Alerta Nuclear: Los accidentes que estremecieron al mundo

Mirdany
Revista Arena
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18 min readNov 17, 2023

Un accidente nuclear se define como la emisión de materiales radiactivos que perjudican la salud pública y al medio ambiente. Estos accidentes suceden en una central nuclear o en algún establecimiento que lleve a una actividad nuclear.

La camioneta de Vicente Sotelo, es confinada en el cementerio nuclear en el desierto de Samalayuca. Imagen tomada de BBC.com

Durante años han ocurrido diferentes casos de accidentes nucleares que han perjudicado la vida de la población, en algunos casos las ciudades tuvieron que ser evacuadas por la gran contaminación de materiales radiactivos.

Daré un repaso por los accidentes más conocidos, como los que no. Además de centrarme en el caso más grave de radiación que ocurrió en México, más especifico en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Un accidente que pudo haber perjudicado a la ciudad si tan solo un camión no se hubiera perdido y dado con el laboratorio Los Alamos en Nuevo México.

Vamos a dar un resumen sobre los accidentes nucleares más famosos y peligrosos que han ocurrido en el mundo.

Windscale

Uno de los primeros accidentes nucleares fue en una ciudad remota de Inglaterra, en una Unidad Militar se incendiará un reactor causando que Plutonio se esparciera.

Tuvo lugar en octubre de 1957, cuando un incendio –provocado durante un procedimiento de liberación de exceso de energía en el reactor– envolvió al primer reactor británico en Windscale (el Windscale Pile №1), en el noroeste de Inglaterra, creando una fuga de material radioactivo –incluyendo yodo, cesio, polonio y plutonio, según un informe– que llegó a todo el país y al norte de Europa.

Ocultado durante años, práctica muy habitual entre los gobernantes de la época, el accidente alcanzó un nivel 5 en la escala INES. Se trata del peor registrado en Reino Unido. Un incendio en uno de los reactores gemelos de la planta fue el origen del siniestro. El resultado: una fuga radiactiva de más de 300 kilómetros. María Jesús Hernández

Se utilizaba Grafito y Bismuto, que era para uso de investigación y para submarinos nucleares.

Este reactor estaba a cargo del gobierno británico. Así que sus primeras acciones fueron ocultar la noticia, logrando que los medios de comunicación no se enteraran de lo sucedido. Además de prohibir la venta de leche que se producía en el área, a pesar de que no se obtuvieron consecuencias entre la población.

Ese reactor fue enterrado en hormigón, y cambio de nombre a Sallafield.

Three Mile Island

El segundo accidente nuclear ocurrió en una isla en el río de cerca de Harrisburng, Pensilvania, Estados Unidos. La isla con el nombre de Three Mile Island tuvo un accidente en la central con el mismo nombre en 1979.

Uno de los reactores sufrió una fusión, logrando que algunos gases se liberaran en la población. Aunque se calcula que había 25,000 personas en el área del accidente, estudios posteriores detectaron que no hubo consecuencias de corto o largo plazo.

Solo las afectaciones económicas y públicas, ya que la limpieza fue de largo plazo y muy costosas. Además de que la población generó desconfianza a tener una planta nuclear en la zona.

Según una nota hecha por BBC News, desde entonces, en el país disminuyó la construcción de centrales atómicas y el accidente impulsó nuevas regulaciones destinadas a hacer más segura la generación de energía nuclear.

Ahora esta planta nuclear se encuentra cerrada, ya que no se tenia el apoyo estatal para el mantenimiento de sus operaciones. A pesar de que con anterioridad se había comentado que no había rentabilidad, por lo que se finalizaban sus operaciones.

No se registraron muertos ni heridos entre los trabajadores de la central o en las comunidades cercanas, pero el incidente sacudió a la industria nuclear en Estados Unidos y llevó a una serie de reformas en materia de seguridad y monitoreo de las centrales.

