La fuga del Cereso 3 y el “jueves negro”: un infierno para Ciudad Juárez

Gabriel Barraza
Revista Arena
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19 min readNov 16, 2023

Organización criminal puso en jaque a las autoridades en la frontera, donde creó escenarios de caos y terror entre los juarenses

Un militar del Ejército Mexicano afuera del Cereso 3 de Ciudad Juárez (Foto: Christian Chávez)

Ciudad Juárez, Chihuahua — El sonido de metrallas despertó a decenas de familias juarenses la madrugada del primero de enero de 2023, sin embargo, en esta ocasión los balazos no se realizaban al aire como celebración por el fin de un año; los disparos ocurrían adentro del Centro de Reinserción Social (Cereso) estatal número 3, ubicado en la calle Barranco Azul de la colonia Toribio Ortega, junto a la guarnición militar del noveno regimiento de caballería motorizada del Ejército Mexicano, en Ciudad Juárez.

Para las 7:00 de la mañana de ese día, las autoridades locales, estatales y federales ya habían implementado un operativo de seguridad alrededor del penal, donde minutos antes un comando armado irrumpió desde el exterior para liberar a varios criminales que se encontraban purgando sentencias por diversos crímenes.

De acuerdo con medios de comunicación locales que cubrieron la noticia la mañana de ese domingo, el saldo total de la intervención criminal fue de 30 hombres fugados, ya que varios reos aprovecharon la violación a la seguridad para huir de la cárcel, donde además quedaron sin vida siete detenidos y 10 custodios de la Dirección General del Sistema Penitenciario de la Fiscalía General del Estado.

Los hechos demostraron, por segunda ocasión en menos de medio año, lo frágil del sistema penitenciario de Chihuahua y la vulnerabilidad de las autoridades policiales que operan en Ciudad Juárez, ya que tan sólo cinco meses antes, el jueves 11 de agosto de 2022, el mismo grupo criminal que ejecutó la fuga del Cereso 3 logró paralizar la ciudad, poner en jaque a las autoridades y despertar temor entre los fronterizos en el conocido actualmente como “jueves negro”, el cual fue catalogado en su momento como un acto de terrorismo.

¿Quiénes orquestaron los ataques?

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, del Distrito Zona Norte, donde se encuentra ubicado el Cereso estatal número 3, los ataques perpetrados el 11 de agosto de 2022 y el primero de enero de 2023 fueron orquestados y ejecutados por el grupo criminal denominado “Los Mexicles”.

De acuerdo con el reporte del Programa de Política de Drogas (PPD) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), citado por el portal Aristegui Noticias el 12 de agosto de 2022, el grupo criminal “Los Mexicles” es un brazo armado sin entrenamiento formal que se dedica principalmente a ejecutar actividades delictivas y conflictos armados como aliado del Cártel de Sinaloa.

De acuerdo con la Fiscalía de Chihuahua, el origen de dicha banda surgió en medio de un contexto de violencia que se desarrollaba en la primera década de los 2000, durante la conocida “guerra contra el narco” que ocurrió en el sexenio del presidente panista Felipe Calderón.

Los integrantes de “Los Mexicles” formaban parte de una banda de “pandilleros” que estuvo detenida en los Estados Unidos por el robo de autos y fue deportada a México, donde se formó el grupo criminal en el que los integrantes se identifican por sus tatuajes, los cales llevan la leyenda “Hecho en México” y la imagen de una águila, de acuerdo con la información publicada en el periódico digital El Norte de Ciudad Juárez.

David Saucedo, experto en temas de seguridad pública que ha seguido de cerca el desarrollo de “Los Mexicles”, explicó que la principal característica de sus integrantes es que se comunican a través del náhuatl, además de que son migrantes que llegaron a la ciudad fronteriza de Juárez-El Paso luego de cruzar al país vecino del norte, de donde fueron deportados.

Saucedo explicó para el portal Expansión Política que debido a la organización con la que operaban “Los Mexicles”, estos llamaron la atención del Cártel de Sinaloa, el cual los reclutó durante “la narco guerra” que se vivió en Ciudad Juárez entre 2006 y 2013. Para entonces la banda estaba formada por un presidente, vicepresidente, generales, capitanes, sargentos y soldados, es decir, una estructura paramilitar que seguía las instrucciones de un líder, explicó Martha Vanesa Díaz Padilla, perito en materia de psicología y maestra en ciencias jurídicas.

