Reseña: “El hombre invisible”, de H. G. Wells

Por Víctor Hugo López

Víctor
Reseñario

--

Ver en: https://harmoniakvh.wordpress.com/2018/11/06/el-hombre-invisible-de-h-g-wells/

El año de 1897 vio nacer a dos personajes literarios destinados a la inmortalidad. Sus características peculiares provocaron el temor a su existencia fuera de los libros y, al mismo tiempo, el anhelo de adquirir algunas de sus fantásticas cualidades.

El mismo año en que apareció la célebre novela Drácula del irlandés Bram Stoker, el británico Herbert George Wells publicaba en una revista diversas entregas que narraban la vida de su eximio hombre invisible. Mientras el vampiro vulnerable se escondía durante el día, el hombre invisible se paseaba descaradamente tocando los hombros de los transeúntes; el primero provocaba escalofríos cuando revelaba su corporeidad y sus metamorfosis, el segundo suscitaba terror por la imposibilidad de ser visto; Drácula mantenía un estrecho vínculo con lo religioso y los métodos para que alguien se convirtiera en vampiro involucraban mordidas y sangre; el hombre invisible enaltecía a la ciencia como su creadora.

H. G. Wells

Cuando se publica El hombre invisible (The Invisible Man), H. G. Wells ya se había ganado los reflectores como escritor con la publicación de su primera novela titulada La máquina del tiempo (The Time Machin, 1895), su obra más conocida junto a La guerra de los mundos (The War of the Worlds, 1898). La fusión entre la ficción y el afán de que las innovaciones tecnológicas y los avances científicos estuvieran a la altura de las fantasías, distinguieron a H. G. Wells desde sus inicios.

El hombre invisible narra en veintiocho breves capítulos las andanzas de un extraño que llega a hospedarse al tranquilo pueblo de Ipig. Con la cara completamente vendada, lentes oscuros y sombrero, el forastero comienza a perturbar con su carácter voluble la armonía del pueblo. Las interrogantes se abren: ¿Quién es? ¿Qué le pasó a su rostro? ¿En qué trabaja? ¿Qué quiere? Cuando los habitantes descubren la apariencia bajo el vendaje, el horror envuelve a todo Ipig y los pueblos cercanos. El misterio lejos de revelarse, se acentúa.

El formato de la novela compuesta por capítulos cortos, permite seguir puntualmente las peripecias del hombre invisible y conocer paulatinamente a los personajes involucrados con él, haciendo una clara distinción entre las descripciones de cada uno, los lugares en que se desarrollan los incidentes y lo que se torna necesario aclarar en cada situación. Cada capítulo es un relato que concluye el asunto que aborda y al mismo tiempo posibilita un espléndido enlace con los capítulos posteriores.

Imagen de la película The Invisible Man (1933)

La publicación de El hombre invisible propició el prestigio que H. G. Wells comenzaba a ganarse como autor de ciencia ficción, fama que al año siguiente se consolidó con La guerra de los mundos. En 1933 la historia del hombre invisible se propagó con la aparición de una película basada en la novela de Wells y que adoptó el mismo nombre; bajo la dirección de James Whale -quien dos años antes había dirigido Frankenstein- y protagonizada por Gloria Stuart y Claude Rains, el filme tuvo una recepción favorable, con una trama vacilante entre el terror y la intriga, relegando en gran medida las alusiones científicas, hecho que derivó en marcadas diferencias entre algunos personajes de la película y de la novela. En 1940 Vincent Price protagonizó una secuela titulada El regreso del hombre invisible (The Invisible Man Returns), dirigida por Joe May, con una trama que olvida por completo la atmósfera lograda por H. G. Wells.

Claude Rains y Gloria Stuart (Película “The Invisible Man”, 1933)

El hombre invisible es una novela corta y en todo momento entretenida. No ha perdido frescura en los ciento veinte años que han pasado desde que se publicó, los suficientes para convertirse en un libro imprescindible, al menos para quienes encuentran deleite en la lectura de historias de ciencia ficción y enigmas que en cada letra se resuelven.

--

--