Chernóbil

El caso más famoso, con un sinfín de documentales, series, podcast, libros, etc. Ya que fue el primero en alcanzar la categoría 7 en la escala de INES.

Este accidente fue en la ciudad de Chernóbil, una ciudad ucraniana. Un abril 26 de 1986 en una prueba que simulaba un corte de suministro eléctrico, la potencia del reactor 4 de la central se sobrecargo causando que explotara el hidrogeno de su interior.

La cantidad de material radiactivo liberado, que se estimó fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945.

Grafito fue uno de los materiales principales que causo que la contaminación nuclear fuera tan peligrosa. Ya que fue el material que salió expulsado tras la explosión.

Se sabe que de manera inmediata se registraron la muerte de 35 personas que trabajaban en la Central Nuclear. Además de que se calcula que alrededor de 5,000 personas muriesen debido al accidente, de los que se encontraban bomberos, policías, políticos, científicos, civiles que vivían en la ciudad.

Además, que las enfermedades, como el cáncer o problemas genéticos, de largo plazo se presentaron por la contaminación entre la población que logro evacuar de la ciudad.

Según el sitio Química. Es, después del desastre, un área de 4 kilómetros cuadrados de pinos en las cercanías del reactor adquirieron un color marrón dorado y murieron, adquiriendo el nombre de “Bosque Rojo”. Algunos animales en las zonas más afectadas también murieron o dejaron de reproducirse.

De igual forma la alimentación en el área fue totalmente restringida, “impusieron restricciones a los alimentos en relación con el accidente, particularmente a las setas comestibles y a la leche”

Esto sigue continuando hoy en día, con la producción, transporte y el consumo de la comida contaminada.

En los meses posteriores al accidente, se construyó un sarcófago para cubrir el reactor №4 y contener el material radiactivo. Sin embargo, desde entonces se ha deteriorado, lo que ha provocado fugas de radiación, y en consecuencia en 2016 se colocó sobre el sarcófago una estructura conocida como Nuevo Confinamiento Seguro.

La ciudad de Chernóbil fue evacuada por completo y hasta el día de hoy no puede ser habitada. Las personas que vivían en el lugar se fueron con esperanza de regresar en algún momento, pero el accidente fue tan atroz que no se estima que haya una fecha próxima para que la ciudad sea habitada nuevamente.

Chernóbil

Tokaimura

Este accidente ocurrió en Japón, en un la prefectura de Ibaraki en 1997 y 1999. Fue uno de los más importantes en cuanto a su peligrosidad porque ocurrieron dos en un lapso de 2 años.

La planta nuclear de Donen (Corporacion de Desarrollo Nuclear) se incendio haciendo sonar las alarmas. Solo que con un cubo de agua fue suficiente para extinguir el fuego causado.

Este accidente causo que las instalaciones sufrieran algunos daños y trabajadores de la planta, 37 de los 112, resultaran expuestos a radiaciones altas, pero sin pone en peligro su vida.

Para el accidente de 1999 fue todo lo contrario. Este ocurrió en la planta de reciclaje de JCO.

En este caso fue ocasionado por una sobrecarga de uranio, causando que en un perímetro de 350 m fuera evacuada. Las autoridades pedían a la comunidad no salir de sus hogares por los gases expulsados.

Además de todas estas negligencias cometidas, JCO tardó 1 hora en avisar a las autoridades locales, y éstas otra hora más en alertar a la población, lo cual hizo que los daños fueran mucho mayores.

Los responsables sufrieron una sentencia de dos a tres años por la negligencia.

Ciudad Juárez. Cobalto 60

Ahora hablaremos de un accidente nuclear que no fue muy conocido, a pesar de las consecuencias que se obtuvieron tras el derramen de producto altamente contagioso.

Se considera como uno de los casos de contaminación más grande de América Latina, ya que fue la dispersión no intencional de 450 curios de Cobalto 60 en 1984.

Pero, ¿Qué es el Cobalto 60?

