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Si no vas al Joven Club…
A algunos quizás les parezca extraño, pero hay lugares de Cuba cuyos habitantes tuvieron por primera vez en sus manos celulares, tabletas y ordenadores gracias a la red de centros tecnológicos más grande de Cuba. ¿Quieres conocer más?
Por Laura Amelia Álvarez
Los Joven Club de Computación y Electrónica encaminan, desde 2017, su labor en el acercamiento de las nuevas tecnologías a las comunidades cubanas remotas y marginadas, en un proceso que han llamado infoalfabetización.
La iniciativa, inspirada en la campaña educativa desarrollada durante 1960 en el país, busca acercar a la ciudadanía no solo a los dispositivos de conexión o al mundo digital sino también potenciar la cultura informática en la sociedad. Todo de forma gratuita y con la atención personalizada de los instructores a los interesados de diferentes edades.
En apenas par de días, en dependencia de las condiciones y habilidades, una persona infoalfabetizada debe dominar las pasarelas de pago empleadas en Cuba, como Transfermóvil o EnZona. El ciclo cierra cuando se dominan estas plataformas y se sabe cómo acceder a los portales gubernamentales y de las empresas de servicios básicos, ya sea mediante la web o a través de las redes sociales. Aunque tal vez hay que potenciar más la cultura de los usos posibles.
Súmese a las prestaciones brindadas, la instalación de juegos didácticos y la actualización de aplicaciones de factura nacional. Y es que «cuando se menciona informatización, por supuesto, ahí se habla de Joven Club», como diría Maidelys Pupo Torres, subdirectora de Comunicación de los Joven Club en La Habana.
El proceso de infoalfabetización despuntó en algunos municipios de Santiago de Cuba. La prueba piloto en el territorio oriental trascurrió en lugares muy intrincados, donde pocas personas poseían dispositivos de comunicación y otras tuvieron por primera vez en sus manos móviles, tabletas y ordenadores.
Con el pretexto de aproximar a sus habitantes a las tecnologías de la información y las comunicaciones, Joven Club llegó a 321 903 hogares santiagueros a pesar de las complejidades en la ubicación de algunos. Daylin Pérez de la Rosa, directora de Comunicación de la institución, explica que «hay lugares con dos o tres casas, por ejemplo; una montaña, donde la gente no va al centro del pueblo y si lo hacen no es para acudir a nosotros. Entonces los instructores van a sus viviendas».
Del Oriente, la experiencia pasó al centro del país, en Camagüey, aunque sin concluir aún por las condiciones sanitarias que enfrenta la provincia. Hasta la fecha, la tierra agramontina posee cinco municipios infoalfabetizados.
Asimismo, la experiencia se encuentra activa en la comunidad El Carmelo, perteneciente al municipio Plaza de la Revolución. Este es el tercer territorio de la capital en someterse al proceso, luego de circunscripciones en las barriadas de San Isidro y Jesús María. Todavía queda mucho por hacer, de conjunto con una maniobra del Gobierno y el Partido Provincial que plantea que La Habana marche a la cabeza del proceso de informatización del país.
La intención es que esta no se vea como una intervención paternalista en las comunidades, sino que explote las competencias que ya tienen muchos de sus ciudadanos para otras actividades en redes. De forma tal que se busquen soluciones desde sus habilidades.
Con presencia en el 80% de la capital –86 instalaciones en 84 consejos populares– Joven Club de Computación se adecua por estos días a nuevos sitios. «En tiempos de COVID realizamos la infoalfabetización al aire libre, en los lugares que nos proporciona el encargado o encargada de los CDR. En caso que no se pueda, en espacios amplios donde las personas mantengan el distanciamiento», explica Pupo Torres.
Aunque aún no se ha terminado en La Habana, ya unas 1 500 personas han sido educadas en temas tecnológicos desde el inicio de la tarea en la provincia, el 12 de mayo del presente año. A pesar de los retrasos ocasionados por la pandemia, el objetivo de la iniciativa es llegar a toda la población capitalina para el 505 aniversario de la ciudad, en 2024.
A través de sus más de 600 instalaciones en todo el país –al menos dos por municipio– la red de centros tecnológicos más grandes de la nación se propone infoalfabetizar a lo largo y ancho de Cuba. «Está concebido que en todos los territorios se lleve a cabo esta campaña en dependencia de la estrategia de informatización de cada lugar y de la situación epidemiológica», comenta Daylin Pérez.
Treinta y cuatro años: más que ceros y unos
El 8 de septiembre de 1987, La fundación de los Joven Club de Computación y Electrónica significó la puesta en marcha de una maquinaria que intenta llevar la cultura informática a las comunidades, de forma siempre creativa e innovadora; y abogando porquese consolide su quehacer en los barrios.
La entidad ha evolucionado según han adelantado las tecnologías con el desarrollo de softwares y aplicaciones, hasta llegar a informatizar varias empresas del país. A la par, ha potenciado su trabajo social mediante la labor con sectores sociales menos favorecidos.
Así surge el trabajo con las niñas en TIC, en el cual demuestran que el mundo de la informática también es para ellas. Incluso, han llegado a efectuarse competencias donde no solo son mayoría, sino que también se alzan como ganadoras; de igual forma se impulsa su vinculación a torneos de videojuegos.
En tanto, para personas con distintas limitaciones físicas y psicológicas se construyen espacios: desde cursos para débiles visuales hasta software diseñados, especialmente, para cuadripléjicos. En los GeroClub, por su parte, se instruye a los adultos mayores sobre temas de informática, gobierno y comercio electrónico, redes sociales; y se educa en las facilidades de los dispositivos electrónicos móviles.
Cuando en tiempos de pandemia los cursos básicos han detenido su presencialidad, otros se abren espacio en el entorno virtual. En www.cursad.jovenclub.cu pueden encontrarse itinerarios de diploma y posgrado.
Su próximo aniversario será celebrado con el lanzamiento de SERVICLUB, una plataforma mediante la cual se brindarán los servicios y productos de Joven Club –La Mochila, actualización de antivirus, asistencia informática con su respectivo pago por pasarelas–, desde el dominio punto CU a las personas naturales.
Todo ello sin frenar la infoalfabetización, una experiencia que ya ha conectado a una madre con su hijo en el exterior, ha independizado los tramites de un adulto mayor a través de su dispositivo móvil y ha devuelto la alegría a los niños de comunidades apartadas.