ENTREVISTA

Bryan Sánchez sueña en grande

Para Bryan, escribir canciones es mucho más que una simple actividad; resulta una forma de plasmar sus vivencias, emociones y pensamientos en un formato que puede compartir con el mundo

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater

--

Desde temprana edad la música fue una constante en la vida de Bryan Sánchez. Foto: Eduardo Rawdriguez.

Por Félix A. Correa Álvarez

A sus 22 años, Bryan Sánchez se consolida como una de las promesas emergentes del pop cubano. Este joven artista autodidacta logró lo que muchos sueñan: ver su primer disco nominado en Cubadisco 2024, en las categorías de Ópera prima y Pop fusión, hazaña notable para alguien que aprendió a tocar la guitarra y a perfeccionar su voz en los parques y con tutoriales de YouTube, no en academias.

Desde temprana edad la música fue una constante en su vida. Siempre anheló cantar, aunque su entorno no le ofrecía las facilidades para desarrollarse profesionalmente. Sin embargo, la determinación superó cualquier obstáculo. Su amor por la música fue creciendo, y con él, su deseo de no solo interpretar, sino también de crear.

La composición constituye parte esencial de su camino artístico. Para Bryan, escribir canciones es mucho más que una simple actividad; resulta una forma de plasmar sus vivencias, emociones y pensamientos en un formato que puede compartir con el mundo. Aunque comenzó a redactarlas a los quince años, fue a los diecisiete cuando compuso su primer título en solitario, Junto a mí, disponible en YouTube junto a otros como El favor, Tan rico, Cuéntale y Superheroína.

El proceso creativo, en el que a menudo contaba con el apoyo de su familia, especialmente de su madrina, le permitió desarrollar un estilo propio. Su música es una mezcla de ritmos contemporáneos que coquetean con diversos géneros, algo que llama la atención en la escena musical cubana.

En entrevista con Alma Mater, el joven intérprete y compositor comparte sus vivencias y aspiraciones pues, como todo artista, sueña en grande.

«Las personas a mi alrededor me decían que tenía talento, y eso me motivaba, día tras día», dice. Foto: Eduardo Rawdriguez.

— Estudiar música de forma autodidacta implica muchos desafíos, ¿cómo los has superado?

«Sí, implica un gran desafío intentar estudiar, al menos lo básico, de aquello a lo que quieres dedicarte, en mi caso, la música. Enfrenté muchos obstáculos, tropecé más veces de las que probablemente hubiera tropezado si hubiera tenido un profesor que me guiara. En ese momento, no tuve a nadie que me orientara.

«Sin embargo, creo que nací con el don de querer dedicarme a esto al ciento por ciento. Las personas a mi alrededor me decían que tenía talento, y eso me motivaba, día tras día, a ver videos en YouTube y a seguir evolucionando. Aprendí a ser autocrítico conmigo mismo, algo que me costó tiempo desarrollar.

«Hubo muchas ilusiones y también muchas decepciones. Cometí errores y tuve que aprender de ellos. Así fue como, de alguna manera, fui creciendo, como persona y como artista. Y hoy en día, sigo en ese proceso de evolución».

— ¿Cómo decides los temas de tus canciones? ¿Influyen tus experiencias personales?

«Las experiencias personales influyen mucho en mi música. Muchas de mis canciones están basadas en historias reales de mi vida, pero también hay otras que surgen de mi imaginación. Creo historias ficticias, desarrollo personajes y me meto en su papel hasta que logro crear una canción de principio a fin.

«No ha sido un problema para mí trabajar de esta manera. Sin embargo, las canciones que están basadas en experiencias reales son las que más rápido compongo, porque las siento de verdad. Cuando se trata de una historia ficticia, me toma más tiempo escribirla. Me gusta trabajar con ambas formas. Incluso, a veces me inspiro en las experiencias de amistades cercanas y compongo a partir de sus vivencias».

Bryan ha encontrado influencias en la música de Ricardo Arjona, Sebastián Yatra, Manuel Turizo, Morat, Juanes, y Olga Tañón. Foto: Eduardo Rawdriguez.

— ¿Qué artistas o géneros han influido más en tu estilo musical?