El Cobalto 60 es un isótopo radiactivo del cobalto, tiene una vida media de 5.27 años. Un gramo de Cobalto contiene aproximadamente 50 curíes de radioactividad; una dosis al cuerpo entero de aproximadamente 3 a 4 sieverts que mata al 50% de una población en 30 días.

Una vez que el cobalto entra al organismo se excreta en las heces, pero una pequeña cantidad es absorbida por el hígado, los riñones y huesos, además, una exposición prolongada puede causar cáncer. Las principales consecuencias a una exposición prolongada son: ceguera, esterilidad, mutaciones y la muerte, estos efectos duran entre 30 y 35 años.

Es muy utilizado para equipos médicos, en radioterapia, radiografías industriales, nivela artefactos y verifica espesores, irradiación de alimentos y su uso en laboratorios.

En el año de 1977 se hace una compra a una compañía de Ohio, Estados Unidos, por una unidad de terapia de la compañía X- Ray Equipament Co. Y que estaría en el Centro de Especialidades de Ciudad Juárez.

Esta compra fue realizada ilegalmente, ya que se tenía que dar informe al Instituto Nacional de Energía Nuclear (INEN), este equipo médico pertenece a una clase de dispositivos que utiliza radiación nuclear, para así eliminar los tumores. Por ese motivo se requiere de un personal especializado, ya que ellos tienen que saber cuál es la cantidad necesaria de radiación para no causar mayores problemas al paciente. Esto ocasionó que no se supiera dar un uso correcto de la máquina además de que no se contaba con personal que supiera manejar la máquina.

Esta maquinaria está hecha a base de materiales nuclearmente inestables, por lo que al descomponerse los núcleos de sus átomos emite ondas electromagnéticas, lo cual genera alta penetración y concentración de energía.

El equipo se mantuvo almacenado durante prácticamente seis años, debido a que el hospital carecía de personal calificado para operarlo. Para el 6 de diciembre de 1983 Vicente Sotelo Alardin, entonces empleado del Centro Médico, a petición del jefe de mantenimiento del hospital desmanteló la máquina, extrayendo un cilindro en cuyo interior se encontraba el Cobalto- 60, esto lo realizó sin ninguna ayuda. Aparte del cilindro también extrajo otras partes de la unidad como la mesa de tratamiento. Ya que su objetivo era venderlo como chatarra en el depósito conocido como yonque Fénix, que se ubicaba en la carretera a Casas Grandes y Benemérito de las Américas.

Antes de que llegara a este yonque, el cilindro fue perforado ya lejos de la bodega de donde se encontraba la máquina, ya que en un estudio posterior se dio a conocer que no se encontró material radioactivo.

Al haber roto el cilindro de Cobalto, pequeños gránulos se dispersaron por la camioneta, en el camino y el yonque, dejando así una gran cantidad de material radiactivo.

Por otro lado, el yonque manejaba grandes maquinarias, como grúas, para sostener los productos que llegaban. Es por este motivo que se usaron diferentes herramientas para sacar la maquinaria de la camioneta de Sotelo.

La funcionalidad del yonque era tener partes chatarra de diferentes metales, como partes de autos. Además de que estas cosas permanecían por un tiempo en el lugar, hasta que alguien quisiera comprar algún metal. Los gránulos de Cobalto- 60 se regaron por todo el patio donde se almacenaba la chatarra y, posteriormente, fueron atraídos por el campo magnético de las grúas y mezclados con materiales metálicos.

Por consecuencia, estos residuos llegaron hasta los vehículos que se usaban para el transporte de chatarra a los diferentes negocios de fundición. El principal comprador de chatarra del Fénix era la empresa denominada Aceros de Chihuahua, S.A. de C.V., la cual fabrica varillas para construcción y bielas para vehículos automotores.

