Yaremis Pérez: «Lo más importante para mí son los personajes»
En entrevista con Alma Mater, la actriz confiesa las emociones y desafíos detrás de El derecho de soñar, y la enorme responsabilidad de encarnar a la gran dama de la radio en Cuba
Por Félix A. Correa Álvarez
La telenovela cubana de turno ha cautivado, a no pocos, con su encanto nostálgico y sorprendentes revelaciones, en sus primeros capítulos. El derecho de soñar se ha convertido en una experiencia única, que transporta a algunos hacia el pasado y permite a otros, descubrir nuevos horizontes. En el centro de esta entrega se encuentra una talentosa actriz que da vida a la mítica María Valero.
Yaremis Pérez, quien asume con maestría el emblemático papel, revela, en entrevista con Alma Mater, las emociones y desafíos detrás de El derecho de soñar y la enorme responsabilidad de encarnar a la gran dama de la radio en Cuba:
«Para mí ha sido un lujazo, un regalo de sus creadores, de mi carrera y de la vida, interpretar a María Valero, una figura enigmática, una leyenda. Al investigar cada faceta de su historia y su legado, surgió el emocionante desafío de “reencarnarla”. Era importante para mí rendirle un digno homenaje a través de mi interpretación, en especial, al tratarse de un personaje real. Afortunadamente, no estuve sola en este proceso, ya que conté con el respaldo de un talentoso grupo de especialistas que me apoyaron y asesoraron en todo momento. La construcción de María fue un hermoso trabajo en equipo que disfruté enormemente».
— ¿Cómo llegó a ti el personaje?
«Albertico Luberta me llamó y me propuso interpretar un personaje en su nueva novela, que sería un homenaje a la radio por su centenario. Ya eso, para mí, fue un detonante importante, además de trabajar con un director como él. Y no menciono a María en este punto porque, increíblemente, no la conocía, ni siquiera sabía que existía una gran dama de la radio en Cuba. Son esas cosas que uno no se perdona. Inmediatamente me remito a Internet para ver de quién se trataba, y mi sorpresa fue mayúscula. En ese mismo momento me enamoré de su historia y supe que tenía en mis manos una enorme responsabilidad. No te voy a mentir, algo tan inmenso asusta».
— Caracterizar un personaje de otra época, pero al mismo tiempo acercarlo hasta hoy, ponerle sentimientos y darle vida, supone un minucioso estudio. ¿Cómo lo asumiste?
«Con su historia y persona, siento que tuve una conexión desde el inicio, que se fue haciendo cada vez mayor. ¡Investigué mucho! Busqué libros, fotos y reseñas sobre ella, escuché la música que ella prefería y leí las obras de los autores que ella admiraba. Pasé por algunos de los lugares donde caminaba y vivía. Después vendría todo el trabajo con la época, el tono, la voz y la dicción. Ella, además, era española, con un acento cubano impuesto para poder crecer dentro de su profesión.
«También se trabajó con las posturas, los gestos y la cadencia. Quería con todas mis ansias que el público viera a María más cercana a la verdad. Todo cuanto se hizo en escena tiene su fundamento en ese estudio. Por supuesto, siempre de la mano de Albertico Luberta y Yailín Coppola».
— ¿Cuán determinante es la dirección de actores en este proceso?
«Es imprescindible estar al tanto de muchos detalles, y uno como actor tiene que estar viviendo. Así que es fundamental esa persona que va velando y corrigiendo tu trabajo, para que todo se congenie. En este caso, Yailín Coppola fue la timonel de este barco, trabajaba mano a mano con Luberta».
— En pocos capítulos transmitidos, El derecho de soñar ha despertado en el público un interés por la Radio Cubana, su historia y sus protagonistas. ¿Crees que ahí radique el verdadero éxito de la telenovela?
«La radio, el género novela, el hecho de partir de historias de vida reales y sucesos importantes que marcaron cultural y políticamente a tu país, son argumentos más que suficientes para que el público se siente a disfrutarla, más allá de si la obra gusta o no».
— Muchos la llaman “la telenovela de María Valero”…
«Y lo entiendo perfectamente, porque sentí lo mismo que el público cuando la descubrí: esa vida enigmática, llena de misterios, una mujer resiliente, amada; pero condenada a un final que no merecía».
— Ahora, cuando ves al personaje en pantalla, ¿hubieses hecho algo diferente?
«Toda obra es perfectible. Particularmente, me llevo muy recio, lo asumo. Pero también confío en el estado de creación, de espontaneidad, que se establece durante el proceso».