«Siempre he sido una persona a la que le gusta escuchar música variada, desde lo urbano hasta géneros como la timba, el pop, el pop rock, entre otros. Soy muy diverso musicalmente, y creo que eso se refleja mucho en mis canciones. Me gusta mezclar sonoridades, explorar diferentes géneros y crear ideas nuevas.

«Esto se lo debo en gran parte al excelente trabajo de mis productores musicales, quienes me ayudan enormemente a la hora de mezclar y fusionar los temas, y de decidir qué sonoridades funcionan mejor. Es algo que me atrae mucho.

«Desde pequeño, mis influencias han sido Ricardo Arjona, Sebastián Yatra en sus inicios, Manuel Turizo en el género urbano, la banda colombiana Morat, Juanes, y Olga Tañón. Son artistas que trabajan en géneros diferentes, pero que, de algún modo, me han ayudado a enriquecer las canciones».

— ¿Por qué el «man de las camisas»?

«El «man de las camisas» me lo pusieron los propios fanáticos; yo no lo elegí. Al lanzar Tan rico, la canción que marcó el sello de las camisas tropicales, empecé a fusionar los géneros en mis canciones, combinando lo tropical con camisas hawaianas y coloridas, lo urbano y juvenil, y a veces con toques clásicos. A partir de ahí, me empezaron a llamar el «man de las camisas» o el «chico de las camisas».

«Realmente, la imagen que presento con mi propuesta musical va de la mano. Al principio, no me costó mucho trabajo lograrla, porque ya la tenía clara en mi mente. Esta fusión ha tenido muy buena aceptación; al público le ha gustado mucho y a mis fanáticos les encanta.

— Estudias Cultura Física y al mismo tiempo estás desarrollando tu carrera musical. ¿Cómo logras balancear ambas pasiones y qué papel desempeña cada una en tu vida?

«Sí, estudio Cultura Física en la Universidad de Matanzas. Actualmente estoy en tercer año, a punto de comenzar el cuarto. Ha sido un poco complicado llevar adelante ambas cosas, no te voy a mentir. Mis compañeros de aula y profesores me han apoyado constantemente para ayudarme a balancear las responsabilidades. Claro, hay algunos profesores que no siempre entienden mi situación; pero siempre intento comprenderlos para que ellos también puedan hacerlo.

«Tomé esta carrera con el objetivo de ganar un poco más de tiempo para dedicarme a la música, que siempre ha sido mi verdadera pasión. Aunque la Cultura Física no es nada fácil y es bastante compleja, la encuentro muy bonita. Tiene muchas ramas que uno puede explorar y aprender, y me beneficia en términos de cuidar mi imagen y entender mejor el cuerpo humano».

— ¿Tienes nuevos proyectos o colaboraciones en camino?

«Vienen proyectos muy pronto, incluyendo nuevas canciones. Seguiremos presentando temas del disco y también tengo planes de colaboraciones que espero se concreten pronto. Aunque aún no se ha dado la posibilidad, pienso trabajar con varios artistas. Espero que el público disfrute de la combinación de ambos estilos».

— Has mencionado que te gusta sorprender a tu público con estructuras y estilos inesperados. ¿Podrías darnos algún adelanto de una sorpresa que planees para tus próximas canciones?

«A mí realmente me encanta fusionar géneros musicales para generar ese impacto en el público, algo que también experimento como oyente cuando escucho a artistas que han marcado generaciones a nivel nacional e internacional. Ellos tienen la capacidad de sorprenderte cuando piensas que la canción ha terminado, pero luego te asombran con algo inesperado, creando una conexión brutal.

«Quise implementar esa misma sensación en mis propias canciones, fusionando géneros. Un ejemplo reciente es la canción Dosis de cintura, donde combinamos el flamenco con el pop y, además, le di un toque de rumba al final para aportar esa buena “sandunga” cubana. Así seguirán siendo mis próximos proyectos y estrenos. Aunque no quiero adelantar demasiado, sé que disfrutarán esta nueva faceta mía, donde me escucharán en géneros que quizá ni se imaginan que podría explorar».

— ¿Qué opinas del estado actual de la música pop en Cuba?

«Creo que la música pop en Cuba sigue estando vigente, aunque hoy en día la mayoría del público escucha principalmente a artistas de otros países, pues ya no tienen una referencia clara de ese estilo aquí. Decidí involucrarme en este género porque es un estilo de música que me identifica, me gusta y me apasiona, y creo que puede llegar a un público amplio.