La camioneta (contaminada por los gránulos) sufrió una falla mecánica y permaneció varada cerca del domicilio de Sotelo, en la calle Aldama en Ciudad Juárez, durante 40 días. Y tiempo después estuvo estacionada en el hogar de Sotelo unos 10 días más.

De lo dicho hasta ahora se desprende que inicialmente existían dos grandes focos de radiactividad constituidos por la camioneta y el material que se encontraba en el depósito de chatarra. Una vez que en la forma ya descrita los gránulos abandonaron el yonque Fénix, el material radiactivo pasó por medio de los vehículos a las fundiciones y también, antes de su arribo a éstas, a los caminos por los cuales se efectuó el transporte.

Por consecuencia, estos residuos llegaron hasta los vehículos que se usaban para el transporte de chatarra a los diferentes negocios de fundición. El principal comprador de chatarra del Fénix era la empresa denominada Aceros de Chihuahua, S.A. de C.V., la cual fabrica varillas para construcción y bielas para vehículos automotores.

Esta empresa fundía metal de chatarra para la creación de bases metálicas para mesas y piezas para motores eléctricos. El yonque Fénix era el vendedor principal de chatarra, más o menos se vendían de 5 a 10 toneladas de chatarra.

Para el año de 1983 los especialistas de CNSNS fueron directo a esta empresa a tener un registro de la radiactividad, encontrando que se encontraba unos niveles altos de radiación en el lugar, específicamente en los hornos de fundición, en la báscula, en el embarque y en el empacado.

Por ese motivo, la empresa tuvo que hacer limpieza de descontaminación, se dejo de laborar y se pidió que la producción se detuviera para la limpieza y así evitar más el despliegue de los contaminantes.

También los especialistas fueron al Laboratorio Nacional de Los Álamos, ubicado en Nuevo México, Estados Unidos, detectó la presencia de radiactividad en las inmediaciones.

El detector de radioactividad se disparó porque un camión, que transportaba varilla producida por esta misma empresa, Achisa, se había extraviado y pasó cerca del laboratorio. Ya que el camión se extravió de su ruta y al intentar volver a ella transitó por las cercanías del laboratorio de Los Álamos, en un lugar donde se encuentran instalados varios detectores de radiación nuclear.

En un primer momento activan las cámaras en donde se ve el camión contaminado pasar por las instalaciones, para los días siguientes las autoridades de EE. UU. concluyeron que las varillas contaminadas provenían de Achisa y procedieron a notificar a las autoridades mexicanas y que fue el causante que activó la alerta.

Por esta razón decidieron notificar, el 18 de enero, a la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas (CNSNS), del estado de Texas, E.U. y, posteriormente la información fue confirmada por la Comisión Reguladora Nuclear (USN RC) de ese país, misma que además señaló que probablemente el material radiactivo de que estaba contaminado el acero era Cobalto 60.

Iniciando así una investigación por parte del gobierno de los Estados Unidos, para saber qué es lo que había ocurrido con la planta Achisa de Ciudad Juárez y Chihuahua. En un principio debían obtener la información sobre estas empresas, después medir el nivel de radiación de la fábrica, en el yonque y los hornos donde se hicieron las varillas, también los lugares donde está la basura y en los almacenamientos de los productos terminados. También tenían que saber la fecha en que el material llegó a la empresa Achisa y las negociaciones de los proveedores.

Después de haber localizado todo era necesario confinar los materiales para saber qué grado de contaminación tienen y, por último, el establecimiento de medidas de protección radiológica dependiendo de la cantidad de radiación que tenga.

Con esta investigación se confirmó una gran dispersión de material radiactivo en la ciudad, “en particular, se comprobó que las instalaciones de Achisa estaban contaminadas y que lo mismo ocurría en el yonque Fénix”

Una de las medidas que se implementaron fue la orden de suspender las obras de la empresa Achisa y que no se distribuyera, ni fabricar ninguna varilla sin antes verificar que no estuviera contaminada.

