Padre es… Luis Casadesús

Siempre en la retaguardia

#RevistaAlmaMater presenta su segunda entrega sobre paternidades responsables y comprometidas. Padres que han sido ejemplo para su descendencia tanto en el ámbito profesional, como en la vida misma. En esta oportunidad con la historia de Ana y Luis, padre e hija enamorados de la Biología.

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater

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Autora: Dainerys Mesa Padrón
Fotos: Elio Mirand

Luis es un hombre de pocas palabras y de mucha sensibilidad. Se le humedecen los ojos cuando la respuesta a mi pregunta lo traslada a los cincuenta años que estuvo ligado a la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.

Respira, ahogando las lágrimas. Intenta ser coherente al hablar de su hija, pero tanto sentimiento le apaga las oraciones y apenas contesta: «orgulloso y satisfecho de que se sienta realizada».

Anita parece todo lo contrario. Habla con soltura. Hila un recuerdo con una anécdota presente. Los ojos le brillan, pero no se le humedecen. No obstante, cuando habla de su padre, del maestro que fue, del abuelo y guía que es hoy, lo mira cada tres palabras esperando su aprobación.

#RevistaAlmaMater entró a la dinámica de esta familia de biólogos para conocer la historia de una niña que se enamoró de los jardines y laboratorios donde trabajan su madre y su padre, y del ejemplo que la hizo crecer.

¿Cómo vivió Luis el momento en que Ana decidió optar por su profesión?

Luis: «Mi esposa y yo, que tenemos la misma formación, nos pusimos contentos. Ella y su hermano, desde pequeños, nos acompañaban mucho a la facultad. El varón se movía más por otros espacios, pero a ella siempre le gustó andar cerca de los laboratorios. Llegado el momento, decidió estudiar allí y la recibimos con los brazos abiertos. Hizo la tesis de diploma junto a nosotros y eso fue algo muy gratificante».

Ana, además de las visitas «obligadas» al trabajo de tu papá (y de tu mamá), ¿qué otro elemento te impulsó a preferir esta carrera?

Ana: «Cuando los padres son profesionales dedican mucho tiempo al trabajo; recuerdo que íbamos todos los sábados a las clases de la universidad. Veíamos cosas por el microscopio, los experimentos… Tengo en mi mente cómo jugábamos en los jardines, que eran preciosos, el ambiente que había allí. También, mi mamá y mi papá recibían muchos estudiantes en la casa, y como yo era más pequeña, pues esa relación con personas jóvenes me entusiasmaba; que hablaran con emoción de lo que estudiaban me fue calando dentro.

«Luego, en la #VocacionalLenin, tuve muy buenos profesores de Biología y eso mantuvo mi ánimo. Sin embargo, no tuve una aptitud fuerte por nada hasta el momento de llenar la boleta. Sin pensar puse Microbiología».

¿Cómo vivieron padre e hija los años de estudio de Ana en el mismo espacio de trabajo de Luis?

Luis: «Es usual que haya comentarios cuando los padres dan clases a sus hijos o trabajan en su misma escuela, pero no creo que en nuestro caso viviéramos algo negativo. Ella sacaba la nota que merecía, como una alumna más».

Ana: «Eso puede representar un problema cuando tienes una nota similar en otras asignaturas y de repente en la de tus padres eres sobresaliente. La verdad es que no fue mi caso. Mis notas eran muy parecidas en todas las materias. Al principio los estudiantes no sabían de quién era hija. Cuando avanzó el tiempo me marcaron como “la hija de Vita y Casa” y al final ya solo era Ana, una más del grupo, de la Facultad, de la UH»…

¿Después del período estudiantil, cómo ha sido la cercanía y el acompañamiento profesional entre padre e hija?

Ana: «Al graduarme fui la alumna más integral, y como era dirigente de la Feu, en mi primer tiempo de egresada pasé al Consejo Nacional de esta federación. Luego estuve como cuadro profesional de la Unión de Jóvenes Comunistas.

«Realmente mi papá y mi mamá no esperaban que ese fuera mi proyecto de vida al terminar la carrera. Querían que ejerciera todo lo que había aprendido, lo que me gustaba; mas ellos asumieron mi determinación y me apoyaron en ese camino».

Luis: «Independientemente de que en aquel entonces no siguiera con los planes que tenía y que nos gustaban para ella, la apoyamos siempre. Entendimos su decisión y sabíamos que era un reto que asumiría por un tiempo».

¿Qué es lo que más admira Luis de Ana como profesional y como mujer?

Luis: «Esa es una pregunta que así de golpe no puedo responder. Son cosas que uno vive diariamente para las que no se plantea una respuesta. Es mi hija, y por eso la apoyo (apoyamos) en lo que ella cree que es correcto y bueno. Nos gusta mucho que se haya incorporado a su vida profesional. Cuando debe quedarse más tiempo en el trabajo sabe que su mamá y yo estamos aquí, en la retaguardia. Y es así, porque se merece todo nuestro apoyo por como es, y por lo que hace».

Y para Ana, ¿qué es lo mejor de su padre como hombre y como profesional?

Ana: «Tiene muy buenos sentimientos. Es muy buena persona, decente. Crecí con ellos trabajando hasta los fines de semana y esa experiencia es lo que ha guiado mi vida, mi forma de asumir los compromisos laborales. Ese ejemplo que me dieron no solo fue excelente para mí, sino que lo está siendo en la educación de mi hijo. Creo que yo soy su continuidad».

Ana Victoria Casadesús Pazos, Licenciada en Microbiología. Trabaja en estos momentos en el Centro de Inmunología Molecular. Luis Casadesús Romero, su padre, se graduó de Ciencias Biológicas y trabajó por cinco décadas en la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.

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