Gonzalo del Prado: “El éxito de los medios está en su credibilidad y en saber ser elementos de referencia”

Jesús Lucerón
PeriodismoUMH
Published in
9 min readSep 12, 2017

Gonzalo del Prado (Sevilla, 1975) es uno de los rostros más conocidos de los informativos en nuestro país. El periodista termina la doble licenciatura de Periodismo y Comunicación Audiovisual hace veinte años y consigue compaginar sus estudios con los primeros trabajos como comunicador. Tras pasar por la radio universitaria de la Universidad de Navarra y por El Periódico de Aragón, comienza a formar parte de la plantilla de Antena 3 Aragón cubriendo el trágico suceso de la riada en el camping de Biescas. Después trabajó para el canal internacional de Antena 3 dentro de la sección de deportes durante dos años.
Del Prado nunca había sido un apasionado del deporte, pero lo que sí tenía claro es que trabajar en esta sección sería lo que le hiciese dar el salto para conseguir su sueño, el periodismo cinematográfico. Por su micrófono han pasado numerosas personalidades y es experto en la elaboración de reportajes.

Después de haber realizado diversas labores en el sector periodístico, ¿Considera que un periodista todoterreno va a realizar una pieza audiovisual de mayor calidad que una realizada por varios periodistas?
Cada caso es cada caso, y puede haber periodistas todoterreno muy brillantes, cada vez más por la precariedad de la profesión, es como una tendencia. Por ejemplo, estoy pensando en un compañero mío de profesión, Mikel Ayestarán. Mikel trabaja como corresponsal en Oriente Medio y suele trabajar para Vocento, para ABC, pero también trabaja para ETB y yo creo que él trabaja para sus crónicas simplemente con la ayuda de alguien que le tiene que decir: “toma, aguántame la cámara”. O sea, que él graba, él mete el micro y hace un poco de todo. Y como es un tío brillante, lo hace bien.
Está claro que si tú tienes un equipo de cinco personas, muy profesionales; uno que se encargue de grabar, otro que se encargue del sonido y otra que sea el reportero, otro el guionista y otro que se encargue del montaje… si son cinco personas, normalmente, cinco cerebros trabajan mejor que uno. Si no conoces cómo es la labor de los otros no harás tan bien tu trabajo. Yo creo que cuantas más personas estén, el trabajo va a ser mejor. Pero lo más importante es que haya comunicación, que todo el mundo tenga en cuenta el trabajo de los demás para así hacer mejor el suyo.

¿Son las facultades de Periodismo las que realmente crean buenos profesionales de la información?
Sí. Yo siempre digo que los periodistas vamos a un sitio, vemos lo que pasa, lo pasamos por nuestro filtro personal y lo contamos. En las facultades se nos enriquece, se nos amplía y se nos profundizan esos filtros. Voy a poner un ejemplo muy claro: si tú no sabes ortografía o no sabes escribir, tú puedes ir a un sitio y darte cuenta de lo que pasa, pero luego lo vas a escribir mal.
La universidad forma mucho a la persona, y forma esa parte intelectual. Allí aprendes nociones de fotografía, aprendes nociones de montaje, de cómo escribir una crónica… Está claro que luego hay una parte muy importante para el periodista que es el oficio. Siempre digo lo mismo, cuando viene un becario y ve que son las tres y cuarto y aún no has entregado tu pieza, muchas veces te dicen: “a mí es que me daría un ataque al corazón”. Cuando hayas hecho 500 piezas ya me hablas, ¿no? El oficio te hace saber controlar los tiempos. Es como un zapatero, cuando has hecho un zapato, en el primero que haces te cuesta clavar los clavos, te cuesta el empeine ponerlo… cuando llevas hechos 500 zapatos ya pues eres capaz de casi hacer zapatos con los ojos cerrados. Está claro que cuánto más oficio tengas, mejor te saldrá tu trabajo. Esa es una parte que la facultad no te puede suplir, pero sí te puede decir: mira, los mejores materiales para hacer zapatos son el cuero y el terciopelo. Y, mira, tienes que procurar dar los martillazos perpendiculares porque el clavo entrará mejor.
Saber las “cinco W” lo aprendí en la facultad, luego cómo se desarrolla es parte del oficio. Te tiene que enriquecer como persona y darte un poco conciencia de periodista. Yo creo que es bueno no dejar de formarse nunca, y yo vengo cada año a la UMH porque es parte de mi formación. Repensar mi oficio, repensar mi profesión es parte de mi trabajo, entonces creo que es bueno no dejar de formarse y estar en contacto con el foro universitario porque es un poco donde se cuecen las cosas y pues donde: “oye, mira, hay unos chavales en la facultad que han hecho un tipo de Informativo” que tú lo ves y dices “qué buena idea”.