El manejo del accidente no fue del todo correcto, ya que en México no se tenía un gran conocimiento acerca sobre accidentes nucleares. Por lo que las autoridades de CNSNS (Comisión Nacional de seguridad Nuclear y Salvaguardias), SSA (secretaria de Salud), SEDUE (Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología), Municipio de Ciudad Juárez y el de Chihuahua evaluaron la situación para tomar medidas.

Primero tenían que buscar en donde inició el derrame, verificar que tan contaminado estaba el lugar por donde pasó la camioneta de Sotelo y las vallas de construcción. También recolectar los objetos contaminantes y confinarlos en un lugar.

Por un lado, en la empresa Achisa se cerró por completo, mientras buscaban las fuentes de radiación más fuerte, se descontaminó para poder reducir la exposición de material. Además de que solo el personal involucrado podía entrar a la empresa.

El yonque Fénix fue cerrado y los materiales que se contaminaron en el yonque fueron enterrados con tierra, además de que se hizo revisión en las casas de los trabajadores.

Pero uno de los detalles que no se habían percatado era en la camioneta de Sotelo, esta ya tenía tiempo estacionada afuera de la casa de Sotelo lo que causo que la contaminación se esparciera por todo el vecindario.

Según las lecturas de radiación en el compartimiento de carga del mencionado vehículo se obtuvieron lecturas de niveles de radiación de hasta 1,000 R/h a 15 cm del fondo del compartimiento.

Durante las investigaciones el personal de CNSNS interrogó a los vecinos para así poder averiguar más sobre el incidente. Y es ahí donde se les comento que Sotelo era personal del Centro de Especialidades, que trabajaba como técnico de mantenimiento.

Ahí es donde el personal de la CNSNS fue al hospital para realizar un conocimiento radiológico de las instalaciones, además de averiguar sobre la obtención de la unidad de terapia manufacturada.

Por otro lado, se le solicitó a Aceros de Chihuahua una lista de los productos que se hacían con la fundición de chatarra del yonque, para así poder saber a que lugares llego la varilla contaminada.

Dicha empresa proporcionó una relación de 109 distribuidores localizados en 14 estados de la República Mexicana.

Con esta investigación se dio a conocer que en siete estados de la república se hicieron construcciones con el material contaminado, ya que 156 distribuidoras repartieron el material sin saber lo que tenía.

Se pudieron recuperar unas 2360 toneladas de varillas contaminadas que todavía no habían sido empleadas para su construcción. Se sabe que, en Mazatlán, Sinaloa, se derrumbó parte de la cárcel al detectarse grandes cantidades de radiación; igualmente, se inspeccionó una residencia porque sucedían “cosas raras” pues su moradora había muerto de causas inexplicables, se derrumbó debido a que se encontraron varillas contaminadas en una de sus vigas principales.

Además de que un número no determinado de construcciones en el país utilizaron varilla contaminada, la cual jamás se pudo recuperar; los habitantes han enfermado y muerto sin saber realmente la causa.

Finalmente, Horcasitas, ex gerente de producción de Aceros de Chihuahua, emitió un calculó alarmante: dijo que al menos unas 10 mil toneladas de varilla jamás se recuperaron.

En cuanto a las consecuencias sanitarias, se estima que 4 mil personas resultaron expuestas a residuos nucleares. En gran parte a causa de la camioneta de Sotelo, ya que se quedó un gran tiempo afuera de la casa, contaminando el vecindario.

Uno de los principales casos documentados fue el de Ramiro Ayala quien estuvo en contacto directo con la cápsula cuando se vendió como chatarra en el yonque, él era ayudante del contador. Por más de tres meses vivió en la zona más contaminada, junto con otros 67 empleados, y nunca lo supo. Desde entonces vivió con mutaciones en el cuerpo: las uñas del pie izquierdo lucen permanentemente negras, sus defensas son escasas.

