PANTALLA EN TALLA

Lester Hamlet y una novela como Tú

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater
Published in
11 min readJan 4, 2022

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Preguntas van y respuestas vienen, el equipo de Alma Mater descubrió –detalle por detalle– qué trae la nueva telenovela cubana y cuáles fueron las peripecias del realizador audiovisual, así como sus planes para futuras producciones.

Foto: Lázaro Darias.

Por Bismark Claro Brito y Laura Amelia

Un buen número de videoclips, documentales, asistencias teatrales, un programa de cocina y cuatro películas después, aparece Lester Hamlet con su primera telenovela: .

La obra, filmada en tiempos de pandemia, y con 56 capítulos escritos por Yoel Infante, Amílcar Salatti y Eduardo Vázquez, se acerca al universo de las personas con discapacidad auditiva a través de un elenco que mezcla a consagrados y a noveles artistas.

El dramatizado, en cartelera desde el pasado 22 de diciembre en las noches de lunes, miércoles y viernes de Cubavisión, debe acompañar el horario estelar del canal de todos hasta mayo próximo. Fuera de la pequeña pantalla, en las redes sociales, también ha tenido su impacto: grupos de detractores — por más de una razón — y fanáticos — por otras tantas — defienden criterios sobre música, casting y argumentos...

Para mirar por dentro esta nueva producción televisiva, Alma Mater tuvo una larga charla con su director.

¿Por qué esta telenovela y no otra?

«Me llamaron para dirigir una telenovela y esta fue la que me dieron. No se llamaba , se llamaba Nosotros que nos queremos tanto. Los guionistas no habían cerrado la novela, decidieron hacerlo con el director, por lo que estaba escrita hasta el capítulo 58 (luego se redujeron las escenas, por eso se quedó en 56 episodios). Ahí fue donde único intervine, a nivel de guion, en pedirles a ellos la idea de lo que yo quería hacer para concluir.

«Pero no es que por qué esta y no otra. fue la que llegó, la que me tocó. fue la que tuve la suerte de tener».

Cambiar el título a , ¿fue puramente comercial o para decirnos algo?

«Tú me parece un título muy sintáctico, que pretende ser inolvidable. De alguna manera, intenta decir que la novela se parece a ti, que es como tú, que puedes encontrarte en alguno de esos personajes. Es una novela para que la disfrutes, para que la recibas en casa».

¿Qué problemáticas se desarrollarán en Tú?

«Hay un tema principal que forma parte de la novela como género: el amor. De hecho, la pareja más romántica de mi novela no es ni siquiera la protagonista.

«También habla sobre la venganza, lo anticuado que son todos estos discursos de agresividad contra la mujer, los niños; sobre las frustraciones, sueños, conflictos generacionales –el que ya quiere ceder espacio para que sangre nueva y más fuerte lo ocupe–, la maternidad, el exilio, el desamor…

«Es una novela muy coral, donde todas las historias secundarias tienen mucha fuerza, mucha relevancia y eso le va a dar mucho color. No hay un único conflicto».

¿Hasta qué punto logró captar las diferentes Cubas que conviven en este archipiélago, para que #lanoveladetodos sea más que una etiqueta?

«Sí, es la novela de todos, pero tiene las historias y los espacios determinados. Hay mucha Cuba que se queda afuera. No hay una Cuba provincial, que es distinta a la habanera, por ejemplo. Los conflictos que toca la novela son puntuales, exactos. Intenté que Tú fuera todo lo honesta que me permitía el guion, pero quedan muchas Cubas por retratar».

Foto: Lázaro Darias / Diseño: Alejandro Sosa Martínez.

¿Qué retos productivos impuso el contexto sanitario y cuáles fueron las salidas que encontraron?

«Ocurrieron varias cosas. En lo que más se podría resentir la novela es en el uso de extras y figurantes; hubo un momento en que ya no pude contar con extras, por causa de la misma COVID.

«Empezamos a filmar, oficialmente, en noviembre de 2019, pero yo comencé con el proyecto en marzo de ese año. Ahí lo leí, y pensé en el casting. Todavía no estábamos en producción, pero desde que tuve los guiones comencé a trabajar. Hubo una asistente que en aquel momento me apoyó en esa utopía mía de adelantar, sobre todo para darle rostros a los personajes que descubría en los guiones. Luego, paramos en marzo del 2020 hasta noviembre.

«A partir de entonces, filmamos hasta el 27 y el 28 de diciembre. Se enferma mi sonidista de COVID, me enfermo yo, y volvimos a parar. Después, retomamos como a finales de enero y ahí seguimos filmando hasta que concluimos en abril de 2021, con mucho miedo, con medidas extremas entre nosotros, porque había que terminar ya.

Foto: Lázaro Darias / Diseño: Alejandro Sosa Martínez.