‘El Neto’ y su banda de secuestradores

Para el año 2009, Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, alias “El Neto”, personaje principal en los hechos ocurridos en el último año en el Cereso estatal 3, fue detenido en Juárez por la entonces Procuraduría del Estado, la cual lo identificó como miembro de “Los Mexicles” y se le acusaba de formar y operar una banda de secuestradores , integrada en su mayoría por jóvenes y menores de edad, que entre los años 2006 y 2009 cometió cerca de 50 plagios, según un artículo del periodista, Samuel García.

“El Neto” tenía 21 años de edad a principios de 2010, año en el que ya se encontraba tras las rejas en el Cereso 3, donde enfrentaba varios procesos judiciales por los secuestros de casi medio centenar de personas, las cuales, de acuerdo con El Diario de Juárez, eran desde alumnos de preparatoria, hasta gerentes de empresas maquiladoras e incluso policías judiciales, los cuales eran torturados, amputados e incluso asesinados aun después del pago del rescate solicitado por los criminales.

Aunque fue condenado a 244 años de cárcel por los delitos de plagio, Piñón de la Cruz, siempre aseguró haber sido inocente, por lo que declaró para medios locales que fue detenido, torturado y presentado como un criminal. En una entrevista para El Diario de Juárez “El Neto” cuestionó:

“¿Usted cree que a los 21 años voy a llevar más de 30 secuestros?”

Intento de fuga en 2010

El 7 de diciembre de 2010, un convoy armado interceptó un vehículo de la Policía procesal en el que era trasladado “El Neto”, sin embargo, aunque se registró un enfrentamiento entre los cuerpos policiacos y los miembros del hampa, los uniformados lograron frustrar el rescate del detenido, el cual perdió un ojo durante la refriega, por lo que desde entonces usaba un parche negro.

Luego del intento de fuga, el líder criminal fue enviado a otros centros de detención ubicados en el interior de la república, por lo que las audiencias se realizaron de manera satelital, hasta que los jueces del Distrito Judicial Bravos dictaminaron que Ernesto Alfredo debía enfrentar 244 años de cárcel.

Años después, luego de permanecer fuera de la frontera en otras cárceles, “El Neto” fue regresado a Ciudad Juárez para que continuara con su condena en el Cereso estatal número 3, donde logró posicionarse de nuevo como cabecilla del grupo criminal “Los Mexicles” junto con José Eduardo Soto Rodríguez, alias “El Lalo”, informó en su momento El Diario de Juárez.

Evita su traslado con el ‘Jueves Negro’

CNN en Español

El jueves 11 de agosto de 2022 parecía un día normal en Ciudad Juárez, hasta las 12:00 del mediodía las autoridades sólo habían reportado el hallazgo de un cráneo humano en el periférico Camino Real, ubicado en el sector poniente de la ciudad, sin embargo, tan sólo en minutos, la frontera se convirtió en el escenario de una serie de ataques, los cuales iniciaron después de un motín en el interior del Cereso estatal número 3.

Poco después de la una de la tarde se reportó una reyerta en el centro penitenciario, de acuerdo con familiares de varios detenidos que se encontraban en el lugar, ya que era la hora de visitas, momento en el que civiles armados burlaron la seguridad penitenciara, ingresaron al Cereso y dispararon.

La primera información que se dio a conocer de manera extraoficial por parte de elementos ministeriales fue que, una vez iniciado el motín, las personas privadas de la libertad que se encontraban en el área dos de la cárcel, el espacio del grupo criminal “Los Mexicles”, fueron liberados, por lo que inició un enfrentamiento con el grupo criminal “Los Chapos” que se encontraba en otra de las áreas.

Cerca de 500 personas que se encontraban de visita en el Cereso fueron desalojados por los elementos de seguridad carcelaria. Ya afuera, varias mujeres que estaban en el perímetro de la cárcel señalaban que se encontraban adentro cuando ingresaron hombres armados, los cales dispararon y prendieron fuego en los pasillos, por lo que algunas de las personas tuvieron que esconderse hasta ser rescatadas.

Mientras policías de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, del Ejército Mexicano y decenas de paramédicos se preparaban para el desenlace de la intervención policial, las corporaciones policiacas fueron puestas en jaque por los criminales, ya que en menos de tres horas 11 personas fueron asesinadas en ataques contra de la población civil.

Los atentados fueron ordenados desde el Cereso, ya que que se buscaba retrasar la intervención policial en el motín, el cual había iniciado para evitar el traslado de “El Neto” a otra cárcel, sin embargo, inocentes murieron en medio de la estrategia criminal, que según la Fiscalía de Distrito en la Zona Norte, fue orquestada por “Los Mexicles”, explicó El Diario de Juárez.