Casi 80 por ciento recibieron dosis inferiores a los 500 mrem;18 por ciento recibió dosis entre 0.5 y 25 rems y, que dos por ciento restante, o sea alrededor de 80 personas, recibieron dosis superiores a los 25 rems.

La contaminación es contagiosa, por lo que suponían que los autos aledaños a la camioneta también fueron contaminados, dejando muchos más residuos en la ciudad, con menor cantidad, pero de igual manera peligrosa.

También se registraron que los trabajadores no presentaron vómitos, cansancio, ni nausea. Además de que no presentaron marcas visibles en la piel. Algunos de los trabajadores recordaron en forma vaga haber estado enfermos del estómago y otros recordaron haber tenido hemorragias nasales y cefalalgia

Se les mando a hacer estudios al IMSS (Instituto Mexicano el Seguro Social) a todos los trabajadores del tiradero y las que pudieron estar expuestas, empezando por el vecindario de Sotelo.

A todos los vecinos de la calle de Aldama donde se estacionó la camioneta contaminada se les envió a examen médico al IMSS y a la SSA, y se encontró que tres de ellos mostraban síntomas de haber recibido dosis altas de radiación (más de 50 R).

Como muchas de las personas que se expusieron no presentaron síntomas o signos de exposición especularon que las enfermedades podían presentarse en un futuro, pero en el mejor de los casos ya no se presentarían ningún síntoma.

A fines de 1984 se encontró que siete de los trabajadores del yonque Fénix mostraban síntomas de azoospermia y 16 de oligospermia.

¿Cómo se resuelve un accidente nuclear?

En un accidente nuclear es necesario saber el manejo responsable para no contaminarnos, por lo que se recomienda no salir de las casas, si es que se hace pública la noticia.

Una vez adentro de la casa es necesario cerrar todas las entradas y ventanas, quedarse en un lugar lejano a las paredes y techos. Además de apagar los abanicos, aires acondicionados y calefacción ya que ahí es done puede entrar la radiación.

Si estás en otro lugar, fuera de tu casa no trate de salir, es indispensable que se queden en el lugar en el que están. Solo espere a que se den instrucciones sobre como manejar las cosas.

En el caso de Ciudad Juárez, el primer lugar que se descontaminó fue el yonque Fénix, esta yonquera ubicada en la carretera a Casas Grandes se surte con chatarra proveniente de otros negocios, compra directa a la gente. Es por ese motivo que fue la primera opción de Sotelo al vender el material de la máquina de radiografía.

En un primer momento se prohibió la entrada al tiradero, también en la salida de material que ya se encontraba en el lugar. Con el fin de evitar que más gente se contaminara, además de evitar la dispersión del material contaminado.

La CNSNS midió los niveles de radiación del lugar, alrededor del tiradero y hasta en las casas aledañas. Además de que buscaron otros tiraderos que pudieron estar en contacto con material radioactivo para hacer los mismos procedimientos. También se le pregunto a los trabajadores sobre el inicio de la contaminación.

Otro de los lugares que se tuvo que limpiar fue la empresa Achisa, se buscó en el patio de chatarra, aceración, en el molino, en la forja, almacén de producción, un patio que estaba junto. Además de los tráileres que contenían la chatarra proveniente del yonque, ya que esta presentaba mucha radicación.

Se empezó con la recolección de gránulos de cobalto para ponerlos en contenedores especiales. También notificar a la empresa que no se hiciera ningún trabajo con el material contaminado.

Por otra parte, también era necesario establecer un lugar lejano de la población, agua, viento, fauna y flora. También es necesario saber que ese lugar no va a hacer usado en un futuro, el uso de la tierra debe ser escaso.

Ya que el material radiactivo puede llegar a las personas por medio del agua, además de que puede contaminar aún más los mantos acuíferos haciendo posible que el agua ya no pueda ser utilizada.

Por lo que se buscó un lugar alejado, con poco uso habitacional, baja precipitación pluvial y geológicamente estable. Por ese motivo es que se uso el desierto de Samalayuca como depósito radiactivo.