— Recrear la escena del trágico accidente en el que pierde la vida María Valero debe haber sido todo un desafío técnico, y emocional, para ti, como actriz ¿Fue complejo su rodaje?
«La noche-madrugada en la que se grabó el accidente fue una de las más largas y complicadas del rodaje. Se llevó a cabo en la Alameda de Paula e incluyó un numeroso grupo de actores extras y figurantes, que debían vestirse y peinarse acorde a la época de 1948. La grabación se interrumpió, durante varias horas, debido a una persistente llovizna en la madrugada, por lo que se tuvo que terminar otro día. Fue muy complejo técnicamente, y muy fuerte para mí desde el punto de vista emocional, por el vínculo con el personaje. Fue triste».
— Otra vez compartes escenas, aunque muy puntuales, con Ray Cruz. Ya el público los reconoce como una pareja artística. Háblame de su relación dentro y fuera del set.
«Siempre es un placer coincidir con Ray. En él tengo una confianza plena a la hora de compartir la escena. Nos conocemos muy bien, sabemos lo que pasa por cada uno, lo que estamos pensando. Es tan camaleónico que siempre, para mí, es otro, aunque sea el mismo. ¡Eso es lo lindo!».
Precisamente, con Ray Cruz, regresa en una nueva entrega de Al habla con los muertos y continúa su aventura como conductora en Pensando en 3D. También, para comienzos del 2024, concluirá su paso por Calendario, cuando se tramita la tercera temporada y final de la serie. Pero su crecimiento artístico y personal no se detiene. Yaremis no solo se destaca por su habilidad para interpretar diversos personajes, sino también por su valiosa contribución como docente en la Universidad de las Artes. Su pasión por actuar trasciende géneros y nos muestra el poder transformador de cuanto interpreta.
— El espacio Al habla con los muertos regresa con una segunda temporada. ¿Qué nos traen Miguelito e Indira en esta oportunidad?
«No puedo adelantar mucho de esta segunda temporada, solo que fue una locura total. ¡Qué manera de disfrutar ese rodaje! Un día, por lo bien que la pasamos y el cariño que le tenemos a los personajes, dijimos que seríamos felices de estarlo haciendo la vida entera. ¡Qué bonito!».
— Si de nuevas temporadas hablamos, Calendario también alista su tercera entrega y final. Ya Magda González Grau adelantó que a la familia que integras con Frank Daniel Martínez (Vladimir) se unen dos nuevos miembros. ¿Podrías darnos un anticipo?
«Solo lo que ya Magda adelantó. La familia crece, y los conflictos también. Para mí, la tercera temporada es la mejor: la más dura, la más compleja y completa. Se suman Carlos Solar y Emmanuel Castillo, quien interpretará un personaje en situación de discapacidad que impactará en el núcleo familiar que conformo con Vladimir — Frank Daniel Martínez — ».
— Tienes una vasta experiencia en la conducción de espacios televisivos no dramatizados. ¿Cuánto han aportado a tu carrera artística?
«Sí. Trabajé en Somos multitud, Ritmo clip, La música en el cine y ahora en Pensando en 3D. La conducción te crea una relación muy fuerte con la cámara, y eso te ayuda en los dramatizados a restarle importancia y a relajarte en escena».
— Háblame de tu experiencia en la formación de actores.
«La docencia ha marcado un antes y un después en mi carrera. La valoro y la disfruto mucho más desde que la ejerzo. Aprendo muchísimo de mis alumnos, y me hace estar todo el tiempo nutriéndome, desempolvando contenidos y poniéndome al día con los conocimientos. Es un ejercicio de creación y análisis constante».
— Eres una actriz que ha sabido moverse con soltura entre el drama y la comedia. ¿Prefieres uno de estos géneros en particular?
«No tengo predilección de géneros. Lo más importante para mí son los personajes y lo que ellos representan dentro de la obra. Cada personaje lo estudio y construyo siguiendo los mismos métodos, sin importar su género. Por supuesto, algunos requieren más búsqueda e investigación, pero cada actor va desarrollando su propia receta, según su particularidad. A medida que avanzo en el proceso, el camino que voy transitando, a través de estos métodos, marca las diferencias entre los personajes».
— ¿Cómo es tu día a día fuera de las cámaras?
«Me cuesta estar tranquila; siempre estoy haciendo algo. Me gusta conocer, aprender, encontrarme con mis amigos y dedicarle tiempo a mi familia.»
— Volviendo a El derecho de soñar, ¿con qué sueña Yaremis Pérez?
«Con dejarle un mundo mejor a nuestros hijos».
