Bruno Latour — Down to earth

roberto bustamante
Reseñas de libros
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4 min readAug 5, 2019

Latour, B. (2018). Down to Earth: Politics in the New Climatic Regime. Cambridge, UK: Polity Press.

A Bruno Latour se le ha acusado por mucho tiempo de haber contribuido al relativismo científico. No es para menos. En muchos aspectos, más espirituales que filosóficos, Latour comparte esa mirada escéptica con otros críticos de la historia de la ciencia como Kuhn y Feyerabend. La reconstrucción del caso Pasteur es, en muchos sentidos, muy similar a la reconstrucción que hace el epistemólogo Feyerabend del caso Galileo (1). ¿Es el descubrimiento de las propiedades de la levadura lo que antecede al propio descubrimiento? ¿Quién tuvo la razón de su lado, Galileo o los científicos que lo juzgaron? En fin, que a Latour se le achaca entre otras cosas que por su culpa todo es lo mismo, que el terraplanismo, los científicos que investigan la posibilidad de vivir en Marte, y todos se comportan de igual modo, altaneros y tramposos.

Sin embargo, el tema de fondo es que el planeta en el que vivimos se está volviendo insostenible. Insostenible para nosotros los humanos, porque el planeta y seguramente muchas de las especies que le habitan sobrevivirán o se adaptarán.

En ese contexto, el libro Down to earth de Latour aparece más como un manifiesto político que como un libro académico clásico. Se emparenta mucho más con el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, que con su libro Reensamblar lo social (2). Parte de una hipótesis que, aunque no tiene cómo probarla, será el hilo conductor de todo su argumento: El principal hecho político de los últimos cincuenta años (¿por qué cincuenta y no sesenta o cuarenta?, pero no importa en realidad la exactitud aquí) es el cambio climático. Y todos los hechos políticos más importantes en dicho período deberían explicarse a partir del mismo.

Así como el Manifiesto Comunista establecía que fue la revolución burguesa la que inventó al proletariado, en Down to earth Latour plantea que el cambio climático ha inventado un nuevo tipo de bipolaridad, ya no social o económica (como la que describieron Marx y Engels hace más de ciento cincuenta años), sino una entre “terrestrials” y “anti-terrestrials”. Es decir, y es una entera interpretación personal, incorporar a los enfoques interseccionales (etnicidad, género, clase) la variable naturaleza. Latour, desde ese nuevo arreglo de fuerzas en conflicto, lee o interpreta a los movimientos conservadores localistas y nacionalistas en su afán de reconectarse con lo terrestre y así critica a la izquierda global como incapaz de interpretar esas nuevas sensibilidades. Es un mundo en crisis, señala, y las personas están buscando cómo sobrevivir, de cualquier modo. Por un lado, dice, los izquierdistas ambientalistas se desconectan de la política en el sentido económico, y por otro lado los izquierdistas más clásicos, internacionalistas, no comprenden o no quieren comprender cómo es posible que se esté dando un giro conservador y antiglobal en las personas. Es menester, reclama Latour hacer un esfuerzo empático con los movimientos conservadores, entenderlos y acercarse a ellos desde esta perspectiva “terrestre”.

En ese sentido, plantea Latour, las élites como las de los Trump, han sabido acercarse a esa intuición de crisis y a esas sensibilidades. Y han sabido también engañar a estos grupos que se mueven frente al miedo del mañana que quizá nunca llegue. Las élites, denuncia Latour, saben muy bien que hay mucha evidencia sobre el cambio climático y ya están preparándose a un escenario apocalíptico donde ellos deberán y podrán sobrevivir, a expensas de la muerte de millones de personas.

Desde ese lado, Latour hace su llamado a la acción. Debemos replantearnos toda nuestra política, nuestra conciencia en la tierra como “terrestrials”. Incorporar en la práctica política no la preocupación culposa sobre la destrucción del planeta, sino entender al planeta mismo como un actor (actante, si es que vamos a usar los términos latourianos) político no externo a la lucha terrestrial, sino como parte del mismo conjunto social/no-social. En su libro, creo, Latour logra lo que muchos otros de izquierda no han logrado, que es articular las distintas luchas en un solo y nuevo actor político y eso es, en ese sentido, darle la vuelta al viejo manifiesto (y lo que a su vez es un homenaje): la lucha proletaria ya fue pero no porque su contradicción haya sido resuelta. Lo es porque vivimos ya bajo un nuevo régimen climático.

Pero, a diferencia del llamado globalista de Marx y Engels a la unión proletaria más allá de las fronteras, lo que plantea Latour es un regreso a la tierra, literalmente. De allí que su frase final sea una inversión del grito final del manifiesto comunista:

“Now, if you wish, it’s your turn to present yourself, tell us a little about where you would like to land and with whom you agree to share a dwelling place.”

“Ahora, si lo deseas, es tu turno para presentarte, y dinos un poco sobre dónde te gustaría establecer tu lugar o tierra (land) y con quién estarías de acuerdo en compartir tu hogar”.

(1) Feyerabend, P. (2007). Tratado contra el método: Esquema de una teoría anarquista del conocimiento. Ribes, D., traductor. Madrid, España: Tecnos.

(2) Latour, B.(2008). Reensamblar lo social: una introducción a la teoría del actor-red. Zadunaisky, G., traductor. Buenos Aires, Argentina: Manantial.

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roberto bustamante
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Investigador en temas de cibercultura y literacidad digital. Solo opiniones personales. Más bio en http://www.bustamante.pe