En 1984 se declaró el desierto de Samalayuca como la ubicación central para enterrar los restos radiactivos de Ciudad Juárez. Se hicieron estudios para evaluar si el territorio era bueno, que tuviera las especificaciones antes mencionadas y que fuera seguro para la población. Para julio se iniciaron las construcciones necesarias para dejar el material con la seguridad necesaria para los trabajadores.

Pero hubo un contratiempo, ya que la Confederación Patronal de la Republica Mexicana en Ciudad Juárez tuvo oposición, porque no querían que los desechos fueran tirados en el lugar señalado.

Con este motivo, a principios del mes de septiembre de 1984, el Gobernador del Estado ordenó la cancelación del sitio cuando se iniciaba el traslado del material para su confinamiento en dicho lugar.

Esto causó que se pensaran otros lugares para poner los residuos, el gobierno de Chihuahua mencionó hacerse cargo del trasporte y el costo de la construcción, ya que hacer todo el manejo del entierro era un presupuesto que las entidades no podrían costear.

Se seleccionó una localidad llamada El Malquerido, en un primer paso se inició el traslado de maquinaria y con la construcción de la superficie. Pero los mismos habitantes de la localidad amenazaron con quemar el equipo, porque sabían que es lo que llevaban a su localidad y no querían poner en peligro a su gente.

Por lo que tiempo después se seleccionó otro lugar, ahí mismo en Samalayuca, en un pueblo llamado La Piedra. Esta era propiedad del estado, por lo que no hubo complicaciones al momento de llevar el material radiactivo.

Se han transportado a las inmediaciones de dicho sitio más de 5,200 toneladas de metal procedente de Chihuahua, así como 860 tambos con tierra y gránulos de cobalto, la camioneta pick-up y 200 toneladas de bases metálicas procedentes de Ciudad Juárez.

Aunque en los años ochentas, los habitantes del pueblo de Samalayuca en México comenzaron a tener miedo de las nubes negras cargadas de lluvia que se paseaban por el cielo del desierto. También expresaban que el viento contenía veneno.

Los habitantes tenían miedo de que la contaminación viniera en el aire, y si las nubes cargadas de lluvia y el veneno del aire pasaban por encima de ellos, los contaminarían.

Además de que los agricultores de Samalayuca dejaron de sembrar, ya que creían que con el cobalto, al momento de llover, caería y estropearía las cosechas, es por eso que dejaron de sembrar.

También estaba el miedo del agua, ya que creían que los pozos de agua serían contaminados y el agua ya no podía ser tomada. Es por ese motivo que también el Cobalto 60 era el causante de las enfermedades que surgían en el poblado.

Cuando se recogieron algunos gránulos y se improvisaron blindajes para reducir el nivel de la radiactividad en la vecindad de dicha negociación; se efectuó la localización y confinamiento provisional de material radiactivo que se encontraba en El Fénix en el terreno propiedad de esta empresa, aledaño al Centro de Rehabilitación Social (Cereso); fue posible reducir los niveles de radiación hasta valores que se considera no representan un riesgo apreciable para la población y los materiales contaminados se almacenaron en el patio adjunto al área de forja y en el parque deportivo propiedad de la empresa.

Aunque fue un caso muy fuerte de radiación, y el riesgo por Cobalto 60 es incalculable, realmente el peligro de la radiación no se tenía en el pensamiento colectivo sino hasta el accidente de Chernóbil pues con este desastre la gente dio cuenta de las terribles consecuencias que se pueden generar por un contaminante radiactivo. Es por todo lo anterior, que el caso de Cobalto ocurrido en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, es uno de los más grandes hechos radiológicos de Latinoamérica y del mundo.

En el mundo han sucedido varios accidentes nucleares que dejan en claro su peligrosidad, las enfermedades que pueden causar y hasta como una ciudad puede despoblarse por la radiación.

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