«Fue un proceso largo que también tuvo consecuencias. Tenía niños en el elenco que crecieron y tuvieron cambios físicos muy considerables, sobre todo cuando un personaje grabó una escena en 2019 y la terminó en el 2021. En los actores adultos no se notan tanto esos cambios, pero en los niños mucho.

«Hubo una niña –el personaje de la hermana menor de Dayron, el protagonista– que no pudo seguir en la novela. Era una bebita de brazos que se movía solo en coche y había que tenerla cargada… Vino la pandemia y, cuando retomamos, la niña entró saltando, corriendo, ya hablaba. Ella no pudo continuar y buscamos soluciones a nivel de fotografía y sonido para que su personaje siguiera en escena.

«Edgar Quintero, que interpreta a Dayron, creció mucho. Ahí había que divertirse para encontrar remedios: camina entonces Alicia por arriba del contén y el niño por abajo. La mayoría de las escenas se hacían con el niño sentado o agachado para que no hubiera referencia de su tamaño».

En materia de música, la producción tiene más de 50 canciones…

«Mucho más. Es una novela muy musical, porque soy muy musical y porque, además, es mi origen, mi esencia. Doy gracias a todos esos autores que me permitieron colocar sus canciones en la novela; los que compusieron para ella, y los que dieron algunos de sus clásicos para musicalizarla.

«La novela tiene un regalo cada día, un plus en los créditos para los espectadores. ¿Por qué empezó eso? Había una novela que la gente decía preguntaba: “¿Ayer caminó el Caballero?”. Y es que en los créditos, a veces, salía el Caballero de París –la escultura que está afuera de la Basílica de San Francisco de Asís– y caminaba. Y dije: “Mira, la gente se fija en los créditos”.

«También como regalo a ese público y a todo mi equipo de trabajo, porque está muy duro que termines de ver la novela, te levantes, te vayas y no sepas el nombre de todas las personas que entregaron su vida ahí. Tenía que encontrar algo por lo que la gente se quedara durante los créditos. A lo mejor, un día no los leen, pero en la cotidianidad van a saber todos los nombres de los que participaron.

«Estoy muy contento con eso. Tuve mucho miedo, porque me decía “¿Esto funcionará?”. Todavía no lo sé. Le agradezco a Dios que me haya puesto esa idea en la cabeza, pues lo hace muy novedoso, muestra otras facetas, no solo de los actores que cantan, sino de los cantantes que actúan en ese crédito. Ojalá funcione y permita que la gente me regale esos tres minutos y preste atención a lo que va pasando por el lateral izquierdo de la pantalla».

Este audiovisual tendrá un alcance más allá del ámbito cubano…

«Ya está firmado el contrato para que la novela forme parte de la plataforma CUBAMAX, un canal que funciona por cable dentro del territorio de Norteamérica. De igual modo, cada capítulo va a colocarse en YouTube; eso le permite una audiencia universal, aunque no está subtitulada».

Foto: Lázaro Darias / Diseño: Alejandro Sosa Martínez.

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Cuando se le menciona a Lester el camino seguido por hasta la fecha, nos habla de sus miedos, de las noches en las que raramente duerme entre la proyección de un capítulo y otro por las opiniones del público. Explica que, sin grandes recursos o muestras excesivas de infraestructura, fue a lo minimalista, a la esencia, para hacer lo que en su concepción está bien.

Lester Hamlet Veira Rodríguez, multipremiado realizador, incursiona por vez primera en la dirección de ficción para la pequeña pantalla y lo hace, como ya ha admitido, sin referentes, puesto que no es un consumidor de telenovelas. De ahí, mucho de lo novedoso que podemos encontrar en el dramatizado.

En ese proceso de retroalimentación que constituyó su realización, el director lleva también experiencias para el cine, su espacio natural. Confiesa que esta vivencia fue como un entrenamiento para unas olimpiadas; la novela es, por mucho, más de la cantidad de minutos que había producido para el séptimo arte a lo largo de toda su trayectoria.

Las reinvenciones constantes por desperfectos técnicos, el apoyo insoslayable del equipo, la asesoría a los actores y el montaje de escenas en tiempo récord son algunas de las lecciones de Lester durante este tiempo.

Súmese a ello los aprendizajes que la vida le propició: «Me hizo conocer mucho de cuidados de salud y entender la fragilidad. Todo puede terminar en un momento y eso me daba miedo», lo dice quien, contagiado de COVID-19, solo pedía, desde su cama de hospital, la oportunidad de poder terminar la telenovela…

Aunque está enamorado de su novela, Lester confiesa que le hubiera agregado algunos aspectos. Por ejemplo, un conflicto relacionado con la diversidad sexual y de género.

