Un miedo sólido e infantil. En presencia de un payaso, de Ingmar Bergman

Por Víctor Hugo López

Víctor
Reseñario
4 min readJan 11, 2018

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Life’s but a walking shadow, a poor player

That struts and frets his hour upon the stage

And then is heard no more. It is a tale

Told by an idiot, full of sound and fury,

Signifying nothing.

(Macbeth, Escena V, Acto V)

En una escena de la película Fanny y Alexander (1982), el pequeño protagonista es castigado luego de hacer pública su fantasía de ser vendido a un circo. La escena es autobiográfica, como lo son muchas en la vasta filmografía de Ingmar Bergman (1918- 2007): en una ocasión el pequeño Ingmar, impactado por el Circo Schumann, confiesa a uno de sus compañeros de escuela que sus padres lo han vendido al circo y pronto abandonará la escuela para convertirse en acróbata. La confesión pasó de su compañero a sus padres y a la profesora; el castigo fue severo. De esta vivencia Bergman extrae una pregunta: “¿Por qué un niño de siete años siente el deseo de abandonar el hogar y ser vendido a un circo?”[i]

El Circo Schumann llamó la atención del pequeño Bergman por sus colores, su música de orquesta, los animales y la fantasía de trabajar junto a una joven de la que se había enamorado tan solo al verla pasar sobre un enorme caballo blanco. También de este mágico encuentro con el circo, el director sueco guardó un amargo recuerdo, el temor a los payasos, el cual describe con una breve frase:

“los payasos me inspiraban miedo y parecían enloquecidos”.

Fanny y Alexander fue la última película que Ingmar Bergman realizó para la pantalla grande, pero su trabajo continuó con películas para la televisión, elaboración de guiones y obras de teatro. En 1997 aparece la película En presencia de un payaso; Bergman, cercano a los ochenta años de vida, confiesa no saber si será su último trabajo, el cual refleja, además de su madurez como realizador, la pasión del director por el teatro, la música y el cine. La película tiene como tema central la muerte.

En 1957 apareció El séptimo sello, una de las obras más reconocidas de Bergman y uno de los grandes clásicos del cine mundial. La Muerte cede al capricho del cruzado Antonius Block y acepta jugar ajedrez, regalándole con esta última partida, la oportunidad de reflexionar sobre sus últimos movimientos en el tablero y en la vida. La Muerte es un personaje con un rostro pálido que denota una penetrante seriedad aún en sus ligeras sonrisas, con su vestido negro y su guadaña. Cuarenta años después, en En presencia de payaso, Bergman vuelve a mostrar una imagen de La Muerte; esta vez es una mujer vestida de payaso, inquieta, burlona y por momentos desquiciada.

En presencia de un payaso inicia mostrando en letras blancas sobre un fondo negro, un fragmento de La tragedia de Macbeth de William Shakespeare, en específico, las palabras que el Rey expresa cuando se entera que Lady Macbeth ha muerto (Escena V, Acto V). Posteriormente se borran las letras y aparece el protagonista Carl Akerblom internado en un hospital psiquiátrico, dejando caer la aguja sobre un disco para activar el fonógrafo y deleitarse con las primeras notas de “Der Leiermann” (El organillero) de Franz Schubert, último lied de su obra Winterreise (Viaje de invierno). En el poema de Wilhelm Müller -musicalizado por Schubert- un hombre mira en las calles del pueblo a un organillero que a pesar del inmenso frío que le entumece los dedos y de que nadie quiere escucharlo, continúa dando cuerda a su organillo e ignora las adversidades; el hombre lo mira y concluye:

Viejo extraño,
¿Voy contigo?
cuando yo cante mi canción
¿me acompañarás con tu organillo?

En la película, el tema acompaña la aparición del payaso, manifestación de La Muerte. Cuando éste se presenta ante Carl Akerblom él sabe de quién se trata, reacciona con miedo, se aferra a su cama como un niño asustado, pero es capaz de mantener un firme y breve diálogo con el pícaro payaso que desaparece en la penumbra. En sus Memorias, Ingmar Bergman describe su miedo a los payasos y resume su miedo a la muerte como “un miedo demasiado sólido e infantil”.

En el hospital, Carl conoce al Profesor Vogler, con quien comparte pláticas aceleradas sobre Schubert y la Condesa Mizzi. Carl Akerblom sale del hospital y reúne a su novia, al profesor Vogler y a una actriz para realizar un ambicioso proyecto titulado “La primera y única película del mundo hablada en vivo”. La película tiene como argumento a Schubert en sus últimos días y en su lecho de muerte.

Sobre esta base se desarrolla En presencia de un payaso. Dando paso a las peripecias del grupo involucrado en el proyecto y que acompañan a Carl Akerblom en lo artístico y en lo personal. Para el caballero cruzado en El séptimo sello, se trata de jugar una partida que sabe será la última, de mostrarse fuerte en sus últimos movimientos en presencia de La Muerte; para Carl Akerblom, un viejo que se asusta como niño en presencia de un payaso y que no tiene el mínimo interés de lanzarle un reto, sólo se trata de seguir su pasión como artista.

[i] Las citas a Ingmar Bergman y las referencias a su vida aparecen en su libro La linterna mágica. Memorias (1987)

Texto publicado por primera en vez en Lepisma, creación y crítica literaria

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