta vida y fue promovida al cielo. En algunas de sus publicaciones de Facebook, ella dijo que estaba satisfecha con su vida; en sus palabras, había empacado 100 años de vida en 60. Debbie sabía que estaba siendo llamada pero de alguna forma Debbie malentendió la fecha de la mudanza, o los planes cambiaron un poco. Así que septiembre no era, como ella esperaba. Ahora, ¿recuerdan la conversación en la cual ella decía que estaba siendo castigada porque estaba tratando de ser Dios? Bueno, en primer lugar, Dios no castiga. Más bien, como un buen padre, Él reprende; y Debbie, siendo como sabemos que era (la planificadora y controladora que mencioné al principio), estaba diciéndole a Dios que estaba lista para irse a mediados de septiembre. Pero Dios le dijo, "Un momentito, mi plan es diferente! Así que cógelo con calma y deja que el viento te lleve de vez en cuando. No tienes que controlarlo todo. ¿Suena familiar? Pensando hacia atrás, Debbie me dijo un par de veces después de la conversación de que Dios la estaba castigando, que yo tenía razón. En ese momento yo no podía entender lo que quería decirme, pero ahora sí sé. Dios le estaba diciendo lo mismo que yo le decía acerca de tratar de controlarlo todo.

Asi que la fecha de su partida fue de acuerdo al plan de Dios, pero ¿qué pasó con todas mis plegarias? Pues bien, la oración sobre "eliminar su dolor" podemos decir que fue contestada, y aquí está la otra; "Danos la fortaleza para aceptar Tu voluntad". El día de su muerte, mis amigos de la iglesia pasaron por la casa con vino y pizza para levantarnos los ánimos. Nos comimos la pizza y brindamos por Debbie. Pasamos un buen rato y cuando era hora de partir, uno de mis amigos me dijo que estaba inspirado por lo bien que yo estaba tomando la situación. Que durante todo el proceso no había perdido mi sentido de ser. Que si él estuviese en la misma situación lo más probable es que se hubiese escondido de todo el mundo. Le dije que no tenía idea de cómo he sido capaz de hacerlo, pero que le daba gracias al Señor por darme la fortaleza que necesitaba. Y entonces caí en cuenta; el Señor respondió una vez más a mis plegarias! En realidad, nuestras plegarias porque sé que algunos de ustedes, han estado orando para que Dios nos dé fortaleza. ¡Y por eso estoy muy agradecido!.

Pero ¿Cómo es posible que el sufrimiento de Debbie fuese parte del plan de Dios? Esa es una pregunta difícil. Pero creo que esto ha sido para nosotros; esta comunidad de amigos. Por primera vez, hemos estado y seguiremos unidos en oración y de seguro esto agrada al Señor. Y el sufrimiento era necesario porque en primer lugar, Debbie fue muy especial y el Señor necesitaba algo dramático para llamar nuestra atención. OK, pero ¿por qué Dios no se la llevó en septiembre y terminó con su sufrimiento? Bueno, tal vez Él estaba esperando que yo se lo pidiera (¿recuerdan la segunda parte de mi oración?), pero también para despertarnos, a mí y a los muchachos. ¿Cómo? Aquí va.

Otra parte de Debbie era que no le gustaba ver a la gente sufrir. Alrededor de dos o tres semanas antes de morir, ella insistía que la llevara al hospital. Cuando le dije que yo podía cuidar de ella mejor que cualquier hospital, ella me contestó que no quería que yo sufriese. La miré fijamente y de la nada, le contesté, “Jesucristo nos dice que tomemos nuestra cruz y lo sigamos. Tú eres mi cruz y la llevo con alegría porque Jesús sufrió en la cruz y sacrificó su vida por mis pecados. Mi sufrimiento es nada comparado con lo que El hizo por mí, así que quiero ofrecer este sufrimiento como un sacrificio para la Gloria de su nombre”. Con estas palabras se detuvo y reflexionó; se podía oír las poleas de su cerebro dando vueltas. No puedo decir qué me llevó a decir lo que dije, pero en ese momento sentí que Dios puso estas palabras en mi boca para hacerle saber cuánto la amaba; el juramento que le hice en aquel día, 40 años atrás, cuando me comprometí a “amarla y respetarla en salud y enfermedad hasta que la muerte nos separe”. Entonces comprendí que su sufrimiento pude entender mi promesa de amor, y en mi sufrimiento sentí la presencia del Señor que me decía que todo iba a estar bien porque Él siempre estará a mi alrededor. Algunas veces al frente para guiarme, otras veces detrás para animarme, y otras veces junto a mí para tomarme de la mano.