«Sin embargo, me parece que en la actualidad no se le está dando la promoción adecuada al pop, o simplemente la juventud se enfoca en un solo género musical. No estoy en contra de ningún género en particular, pero sí me preocupa la falta de diversidad musical que existe actualmente en Cuba. Esto está afectando a la juventud, que tiende a seguir solo un estilo, lo cual limita la riqueza cultural del país.

«En este contexto, quise aportar mi granito de arena buscando esa variedad, intentando reintroducir el pop y otros géneros como el pop rock, a través de fusiones y mezclas, acercándolos poco a poco al público. Hasta ahora la respuesta ha sido bastante positiva, y me he dado cuenta de que a muchas personas les gusta este estilo de música».

— ¿Cómo recibes la retroalimentación del público sobre tus canciones? ¿Influye en la manera en que produces nueva música?

«El público es prácticamente mi gasolina, mi combustible. Siempre me brindan su apoyo y cariño, y en los conciertos siempre están presentes, haciéndome sorpresas que me llenan de alegría. Estoy súper contento de que les guste mi música. Muchos me escriben diciéndome que se identifican con mis canciones y que disfrutan la nueva música que estamos creando, lo cual me enorgullece.

«Es algo muy bonito que un público respalde tu carrera. Seguimos luchando por continuar creando esta comunidad, que hasta ahora ha sido una de las más lindas que un artista podría tener. Estoy verdaderamente feliz por eso».

Aunque no ha tenido acceso a una educación formal en música, Bryan cree en lo importante que resultan la pasión y la persistencia. Foto: Ale Vellon.

— ¿Cuán importante es para ti mantener una conexión con las raíces cubanas en tu música, en especial al experimentar con la fusión de géneros internacionales?

«Siempre intento mantener mis conexiones y raíces cubanas en cada una de mis canciones, fusionando géneros. Cuba tiene una mezcla cultural muy rica, con influencias diversas que quizás no siempre se notan a simple vista, pero están ahí si los analizas.

«Tenemos flamenco, que también ha sido interpretado aquí, además de la rumba cubana, la timba, el son, y tantas otras expresiones que realmente enriquecen nuestra cultura. Esto me da la oportunidad de explorar distintas fusiones, como mezclar el pop con timba, pop con rumba cubana, flamenco con pop y rumba, o incluso, el son con pop y rumba. Hay una infinidad de experimentos y combinaciones posibles, y eso es algo que me encanta».

La música, sin duda, ha sido el motor que ha impulsado a Bryan desde sus primeros pasos en el mundo artístico. Su pasión por los ritmos, las melodías y la composición ha sido el eje central de su vida. Sin embargo, hay una faceta de él que quizás muchos de sus seguidores desconocen: su amor por el deporte, en especial por el fútbol. Bryan encuentra en él una vía de escape, una forma de liberar la tensión acumulada en su carrera musical. «Soy muy futbolero, y eso me ha ayudado mucho a relajar la mente», confiesa, demostrando que detrás del artista hay un joven que, como muchos, busca equilibrio en su vida.

A lo largo de su corta pero prometedora trayectoria, Bryan ha tenido la oportunidad de conocer y ser apoyado por grandes figuras del mundo de la música. Un ejemplo de ello es Olga Tañón, quien lo respaldó cuando lanzó su sencillo Tan rico. Para él, este gesto no pasó desapercibido, y ha manifestado, en varias ocasiones, su deseo de colaborar con ella. Además, Bryan sueña con trabajar junto a la banda colombiana Morat, una de sus influencias musicales más significativas.

Más allá de sus aspiraciones, también se muestra como un joven con los pies en la tierra, consciente de los retos que enfrentan los nuevos talentos en la industria musical. Aunque no ha tenido acceso a una educación formal en música, cree en lo importante que resultan la pasión y la persistencia. «El mundo no se trata de velocidad, sino de constancia y hacer las cosas bien», afirma.

Con la vista puesta en el futuro, imagina su carrera llena de logros y colaboraciones que trasciendan fronteras. Entre sus metas más ambiciosas se encuentra ganar un Latin Grammy, algo que, aunque parece lejano, está decidido a alcanzar. Para Bryan, no hay límites: «Vamos a proponérnoslo y soñar en grande, porque para eso sirven los sueños», concluye.

--

--