PANTALLA EN TALLA

Omar Rolando, el actor más allá de Bruno

Para conocer en torno al proceso de construcción del personaje y adentrarnos en la teleserie Calendario, Alma Mater conversa con el joven actor Omar Rolando, quien se mete en la piel de Bruno.

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater

--

Fotograma de la teleserie Calendario.

Por Gabriela Camila Castellanos Mora

Se van agrupando en la acera: primero son tres, luego cinco; después son siete, ocho, y finalmente un montón…, llegaron todas y todos y se funden en un abrazo, con Bruno en el epicentro de las nostalgias.

Un abrazo que sabe a adiós, y es la antesala de la despedida de uno de los personajes de Calendario, la teleserie juvenil cubana que ocupa parte de las noches dominicales de Cubavisión, y ha logrado gran aceptación de la audiencia nacional.

Fotogramas de la teserie Calendario.

«Definitivamente Bruno es el mejor de todos nosotros», dice Leonardo; ante la incertidumbre de la afirmación y tras una explicación que transita por cada uno de los personajes del dramatizado, remata con un «aquí estamos todos, incluso nos abrazamos». En las lágrimas de Bruno, también el camino de la emigración, y muchos hasta luego que aún se acumulan…

Para conocer en torno al proceso de construcción del personaje y adentrarnos en Calendario, Alma Mater conversa con el joven actor Omar Rolando, quien se mete en la piel de Bruno.

«Por mi abuela es que soy actor», así define el motivo del inicio en la profesión, resaltando siempre el gran papel que jugó esta figura familiar en su vida. Y es que Trinidad Rolando cautivó con su temperamento e interpretaciones en grupos como Teatro Político y Teatro Escambray, y en el show Lady Salsa que la llevó alrededor del mundo durante diez años antes de fallecer.

«Fue mi guía, y por eso también me puse el nombre de Omar Rolando, para llevarla siempre conmigo», enfatiza el joven actor antes de adentrarnos en su camino actoral recorrido hasta la fecha.

- ¿Qué destacas de tu paso por la Escuela Nacional de Arte (ENA)?

«Mi primera gran maestra fue mi abuela, quien también me preparó para las pruebas de la ENA. Logré ingresar a través de una segunda convocatoria. A mi entrada a esta institución estaban Corina Mestre y Fernando Hechavarría, un gran maestro, en el claustro de profesores.

«En primer año tuve la oportunidad de recibir clases de Sandor Menéndez, antiguo actor del Teatro Buendía y a quien le tengo mucho cariño. Otros profesores importantes para mí fueron Ileana Chávez y Katia Caso. Me gradúo en el 2010 con Carlos Díaz y con la obra Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare. Desde entonces formo parte de Teatro El Público, dirigido por él».

- Tal vez, pocos recuerden los primeros personajes en el programa infantil El camino de los juglares y la pequeña intervención en la serie Mucho Ruido. Sin embargo, muchas personas guardan con cariño a Dani, del teleplay Pasos Firmes. ¿Cómo obtienes el personaje y cómo fue la preparación?¿Significó un punto de inflexión en tu carrera?

«Sí, Dani abrió las puertas a que otros directores se interesaran en mi trabajo, y me cambió la vida en televisión. Le agradezco infinitamente a Yoel Infante, Amílcar Salatti y Yaremis Pérez por la oportunidad.

«Tuve la alegría de aprobar el casting, y de momento se paró la producción por completo durante dos años. Cuando se retomó me mantenía con el personaje, pero por poco ni lo hago ya que estaba mayor. Me entristecí porque había leído el guion y ya estaba enamorado de la trama y del papel. Al final lo hice; y fue una gran alegría haber interpretado a ese Dani que la gente recuerda y que aceptó con tanto cariño y de una manera positiva».

-El filme Inocencia tocó los corazones del público nacional por la carga histórica y sentimental que acompañaba a la película. ¿Cómo llegas a interpretar a Carlos de la Torre?

«A Inocencia todos llegamos sin realizar casting. Yaremis Pérez era la directora de casting de la película, fue profesora de la escuela y nos conocía a todos. Alejandro Gil -el director- confió en ella y nos dieron el personaje a cada uno. Recuerdo que ese día nos entregaron fotos de los estudiantes y yo era el que más me parecía a mi personaje».

- ¿Dónde estuvo el mayor reto al interpretarlo?

«Sin lugar a dudas, en que era un personaje histórico basado en hechos reales. El guion fue de Amílcar Salatti, muy bueno para la película. Uno de los desafíos mayores estuvo en imaginarse qué pensó ese joven; qué sintió este muchacho que, con apenas 15 o 16 años, fue fusilado por un crimen que no había cometido.

«Grabar en El Príncipe, una cárcel de verdad, constituyó otro reto: el lugar estaba cerrado, y estuvimos alrededor de una semana allí, donde había murciélagos, humedad y muchos de nosotros hasta cogimos catarro y nos enfermamos. No obstante, fue una satisfacción haber hecho la película.

