Para la semana

Pablo Reynoso
Reto de 30 días
Published in
3 min readOct 5, 2015

Lamento no haber podido escribir los días anteriores pero la verdad lo había olvidado por completo. Al menos, eso me pasó el viernes. El sábado si quería llegar a escribir pero cuando menos me di cuenta ya eran diez para las doce y dije: ni de pedo alcanzaré a escribir algo en diez minutos. Y ya tenía mi historia la que aún estoy digiriendo. Y es de lo que escribiré en esta ocasión. Mi suceso del sábado que será digno de ser escrito posiblemente mañana o en el transcurso de la semana. Lo que pasa es que tengo que pensar bien cuáles serán los personajes, mis seres a los que se les aplicará mi teoría.
Y ahí les va.
Iba a casa de mi amigo Santiago. El camión no quiso hacerme la parada en metro Martin carrera así que decidí quedarme en el camión y alejarme mucho más adelante y después caminar. (Si me bajaba en Martin carrera todavía tenía que tomar un camión) en fin. Al bajarme del camión me fui caminando a casa de mi amigo. Iba tan disperso y pensando en tantas cosas que en algún momento vi una pequeña rama que parecía una barita mágica la levanté y seguí caminando. Casualmente me encontré a una persona de mi infancia. Un maestro de la primaria. La barita la había escondido en mi chamarra. Y cuando me despedía de él lo abracé y la punta de la barita se rompió. No importó. Es curioso como en la última semana me he encontrado con gente de esa etapa de mi vida pero eso es punto y aparte. Será digno posiblemente de escribir en la semana.
En fin llegué a casa de Santiago ahí él estaba reparando el lente de su cámara y por una extraña razón una pieza no entraba en su lugar y le dije sabes cómo podemos reparar ese lente. De mi chamarra mágicamente saqué la barita que tenía guardada. Y dije sarcásticamente oculusreparo. Obviamente no pasó nada pero la mascota de mi amigo estaba ahí y decidí seguir jugando con esa barita pero ahora para encantar al perro.
Tenía sed así que levante la varita apunte al frente y dije: perro te ordeno que levantes y me traigas agua. El perro me ignoró y siguió echado en el suelo. Mi amigo me dijo: no te va a hacer caso. Lo ignoré y seguí intentando embrujar al perro. Pero ahora con cosas obvias comenzaba a rascarse y decía perro ráscate y cosas así. Y cuando se levantó le volví a ordenar que me trajera agua. El perro se fue y comencé a platicar con mi amigo. El perro regreso y comenzó a fijarse en la rama. Yo la movía y él no le quitaba la vista. Fue cuando le apunté para ordenarle que se para en dos patas cuando el perro tomo la barra con su hocico y comenzó a mover la cabeza para que yo soltara la rama. No lo hice. Le dije ya vamos a jugar te la aviento, pero en eso un Track se oyó. La rama se había partido. e aventé la otra parte para ver si la seguía pero no fue así solo fue a terminar de romper la rama. Cuando la recogí el perro había roto la barita en aproximadamente 5 pedazos. Y le dije a mi amigo creo que entiendo por que la rompe y me respondió ¿por qué? Y le dije:
Intente hacer de un objeto un artilugio para darle ordenes, el me ignoro y después la despojó de mis manos el objeto y lo destruyó, dándome a entender que un objeto así nunca debería de existir. Y de eso tratara mi siguiente escritura. Como un objeto para mandar y dar órdenes no debería de existir y cuando sea inventada el pueblo se levantará para hacer que ese artículo deje de existir.

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