ENTREVISTA

Cimafunk y la era del sazón con funky

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater
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7 min readOct 8, 2021

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Acerca de su nuevo fonograma, Cimafunk comparte en exclusiva con Alma Mater: «La inspiración viene de lo que he vivido, del día a día, de mi entorno y mis experiencias. De lo que escucho a mi alrededor, de conversaciones, dichos e historias. En mi música, y en este disco en específico, se puede ver mucho de mis raíces, de mi identidad como cubano y, sobre todo, como afrocubano».

Por Sergio Murguía

Foto: Larisa López.

Mientras escribo estas líneas y escucho El Alimento (2021), la nueva propuesta discográfica de Erick Cimafunk, me descubro moviendo los pies con insistencia y cierto ritmo. La música embriagadora me obliga a detener la redacción por unos instantes y sumarme a la fiesta que solo yo puedo escuchar, mediante unos audífonos («Tú lo que llevas es funky/Pa’ que te quites el estrés»). Termina la canción y entonces sí, retomo la escritura.

Para muchas personas, en Cuba y otras zonas del mundo, esperar la ansiada normalidad pos pandémica ha supuesto un reto, a veces soportable gracias a esos ratos en que la mente parece olvidar el rigor de estos tiempos, ya sea contemplando una obra pictórica, viendo una serie, escuchando alguna canción o sumergiéndose en algún proyecto atrayente. Cimafunk no escapa de esa realidad y encontró su bálsamo reparador en la producción de su nuevo disco, el cual sale a luz este 8 de octubre.

La propuesta llega cuatro años después de su primer fonograma — Terapia (2017) — y aunque el joven artista pinareño no ha parado de compartir música con sus fans a través de las redes sociales, supone un soplo de aire fresco a un repertorio que está lejos de volverse monótono, pues todavía Me voy, Paciente o Parar el tiempo tienen una presencia obligada en casi cualquier play list personal, celebración familiar o encuentro de amigos.

Pero con El Alimento, la apuesta de Cimafunk es más ambiciosa. El joven artista de 32 años logra una simbiosis entre ritmos afrocubanos y géneros como el funk, el hip hop o el soul, para generar una experiencia compuesta por 13 canciones que apelan a la esencia de la llamada música negra. Para ello acude a exponentes esenciales de estos géneros, cubanos y extranjeros, con la intención de dar formar a lo que ha denominado «un experimento muy orgánico».

Portada de El Alimento, nuevo fonograma de Cimafunk.

La producción del material está a cargo de Jack Splash, ganador de múltiples premios Grammy, junto a artistas como Kendrick Lamar, Alicia Keys, John Legend, Goodie Mob, Valerie June o el grupo Tank & the Bangas. Su participación en este proyecto junto a otras estrellas como George Clinton, uno de los padres del Funk y artífice de creaciones memorables de los ’80, como Parliament-Funkadelic, quien colabora con Cimafunk en el tema Funk Aspirin, hacen que El Alimento suponga la consagración a nivel internacional del cubano, al ser reconocido por estos tótems de la música como un elemento a destacar dentro del funk internacional actual.

Completan la nómina, reconocidas figuras como las estrellas del hip hop estadounidense Lupe Fiasco y CeeLo Green, el cantante de dancehall jamaicano Stylo G, así como el grupo de hip hop afrocolombiano ChocQuibTown. Junto a ellos, también brillan los músicos cubanos Chucho Valdés, Los Papines y El Micha.

Queda esperar el camino que tomará esta nueva producción discográfica en las preferencias del público, aunque se atisba que será un recibimiento muy eufórico, debido al revuelo que han causado en las redes sociales los sencillos Funk Aspirine, Caramelo y Rómpelo, con sus respectivos videoclips. Sobre lo que ha representado esta producción, Cimafunk compartió con Alma Mater algunas consideraciones.

Han pasado cuatro años desde Terapia (2017) ¿En comparación con la producción anterior, hasta qué punto has notado la evolución en tu carrera con este nuevo material?

«Mi primer disco lo hice en mi casa, prácticamente sin recursos. Yo no tenía casi nada: una computadora vieja y ni siquiera software; contaba con el apoyo de amigos, pero nada de la infraestructura que ofrece la industria de la música. Sin embargo, me encantó el resultado. Salió de forma natural, de mi sangre, de las experiencias que he vivido y las influencias musicales que me han tocado.

«En ese sentido, este disco (El Alimento) es muy parecido. La diferencia en esta ocasión, es que tuve la oportunidad de trabajar con un productor muy talentoso y tener acceso a tecnología más avanzada, que impacta en la calidad de la producción.