«Recuerdo cuando fui a la primera presentación y vi que la gente salía llorando, muy emocionada, como me pasó a mí cuando leí el guion. Te lo lees y sabes lo que va a pasar al final, pero aun así lo haces con la esperanza de que no suceda; de que no maten a estos muchachos».

- ¿En algún momento llegaste a sentirte identificado con tu personaje de Inocencia?

«Me sentí muy identificado con Carlos de la Torre y Madrigal. Leí mucho, me preocupaban todas esas escenas que eran en la cárcel, mayormente cuando les dicen que los iban a matar. Y bueno, ese es también el trabajo del actor, preguntarse ¿cómo reaccionaría si me estuviera pasando a mí?

«Imaginé siempre cómo podía ser ese proceso. Alejandro Gil nos dio a todos una guía con nuestros personajes, para que pudiéramos estudiarlos Eso fue muy beneficioso para nosotros».

-Muchos profesionales del género coinciden en que el teatro es la mayor escuela para un actor. Desde tu experiencia personal, ¿qué opinas acerca de esto?

«Tienen toda la razón, el teatro ha sido mi gran escuela. Desde que me gradué en el 2010 formo parte del Teatro El Público, junto a Carlos Díaz, mi maestro. He aprendido mucho y he tenido la oportunidad de trabajar con grandes actores como Osvaldo Doimeadiós y Broselianda Hernández, a la cual quise mucho; con ella trabajé también en el grupo Jazz Vilá Projects.

«El teatro forma parte de mi vida y nunca quisiera dejar de hacerlo. Pienso que es como un entrenamiento diario para un atleta de alto rendimiento. Me mantiene, activo y vivo. Además de a Teatro El Público, pertenezco al grupo El Portazo, de Matanzas».

- ¿Cuál ha sido el personaje más complejo que has desempeñado en el teatro?

«Cada personaje es un mundo aparte, y todos tienen su complejidad. No sabría decirte cuál de todos más. Sí recuerdo que cuando hice Las amargas lágrimas de Petra Von Kant hubo un momento en que me vi como que estancado en el proceso, y después pude salir a flote gracias a la ayuda de Carlos Díaz y mis compañeros».

- ¿Cómo llega a ti la propuesta de participar en Calendario?

«Me llamaron al casting. Creo que Magda González Grau me vio en Pasos Firmes y le gustó mi personaje. Todo gracias a Yoelito Infante, quien es un gran director de actores como mismo lo es Magda. Ella trabajó con nosotros en Calendario y tuvimos dos o tres meses de trabajo de mesa. Ello facilitó llegar al set preparados y muy seguros. Yo hice casting para dos personajes, y al final me quedé con el personaje de Bruno, del cual me enamoré.

Fotogramas de la teleserie Calendario.

«La idea de la serie surge a raíz de una reunión con el Ministerio de Educación, donde Magda y Amílcar Salatti estaban presentes. Calendario está dedicada a la mamá de Magda, quien fuera una gran maestra; y al oír que se estaba perdiendo ese amor e interés por el magisterio, Magda decidió llevar a cabo el proyecto. Amílcar estaba sentado a su lado, y ella le preguntó si se atrevía a escribir una historia como esa.

«Calendario es una serie necesaria; y para mí ha sido privilegio, puesto que en nuestro país no se filman series todos los años».

Poema de despedida escrito por Bruno para Maritza en la teleserie Calendario.

- ¿Cuánto hay de Bruno en Omar?

«Bruno es el personaje que más me gusta de la serie. No porque lo interprete yo, sino por su sensibilidad y su manera de ver más allá de lo que muestran las personas.

«Él es un muchacho transparente. Tiene mucho de mí, como su gusto por la poesía y la lectura. Le encanta Padura, por ejemplo, y son puntos que tenemos en común. Cuando uno encarna un personaje le aporta mucho de sí mismo. Todos tenemos un mundo muy diverso, nadie es muy malo ni muy bueno, existe ese punto medio.

«Estoy muy contento con la aceptación de Bruno y con todas las críticas que han hecho. Por supuesto, hay críticas negativas y otras positivas. Cada cual tiene su forma de ver las cosas, pero pienso que en sentido general ha llegado de una manera positiva. La serie toca en cada capítulo un tema diferente, con una crítica constructiva. Considero que fue muy bueno que trataran el tema de los maestros, y más de esta forma en que lo han hecho, con una maestra que es especial».

Fotogramas de la teleserie Calendario.

***

A sus contemporáneos, el joven actor invita a convertir la constancia como fuente de energía para lograr sus metas y propósitos personales y profesionales: «Creo que lo más importante en la vida, sobre todo cuando uno quiere lograr un objetivo, es la disciplina, el estudio y el trabajo. Eso lo mueve todo más allá de cualquier talento. No se den por vencidos tan pronto y persigan sus sueños por encima de cualquier cosa».

Te sugerimos…

--

--