Entonces su sufrimiento era para despertarme, ¿pero qué tal los muchachos? Pues bien, nuestra familia es joven, Raquel y Max han estado casados ​​por sólo 4 años y Cristina y Tony por menos de uno, lo cual no es mucho tiempo para desarrollar un vínculo profundo como familia. Pero tengo que decir, que con lo que hemos pasado con Debbie en los últimos meses, estamos más fuertes y hemos desarrollado un vínculo más profundo, lleno de amor y comprensión. Creo que Dios quería que Debbie viese esto antes de llevarsela y esto necesitaba tiempo. Además, ¿recuerdan mi oración acerca de la fortaleza para aceptar su voluntad? Dios no nos dio esa fortaleza el día que Debbie murió; El usó esas semanas para entrenarnos. Fue un período de altas y bajas, frustrante de seguro. Pero mirando hacia atrás Dios nos estaba preparando no sólo para aceptar su voluntad, pero para ser capaz de manejarla. Ahora yo sé que Dios nos ama y él estará con nosotros por el resto de nuestras vidas.

Muy bien. Pero entonces, si mi plegaria sobre “el dolor” fue contestada el lunes, ¿por qué esperar hasta el miércoles? Eso fue para mí y su hermana Noemí. Después que le dije a Noemí de la condición de Debbie ese lunes por la mañana, ella adelantó su viaje del jueves y llegó el martes. Dios hizo esto para que Noemí pudiese ver a su hermana antes de partir pero también para que estuviese cerca de mí cuando llegase el momento de la partida en la mañana del miércoles. Yo no sé cómo hubiese reaccionado si Noemi no hubiese estado conmigo. ¡Y por eso le doy gracias al Señor!

Espero que estas palabras sobre la muerte de Debbie nos hayan enseñado algunas lecciones; entre ellas que Dios siempre tiene un plan, que ese plan será revelado cuando estemos listos para entenderlo, y nuestras plegarias serán contestadas según Su plan.

Algunas personas me han preguntado si Debbie se fue en paz. Tengo que decir que si se fue en paz; pero no calladamente. Noemi se regresaba a Puerto Rico el jueves por la mañana y ella mantenía que no había visto a Raquel (nuestra hija mayor) en más de cinco años. Resultó que Raquel venia para estar con nosotros y el único vuelo razonable que pudo encontrar fue llegando a las 8:00 de la mañana y Noemí estaba abordando a las 8:40. Como pueden imaginar, esto iba a estar apretado, sabiendo que no hay garantía de que el vuelo llegue a las 8:00 y que los terminales estén lo suficientemente cerca para correr del uno al otro. Vuelos hacia el Caribe siempre salen del terminal D y los vuelos de San Francisco por lo general llegan en el A o el B; en lados opuestos del aeropuerto. Así que por la mañana, después de unos momentos de tensión y texteando de un lado a otro, Raquel llegó y resultó que su vuelo llegó en el mismo terminal que el de Noemi. Por encima de eso, el vuelo de Noemi fue retrasado media hora por lo que las dos pudieron reunirse y charlar por un buen rato. ¿Coincidencia? No lo creo. Eso suena como un plan muy elaborado para ser coincidencia y sólo puedo pensar en una persona que planea de esa manera. ¡Debbie, por supuesto!

Ella tuvo que dejar su marca de alguna forma y, como he mencionado antes, tener la última palabra! Pero por supuesto, ¡eso no podía terminar ahí!