«Además, llevo tres años dando conciertos en varios países del mundo, también tocando mucho en Cuba, y viendo la reacción de la gente con mi música. Eso ayuda al momento de producir. Entre lo que aprendí haciendo Terapia, la oportunidad de coproducir con un productor “mostro” como Jack Splash y tener el privilegio de tocar en vivo, interactuando en directo con mis fans, he acumulado más experiencia y una visión más concreta de hacia dónde quiero ir. Eso se percibe en el sonido de este disco».

¿Cuáles fueron tus inspiraciones para dar con El Alimento que querías?

«La inspiración viene de lo que he vivido, del día a día, de mi entorno y mis experiencias. De lo que escucho a mi alrededor, de conversaciones, dichos e historias. En mi música, y en este disco en específico, se puede ver mucho de mis raíces, de mi identidad como cubano y, sobre todo, como afrocubano.

Fotos: Fernanda de la Torre.

«Puedes ver mi identidad reflejada no solo en el sonido o las letras, sino también en la forma en la que me presento y expongo mi trabajo visualmente, tanto en las redes sociales como arriba de una tarima. Pasé tiempo estudiando, alimentándome de mucha música de diferentes lugares, de diferentes tiempos, para ayudarme a entender de dónde vengo, quién soy en la música y hacia donde quiero ir».

Te acompaña un elenco de lujo, entre artistas extranjeros y cubanos, ¿cómo fue la selección para las colaboraciones? ¿Quedó alguna colaboración soñada pendiente?

«Fue algo bastante orgánico. Tener a personas como George Clinton, CeeLo Green, Chucho Valdés y ChocQuibTown es un sueño cumplido y un honor. Muchos de los artistas en el disco son personas que llevo años escuchando y admiro mucho. Algunos los tenía en mente desde el principio. Con otros, cuando estábamos terminando las canciones nos dimos cuenta que funcionarían a la perfección para otros temas y así fuimos conformando todo el repertorio.

«Al finalizar el disco me di cuenta que todos los artistas invitados tienen sus raíces africanas profundamente presentes en la música que hacen. No importa si son jamaicanos, colombianos, cubanos o estadounidenses, está muy presente su negritud en su arte, y eso es algo que me encanta.

«Quedan varias colaboraciones soñadas y tengo fe que muy pronto se podrán realizar. Por ahora, quiero gozar este disco, del apoyo y la creatividad de todos los talentosos artistas que me acompañaron en este álbum».

Tus seguidores en redes sociales han estado al tanto de varios conciertos ofrecidos en el extranjero y aún te queda por delante una intensa gira por algunas regiones de EE.UU. y Europa ¿Qué extrañas del contacto directo con el público cubano en los conciertos en vivo en tu tierra?

Foto: Sama Dizayee.

«No hay nada como tocar para tus fans, amigos y familiares. Me encanta darle felicidad a mi público en los conciertos, unas horas en las que puedan disfrutar la música y gozar. Nunca he dado un concierto en Pinar del Río y estoy loco por tocar en mi pueblo y descargar con mi gente.

«Este disco fue mi alimento para pasar la pandemia, pues extrañaba mucho el contacto directo con mis fans y el privilegio de dar conciertos en vivo, tanto en Cuba como fuera de la Isla. Ahora, por suerte, se acerca el momento de tocar en vivo, reestablecer ese contacto y darle felicidad a mis coterráneos. Estoy loco por eso».

A propósito de una de tus canciones en el disco (Rómpelo) y de una pregunta que hiciste a tus seguidores en redes sociales, te devuelvo la interrogante: ¿Cómo mueve Cimafunk su cuerpo, de una manera intelectual? ¿Salen ideas para proyectos futuros de estas interacciones con tu público a través de las redes sociales?

« Yo muevo el cuerpo sin pensar (Jaja), es lo que me sale. Supongo que eso es una manera intelectual, porque lo más importante es sentirse bien y yo me siento bien bailando. No hay nada como los conciertos para interactuar; a mí me encanta estar en el escenario.

«La otra forma en que puedo compartir lo que siento, hoy día, es a través de las redes sociales. Con mi equipo siempre estoy viendo la forma de estar en contacto con mis fans, darle música y chucho, mantenerlos informados y ponerlos a gozar conmigo y mis músicos».

¿Cómo te sientes más cómodo a la hora de ofrecer tu arte: grabando un fonograma o sobre la tarima?

«Me encanta crear y disfruto mucho estar en el estudio escribiendo y produciendo. Trabajo con varios de mis músicos, quienes tienen un talento tremendo, para sacar otros proyectos. Estoy muy feliz con eso, pues estoy seguro que vamos a hacer mucha buena música en el futuro. Sin embargo, no hay nada como estar sobre la tarima, eso es lo que me motiva y me da una felicidad tremenda: ver las sonrisas y los cuerpos moviéndose en el público es algo que yo disfruto muchísimo. Ese también es mi alimento».

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