PAISAJE CON LÍO

En peligro de extinción

Da igual si es un cristal astillado, un balaustre faltante, unas tiras de cinta adhesiva ante la inminencia de un ciclón de hace tres años o una mancha de humedad en el plafón.

Jorge Sariol
Revista Alma Mater

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Por Jorge Sariol

Fotos: Elio Mirand

Son dos viejas conocidas de los habaneros, en dos famosas esquinas de La Habana: las librerías Abel Santamaría y Alma Mater.

La situación socioeconómica hoy da solo para lo esencial y aunque la cultura es lo primero por salvar, las prioridades pesan.

Pero también es una cuestión de percepciones. Y la noción es vieja. Hasta el más avisado alguna vez ha caído en la desidia de mirar para el otro lado. La traza se exhibe todos los días, como si fuera nueva. Y nadie escapa a su embrujo.

Y entonces lo apolilla el síndrome. Da igual si es un cristal astillado, un balaustre faltante, unas tiras de cinta adhesiva ante la inminencia de un ciclón de hace tres años o una mancha de humedad en el plafón.

La teoría la promulgó un tal Zimbardo, en una tal Universidad de Standford, en un tal estudio de psicología social, según el cual, un vidrio roto dejado a la buena de Dios, lleva sin escala a la incuria y de ahí a la anulación de los códigos de convivencia y civismo. Y lo mismo se da entre mikis que entre reparteros, si extrapolamos con un poco de entusiasmo.

Es fea la imagen, pero el espíritu puede salvarse. Y mucho se salva con un poco de amor. La mujer del César, además de serlo, deber parecerlo. De eso se trata.

No faltan las iniciativas para evitar la extinción de algunas librerías. Una de ellas ha promovido el sufragio de leer y vender libros «físicos», en papel, y ha sido propósito del Centro Provincial del Libro y la Literatura de La Habana, mediante la puesta en práctica del proyecto Libro a la casa.

La directiva de la institución cultural creó el servicio de venta de libros a domicilio en tiempos de pandemia.

Con una llamada telefónica, las personas podían solicitar el título o género de interés, y si el texto ha sido agotado se le recomendará alguna otra obra literaria. Aseguran que por esta vía se han vendido más de 8 700 títulos, todos entregados por los libreros quienes también hacen función de mensajeros.

¿Es esta idea más fácil que adecentar un local o al menos evitar la imagen del ocaso hasta que lleguen tiempos mejores?

La traza se repite en muchos entornos diferentes, donde la chapuza es casi un arte, a veces vendido como tal; a veces presionado por carencias financieras, de recursos — humanos, sobre todo — y de sentido común.

Su antípoda se conoce como Sintomatología de BEF — Botar El Sofá — y es lo mismo, pero con la marchatrás puesta.

San Lázaro e Infanta

A diario puede constatarse en un ómnibus urbano, en un banco del parque de la vecindad, en una fachada o en la recepción de una institución prestigiosa. Están en donde la imperfección se torna costumbre, el mal gusto estilo y la desidia en cuarto de desahogo.

Lo peor de todo es que muchas veces la solución, transitoria o perentoria, es la cosa la cosa más sencilla de este mundo.

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