El Asteroide
No siempre tenemos todo el tiempo que pensamos…
Todo se habia ido a la mierda…
Años de planes, celebraciones, ideas y momentos pospuestos para cuando hubiese tiempo.
Todos esos libros que había comprado en las ventas de las librerias y bibliotecas y que pensaba leer en sus años de retiro, ahora parecian una montaña de información fútil, banal e infranquable.
Penso en sus hijos…
No había futuro para ellos ahora. Recordo los prestamos que habia tomado del banco, el dinero que saco de sus ahorros para poder pagar sus estudios y que pudieran estudiar y hacerse de una carrera. Todo eso ahora no tenia sentido…
Encendió la radio para escuchar las noticias, las únicas noticias que indundaban el ether y que repetían de manera nauseabunda el juicio final.
“Los científicos de la coalicion internacional han determinado los posibles impactos de…”
¿Que importaba todo eso? El resultado era el mismo. No había solucion. El tiempo se había acabado de manera total e irremediable. Apago el radio para evitar deprimirse aun mas.
Buscaba una linterna, pues no habia electricidad y el sotano estaba a oscuras. Tanteando, usando la memoria que había hecho unos años atrás en caso de emergencias, logro encontrar la linterna de alto poder. Al encenderla, noto algo que brillaba en su escritorio.
Su anillo de bodas.
Pensó en su esposa y se pregunto donde estaria en estos momentos...
Cuando ella supo de las consecuencias de lo que iba a pasar, lo tomo de la peor de las formas. Decidio abandonar a su familia.
“Voy a vivir lo que me queda de vida, lejos de ti y todo lo que tu representas”—le dijo de manera irónica al despedirse.
Ni tan siquiera se volteo a mirarlo mientras se alejaba el taxi. Tal ves era mejor asi. Las despedidas siempre son difíciles.
Al girar hacia la puerta, noto la silueta de su gitarra. Nunca había aprendido a tocarla. Siempre pensó: “Después, cuando los hijos se vayan…”
Pensó un momento mas en ella mientras subía a la cocina a buscar algo que comer.
La ventanas estaban todas bordadas para mantener a los locos y milenalistas libres de malos pensamientos. Era una de las pocas cosas que se le habian ocurrido desde que se supo la noticia y los resultados eran los esperados.
Mientras buscaba entre las latas, se aparecio su hija mas pequeña con mocos en la cara y los cabellos alborotados. Acababa de despertar.
“Tengo hambre Papa”—dijo estrujando sus ojos.
“Lo se cariño, estoy preparando algo que comer… Macarrones con queso esta bien?”
Sus ojos se abrieron de par en par y una sonrisa ilumino su cara. El procedio a limpiarle la nariz y alisarle el pelo.
“Ve con tu hermano y yo los llamo cuando todo este listo”. Era la ultima cena que iban a hacer juntos. La ultima vez que los iba a ver y la ultima vez que serian una familia.
“Si hubiese tenido mas tiempo”—pensó para si.
Siempre pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo. Que mañana es otro día, que podemos procrastinar.
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”—le amonestaba siempre su vieja. Pensó en ella también, pero los recuerdos eran dolorosos.
Se ha hecho tarde para demostrar cariño, para crear memorias, para decir “Lo siento”.
Se le acabo al tiempo a la raza humana. Ahora solo quedan los remordimientos…