¿Qué diferencias exiten entre un periodista en la actualidad del de hace diez años?
Está claro que tiene que tener una faceta tecnológica, tiene que conocer todos los medios o nuevas formas de contar historias. Por ejemplo, hace diez años no existía Snapchat, Instagram o Twitter tal y como lo conocemos ahora. Es bueno que un profesional de la información conozca las nuevas herramientas que hay, no puede decir que “esto de Internet me suena a chino”, “esto de la nube, ¿qué es la nube?”. Aunque hay muchas virtudes que se siguen manteniendo, que son la esencia del periodismo y que nunca se deberían perder: contar historias, saber mirar, saber escuchar y saber contar. Por ejemplo, hace diez años el tema de los idiomas no era tan importante, aunque yo siempre digo como consejo: “oye, ante la duda, estudiad inglés”. Porque os ampliáis el mercado laboral muchísimo más, y a lo mejor antes era impensable que alguien pudiese trabajar en la BBC en Pakistán y ahora es mucho más fácil.

La revolución tecnológica ha propiciado grandes cambios, ¿Cree que las redes sociales han desprestigiado el periodismo?
Yo no creo que haya desprestigiado el Periodismo. Yo creo que sí que ha hecho que pequemos más en ciertas cosas como el no contrastar noticias, el no acudir a las fuentes directas… a veces se ve como fuentes un tuit: “Mario Vargas Llosa ha muerto”. Antes a lo mejor la noticia llegaba mucho más tarde, y ahora llega mucho más rápido, pero ahora lo que se ha hecho es que caigamos en ciertos vicios que antes no existían.
También por la inmediatez, esa lucha de a ver quién da la noticia primero. Y a lo mejor se puede decir “Pepito Pérez ha muerto”, y nadie se ha molestado en contrastarlo, nadie se ha molestado en llamar a su agente, a su representante, a su hermano o a su mujer. Entonces, yo creo que las nuevas redes sociales lo que han hecho es que se caiga en nuevos vicios, que quizás también sean más visibles. Si tu anuncias que no sé quién ha muerto, es más fácil también que la gente se dé cuenta antes e incluso comente, tuitée, entonces “tu fallo”, será más notable.

Nos enfrentamos a un panorama periodístico que está marcado por la postverdad y la desinformación. ¿Piensa que los ciudadanos se preocupan por elaborar una buena dieta informativa?
El éxito de los medios depende de varios factores que pueden resumirse su credibilidad y en saber ser elementos de referencia. Los grandes periódicos, ¿cómo mantienen su prestigio? Pues a base de calidad en la información, a base de exclusivas… ¿Que puede haber un ciudadano anónimo que de repente se convierta en un referente mediático? Sí, pero yo creo que lo conseguirá si da buena información, creíble, si la da antes que nadie…
Lo que hace que todos los medios sean medios es que las noticias lleguen a todo el mundo y ya no tanto dar la información los primeros.

Nunca hay que dejar de formarse. Venga cada año a la UMH porque es parte de mi formación. Repensar mi oficio es parte de mi trabajo

Además, cada vez menos gente está dispuesta a pagar por la información, ya que pueden tenerla de manera gratuita en formato digital. ¿Cómo se podría intentar cambiar esta mentalidad en España?