No obstante, husmeando en este aspecto, Alma Mater logró extraer confesiones sobre nuevos proyectos. «En algún momento, me gustaría tener la posibilidad de realizar una serie, película o novela donde esos conflictos quedaran narrados para el respeto de mi comunidad. A veces hacen que los gays luzcan como los payasos, fantoches, como una ilusión irreal de algo tan concreto, tan cotidiano, que forma parte de la vida común del más simple de los mortales».

Pero antes de hablar de sus planes futuros, y para entender a fondo los entresijos de , es necesario acercarse a la obra de su gestor.

¿Cuáles son los límites de la creación para Lester?

«La creación es ilimitada, al menos para mí. Yo no tengo límites, ni quiero ni me interesan, ni sé cómo podría ponérmelos a mí mismo.

«El único límite que tenía diario durante el rodaje de Tú era el horario. “Tienes que terminar, vas por ocho minutos. Te quedan dos horas. Tienes que hacer cinco minutos más”. Eso era como una espada de Damocles que estaba todo el tiempo sobre mí: avanzar, avanzar, avanzar, avanzar.

«Ahí hay un problema. Si no se cumple la norma –muy dura, pues te exige que cada día grabes 13 minutos del resultado final–, quienes trabajan en esto no cobran. Por mucho que ellos se sientan libres, yo me sienta ilusionado y el proceso haya sido lo más feliz del mundo para todos nosotros, es un centro de trabajo. La gente tiene casa, familias, necesitan el dinero que se les paga.

«Tal vez, ese era mi límite, estar pendiente de cumplir la norma para lograr producir lo que había que producir».

Fotogramas de Tú.

Salió de su zona de confort y también invitó a otras personas a hacerlo. ¿Cómo nació la idea de moverse en diferentes manifestaciones artísticas?

«Nace de que yo pienso que los actores, sobre todo en un medio como la televisión, se repiten mucho. A esta altura creo que ya sé por qué.

«Entonces, desde el primer momento sí quise crear personajes, hacer actuar a todos esos actores. Dirigirlos, llevarlos por caminos distintos de lo que yo conocía de sus carreras; cambiarles las voces, la imagen y el estilo en muchos casos. Que los galanes no fueran galanes, que los malos no fueran los malos habituales. Sacarlos un poquito de lo que se les ha encasillado en la historia de los medios. Darles otro color.

«Es una oportunidad que ellos también, como actores, agradecieron mucho, porque mientras más difícil tú se la pones, más felices son. Fue una labor que me impuse. Quería que fuera así, divertirme con ellos, queríamos jugar, volver –digamos– a las esencias de lo que es actuar que, en inglés, es play».

Foto: Lázaro Darias / Diseño: Alejandro Sosa Martínez.

Esta también fue la primera experiencia de varios integrantes del equipo de realización en una telenovela y eso implica muchas ganas de hacer, compromiso…

«Mi fotógrafo, Ariel Navarro, antes de esto había hecho su tesis y un documental. Asumió la novela como lo primero y le da fuerza, dinamismo, mucha frescura. No es un director de fotografía que llegue cansado, ni creyendo que ya lo sabe todo o amparado en vanidad alguna. Al revés, él sabía, sentía que del éxito de la observación de su trabajo dependerá su vida futura como fotógrafo. De lo que él logró en esta experiencia lo llamarán otros directores o no.

«En vestuario tuve unos seres maravillosos que vienen del cine. La diseñadora de vestuario es Alisa, la rusa; la asistente de dirección de vestuario es Margarita, asistente del cine. Y las dos vestuaristas son muchachas que entraron a la novela para aprender, porque estaban graduándose del ISDi –Instituto Superior de Diseño–. Pero, para ver cómo funcionaba internamente el mecanismo, aceptaron ser las vestuaristas. Así pasó, más o menos, en cada una de las especialidades».

Ya había incursionado en TV antes; sin embargo, a partir de esta experiencia ¿la Casa Productora de Telenovelas cuenta con un nuevo director?

«No lo sé. No me atrevo a jurarlo, pues depende de muchas conversaciones y depende, también, de que la experiencia de haber filmado nos haya hecho a ambos crecer y entender cosas. Me encantaría.

«En un momento, la gente me decía “tu primera novela” y yo, de inmediato, respondía “primera y única, no me vuelvo a meter en esto”. Mas, la felicidad y la satisfacción que me da ver los capítulos armados me llena de ganas de empezar otra ya».

¿Tiene en mente algo para el cine?

«Llevo algunos años anunciando que estoy preparando una biografía sobre la vida de Bola de Nieve, que será una película, según está en mi cabeza, musical. No con ambiente musical, sino una película musical.

«Estoy conversando con Amílcar Salatti sobre un guion, para ver cómo lo vamos adelantando y dándole forma para filmarlo. Es una historia que me encantó, que la está escribiendo él y quiere que la dirija yo.

«Tengo algunos proyectos en paralelo, que llevo años tratando de levantar, como Compota, un drama negro sobre la noche habanera».

Diseño: Alejandro Sosa Martínez.

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