Tengo una amapola que mi hija Cristina me regaló el año pasado para el día de los padres. Es una de esas podada en forma de árbol. Como sabemos, las amapolas son tropicales y les encanta el sol y el calor y por supuesto la planta estuvo florecida durante todo el verano del año pasado. Este año, por alguna razón, no había florecido. En más de una ocasión me queje con Debbie de que la amapola no había florecido todavía. El verano pasó y ni una florecita. Y ya estamos en octubre y está demasiado frío para florecer. Pero sigo regándola; es mi rutina y terapia. Creo que la regué por último el lunes o el martes antes de la muerte de Debbie y, como siempre, la rebusqué para ver si tenía capullos; lo cual sabía que iba a ser misión imposible ya que está demasiado frío. Pero el viernes después de la muerte de Debbie la regué otra vez mientras mis hijas estaban en el cuarto de las plantas. Mientras estoy regando la planta, comienzo a decirles a las niñas que la planta no ha florecido en todo el año. De repente, allí estaba, un capullo. No podía tener más un par de días. Entonces me di cuenta que este era un mensaje de Debbie para mí. Ella sabía que yo iba a encontrarlo, porque esa es mi rutina. El mensaje que leí fue "Estoy bien. Cuida de los muchachos. Sé que te esta amapola es tu favorita asi que cada vez que florezca recuerda lo mucho que te amo."

Una vez más, las manos de Debbie estaban aquí. No podía irse calladamente. Ella tenía que tener la última palabra! ¡Pero no más! Como ven, ahora que he hecho este discurso para celebrar su vida, puedo decir con certeza que finalmente yo soy el que tuve la última palabra.

Pero ¿es esto cierto?

En la madrugada del viernes, cuando encontré el capullo en la amapola, desperté alrededor de las 3 de la mañana. Esto no es raro para mí, pero lo que es raro es que no podía volver a dormir. Mi mente estaba bombardeada con mensajes que no podía sacudirme. Mensajes como "Dios tenía un plan", "el plan será revelado", "Dios respondió a tus oraciones". De alguna manera sentía que necesitaba hablar de ellos, así que pensé que simplemente diría unas palabras durante el funeral de Debbie y caso cerrado. Pero los mensajes siguieron dando vueltas en mi cabeza por el resto de la mañana; así que me di por vencido y me levanté. En la noche siguiente, en la madrugada del sábado, la misma cosa. Esta vez me desperté a las 2 con los mismos mensajes en mi cabeza, pero con más sustancia. Así que decidí que mejor me levanto y los escribo y quizás pueda dormir mejor la próxima vez. Así que me senté en mi computadora en la mañana del sábado por 7 horas seguidas.

Terminé con el discurso y ahora esperaba poder dormir ya que las palabras y los mensajes fueron escritos. Bueno, pude dormir mejor, pero no tan bien como esperaba. Me desperté un par de veces sintiendo que el discurso podía utilizar algunas mejoras. Así que comencé a editarlo el domingo por la mañana, antes y después de ir a la iglesia. Lo leí unas cuantas veces más, reorganizándolo y cambiándolo aquí y allá. Cada vez que lo leía, me reía en algunos lugares, lloraba mucho en otros, y me sentía inspirado en otros. Estaba muy orgulloso de lo que había escrito. Como algunos de ustedes saben, no soy el tipo de hacer discursos; Debbie era la graduada de oratoria y la que daba discursos. Pero de alguna forma, este discurso se parecía mucho a algo que Debbie hubiera escrito. Y entonces, caí en cuenta. ¡DEBBIE ESCRIBIÓ ESTO! ¡Este es su discurso! No pude dormir durante tres noches porque ella me estaba empujando para que escribiese el mensaje que quería transmitir; su último regalo para todos nosotros.

Al final, ella ganó. Ella tuvo la última palabra, ¡otra vez!

Para terminar, quiero darle gracias a cada uno de ustedes por sus oraciones, su apoyo para nuestra familia durante este período, y su amistad. Pero sobre todo, quiero darle gracias a Dios nuestro Señor por permitir que me casara con su preciada hija, mi esposa de 40 años, mi mejor amiga, mi inspiración, mi fuerza, mi vida entera.

... Porque de Él es el Reino, y el Poder y la Gloria por los siglos de los siglos. ¡Amén!

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