Universidad

Más que un aula al estilo online

Ante el comienzo del nuevo período lectivo para estudiantes de nuevo ingreso a la universidad, Alma Mater conversa con un grupo de Periodismo que ha asumido prácticas de comunicación digital, aun sin haber comenzado sus estudios.

Gabriela Hernández Montes de Oca
Revista Alma Mater

--

A pesar de los embates de la pandemia, cuando tuvieron la oportunidad de conocerse fuera de las redes, la nueva generación de periodistas de la Universidad de La Habana no lo dudó.

Por Gabriela Hernández

Desde edades tempranas suele soñarse con la profesión que ejerceremos en un futuro. Años de preparación y aprendizaje son necesarios en la búsqueda de una vocación y, para quienes contemplen entre sus planes la educación superior, entrar finalmente a universidad supone una meta.

Tal vez, el mayor reto consiste en adaptarse al cambio de enseñanza. En ocasiones, resulta más complicado llegar a una nueva escuela y lo que ello implica, conocer a gente disímil con intereses afines o no, hacer amistades, seguir la dinámica. Sin embargo, otra incertidumbre se suma a las inquietudes de quienes comienzan su primer curso este año: las clases iniciarán solo a través de una pantalla.

No obstante, las nuevas dinámicas de conectividad han hecho que, desde hace un par de cursos, los que llegan a una misma carrera o facultad ya sean al menos contactos en el espacio virtual de las redes. La pandemia ha venido a potenciar esas interacciones e, incluso, han impulsado iniciativas para conocerse y vincularse a la profesión. Aunque por el momento no compartan un aula físicamente, Internet ha sido durante estos meses el campus creativo para un grupo de nuevos y futuros profesionales del Periodismo.

Familia virtual, también es familia

Vía Messenger, WhatsApp o «porque tenía el contacto suyo y le añadí» fueron llegando nuevos integrantes a El Zoo de Periodismo. Daniela Rodríguez Zamora creó el grupo — junto a Alejandra García Mesa — para conocer a sus futuros compañeros. Sin embargo, nunca pensó que se integrarían tan rápido.

«Recuerdo que en un principio no teníamos foto para ponerle, ni cómo llamarlo. El nombre surgió porque, a modo de jarana, cada quien se asignó un animal representativo, por ello terminó siendo El Zoo de Periodismo», relata la joven, quien se inicia como estudiante en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Antes de conocer sobre la existencia del chat colectivo, la mayoría dedicaba su tiempo en Internet a descargar música, libros o simplemente a revisar las redes sociales. Ahora, es difícil que no estén casi todos debatiendo a cualquier hora en el grupo. Incluso, quienes permanecen conectados por un tiempo escaso, están al tanto de lo que ocurre.

Para Amanda Pérez Cruz, que se integró en febrero de este año, constituye una buena alternativa para interactuar con sus compañeros. «A mí me cuesta bastante relacionarme con los demás, pero el hecho de que sea online me permite abrirme un poco más. He entablado relaciones de amistad y ya tengo alianzas a la hora de “dar chucho”, como decimos».

Escucha cómo piensa este grupo que pronto comienza su vida universitaria

Podcast: Boris Luis Leiva Padrón

Comunicación desde casa

Pero todo no queda en la interacción a lo interno, como sucedería en un aula. Como periodistas, saber comunicar bien es una de las principales habilidades, y aunque todavía no empiezan las clases, Alejandra García y Dainary Nápoles, pusieron en práctica una iniciativa para lograrlo desde hace algún tiempo.

El proyecto «Aguacero», tiene ya tres grupos públicos en WhatsApp, y según explica Alejandra, «surgió por la necesidad de tener un espacio al cual acudir para conocer y recomendar actividades culturales. Muchas veces nos perdemos alguna obra o exposición porque no nos enteramos — comenta — o porque no tenemos tiempo para estar al tanto de las carteleras».

Para ello llegó este espacio. Aun en tiempos de pandemia, sus administradoras recopilan y clasifican los eventos del mes — virtuales o presenciales — para socializarlas. Además, se preparan para brindar pequeñas reseñas sobre los eventos que consideran más importantes y notifican si alguno se suspende.

Ante la actual situación epidemiológica, provocada por la COVID-19, la reducción de dichos eventos ha sido significativa. Por lo tanto, han buscado otras salidas para mantener el grupo activo, el cual pretenden extender a otras plataformas en un futuro. Por el momento, dan a conocer la cartelera cinematográfica correspondiente a la programación televisiva, acompañada de recomendaciones literarias y el anuncio de eventos virtuales.

Puedes entrar a este grupo para que no te pierdas ni un detalle

Precisamente, si de recomendaciones se trata, el grupo en Telegram «Serendipia» sigue la misma línea. No obstante, lo distinguen espacios de curiosidades históricas, ciencias, artes, cocina, yoga, reflexiones, ejercicios físicos y otros.

Sheryl Márquez Vega, quien también iniciará en la carrera de Periodismo este curso, lo define como un «descubrimiento afortunado e inesperado de algo que no se estaba buscando», en abierta referencia al significado del nombre de este espacio virtual.

Como integrante de la iniciativa, agradece el alcance, pues ha logrado llegar a casi 500 jóvenes de varias provincias del país. «Una de las ventajas de esta plataforma, dice Sheryl, es que permite mantener un debate constante con los suscriptores. A través de las opiniones recogidas allí, el proyecto se ha retroalimentado».

A las puertas de las clases

La entrada tardía a la universidad, producto de la COVID-19 no ha logrado quitarles las ganas de formarse en su futura profesión. (Foto tomada del perfil de Facebook de Alejandra Garcia Mesa)

Quienes integran estas iniciativas pretenden seguirlas llevando a término a toda costa. Sin embargo, los procesos a enfrentar en la universidad podrían impedir que se publique con tanta frecuencia, incluso, la vida misma de sus creaciones. No obstante, la experiencia de conocerse y trabajar de conjunto en red, hace afirmar a estos estudiantes que el vínculo les ha servido para enfrentar con mayor seguridad el reto que suponen las clases online.

Gabriel Mok Rodríguez, por ejemplo, sostiene que: «Gracias a la conexión que hemos creado nos será más fácil apoyarnos y ayudarnos en las actividades y evaluaciones de la escuela. Ya no solamente en el ámbito estudiantil, sino también en el personal».

Las expectativas con el nuevo curso son altas. Quienes están a punto de entrar en el aula virtual de Periodismo, solo esperan contar con un método de enseñanza motivador que les alimente el interés por la profesión. En las clases virtuales ven una ruta para no desvincularse de los estudios; no obstante, añoran saldar las limitaciones que, a su entender, presienten de la enseñanza virtual.

Será una experiencia novedosa, donde su efectividad podrá comprobarse una vez que sea llevada a la práctica. Eso sí, aunque las circunstancias no son las mejores, la culminación de un curso exitoso dependerá en gran medida del nivel de responsabilidad asumido por cada cual y la capacidad de superarse para ejercer, como diría García Márquez, el mejor oficio del mundo.

(En la realización de este trabajo periodístico también participó Max Barbosa Miranda)

--

--