Si se da un periodismo de calidad, yo creo que la gente, aunque en España cuesta más que en otros países, puede llegar a pagar por los contenidos. A mí un tema que me parece preferencial es el del vídeo “on demand”; hace unos años cuando la piratería estaba más instaurada era impensable que Netflix, HBO, Movistar Plus triunfasen. Una buena oferta, si se les pone unos precios razonables, si se conciencia en qué supone la piratería. Netflix ahora está asentada y triunfando. Antes era muy normal que la gente piratease la señal de los partidos de fútbol. Si tú le ofreces al lector, al espectador, una información de calidad a un precio razonable de alguna forma diferenciada, pues puede que se llegu. Aún tardará, pero ahora están los sistemas mixtos, que también tienen cierta exclusiva: si quieres acceder a ver los goles del Madrid pues tiene que ser en determinada página. Y a lo mejor la gente piensa que le merece la pena darse de alta en la página que sea porque puede ver los goles a posteriori. Me sirve de referencia que hace unos años las plataformas de vídeo “on demand” eran más que impensables. Aquí en España todo el mundo piratea, todo el mundo ve películas descargadas de Internet, y aunque sigue habiendo piratería, con esta relación calidad/precio se está consiguiendo.

Esta mentalidad también se extrapola al mundo del cine con la piratería y las descargas ilegales. ¿Piensa que la frase “es que el cine es muy caro” es solo una excusa?
A la gente le cuesta renunciar a algo que sea gratis. Por un lado, con la piratería hay que ser consciente de todo el daño que hace a la industria, ya que hasta que no despiden a Pepito que es el tío nuestro no te das cuenta de que trabajaba en un cine. Todo el mundo quiere un cine de calidad, pero nadie quiere ir al cine. No creo que el cine sea caro, lo que pasa es que estamos acostumbrados a Pata Negra. Todos queremos ver la película que se acaba de estrenar a tres euros y en pantalla gigante. Se puede ver lógico que si tú quieres ver un gran estreno pagues nueve euros y dentro de unos meses la puedas ver en tu casa, en tu ordenador. Es como con las series, todos queremos ver las series de HBO ya en el momento en el que se estrenan. No es lo mismo que el cine sea caro si comprar una entrada de nueve euros y eres un tío con un sueldo de 500 euros. Yo sí que creo que la gente tiene muchísimo más acceso a cine que hace unos años. Hace unos años si te gustaba el cine polaco y vivías en Cuenca te podías morir de asco, pero ahora vives en Cuenca, como te descuides te hacen una retrospectiva de cine polaco.

Se ha entrevistado con grandes personalidades como Clint Eastwood, Tom Cruise o Emma Watson. ¿Qué se necesita para elaborar una buena entrevista?
Ahora está todo muy mediatizado, por ejemplo, en el tema del cine, los días de promoción está muy milimetrado el tiempo que tienen. Entonces, a lo mejor dicen: de 11:00 a 13:00 vamos a meter a veinte televisiones. Entonces, se supone que te van a dar a ti seis minutos para la entrevista. ¿Claves? Saber romper el hielo, cómo empatizar… Porque tienes cinco minutos con él y de esos cinco minutos depende todo. Yo siempre pongo un ejemplo: la chica de Fast and Furious, Jordana Brewster. Me acuerdo que en la segunda película, vinieron Paul Walker y ella a España a promocionarla, entonces entré en la entrevista con Jordana y le dije: “Lo primero de todo, creo que la película tiene un fallo de guión muy importante”. Y ella se quedó en plan, ¿qué me estás contando? Y yo le dije: “Sí, que una tía tan espectacular como tú haga de hermana en la ficción de una mala bestia como Vin Diessel”. Entonces la tía se empezó a reir y ya la entrevista fue muy bien. Yo siempre pienso que tengo que hacer una pregunta que me hable de la película, porque en el fondo yo vengo aquí a informar sobre ella. Pero también voy a hablar con Clint Eastwood sobre su carrera, o sobre Almería porque he visto que había una anécdota…. Hay que tener muy claro qué preguntas quieres hacerles, tienes cinco o seis minutos como mucho. Es romper el hielo, saber qué preguntar e ir un poco “a muerte”, como quien dice.

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