Los ataques del ‘jueves negro’

Miedo e incertidumbre era el sentir de miles de juarenses esa tarde, cuando la jornada violenta que inició en el Cereso dejó un saldo de 11 personas sin vida y 10 más lesionadas en una serie de ataques que iniciaron alrededor de la 3:00 de la tarde.

En la cárcel perdieron la vida Kevin Alan C. A. y Raúl Abraham S. O., informó esa misma tarde la Agencia Estatal de Investigaciones de la Fiscalía General del Estado en la Zona Norte.

Noé H. C., sentenciado a 30 años de prisión por homicidio doloso, robo calificado y portación de armas; Noé Román F., bajo proceso penal por el delito de violación; Salvador C. S., bajo proceso penal por el delito de homicidio en grado de tentativa, y Francisco Adrián R. A., bajo proceso penal por delitos contra la salud, resultaron lesionados en medio del disturbio en el Cereso.

Luego de tres horas (de la 01:00 a las 04:00 de la tarde) de incertidumbre sobre lo que ocurría en el lugar, comenzaron a ocurrir ataques simultáneos en diferentes sectores de la ciudad, donde personas armadas llegaron a negocios y abrieron fuego contra quienes estaban ahí.

El segundo hecho, después de la riña en el penal, fue una agresión a balazos en una tienda de conveniencia Circle K de la colonia Reforma, donde dos hombres resultaron lesionados y un menor de 12 años de edad murió tras haber sido herido de bala y hospitalizado, por lo que se convirtió en la tercera víctima mortal de la jornada violenta que apenas comenzaba.

Casi de manera simultánea, Saira Janeth de Santiago Castro de 18 años y María del Refugio Gómez Ramírez de 54 años murieron adentro de una tienda de autoservicio Rapiditos Bip Bip, ubicada en la calle Cártamo y Hiedra de la colonia El Granjero; el negocio fue incendiado por sujetos armados, quienes lanzaron bombas molotov a la tienda con las dos mujeres en su interior, las cuales fueron rescatadas ya sin vida por el Departamento de Bomberos, una vez que las llamas fueron sofocadas.

En un cuarto ataque se reportó a cuatro personas armadas a bordo de un vehículo Volkswagen, las cuales llegaron hasta una gasolinera ubicada en el cruce del bulevar Manuel Gómez Morín con la calle San Antonio, donde dispararon en por lo menos 27 ocasiones contra las bombas de gasolina del negocio, en el que no hubo personas lesionadas ni daños, sólo elementos balísticos, los cuales fueron embalados por la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses.

Minutos después, las corporaciones de emergencias atendieron otro atentado, en el que sujetos armados llegaron hasta otra tienda Bip Bip ubicada en el cruce de la avenida De las Torres con la calle Yepomera, donde dispararon y trataron de incendiarla, sin embargo, no fue posible, ya que el fuego no inició.

En una sexta agresión, el despachador de una tienda de conveniencia Del Río, ubicada en el cruce del bulevar Zaragoza con la calle Sierra Tarahumara de la colonia Las Montañas, fue lesionado a quemarropa por un pistolero, quien irrumpió a la negociación y de cerca disparó contra su víctima para después huir corriendo.

Para alrededor de las 6:00 de la tarde se pudo apreciar como tiendas de autoservicio y de conveniencia comenzaron a cerrar sus puertas, debido a los hechos en los que este tipo de negociaciones se convirtieron en el escenario de, aparentemente, ataques al alzar contra la población.

En un séptimo atentado, José Manuel Balderas Ruiz, de 54 años de edad, se convirtió en la víctima mortal número seis de la tarde, al ser asesinado a balazos cuando conducía una camioneta tipo pick up Dodge RAM de color negro por el bulevar Teófilo Borunda hacia el poniente, entre la avenida Tecnológico y el bulevar Óscar Flores Sánchez.

El homicidio de José Manuel desató una persecución y un enfrentamiento entre los presuntos responsables del crimen y policías preventivos por la avenida Tecnológico, entre el bulevar Teófilo Borunda y la calle Cesáreo Santos, donde fue abandonada una camioneta Ford F-150 de color gris con cerca de 20 impactos de bala en la carrocería y cristales.

Minutos antes del atardecer, en un octavo hecho, un autobús de transporte de personal que se encontraba estacionado en la calle Berta Escobar de Norzagaray, entre las calles Yolanda Quitarte de Sánchez y Bernardina Sandoval de la Rosa de la colonia Olivia Espinoza de Bermúdez, fue incendiado por dos hombres, quienes le lanzaron bombas molotov al camión y provocaron que este ardiera en llamas.

Con tan sólo minutos de diferencia, alrededor de las 6:30 de la tarde, en ese mismo sector otro camión de personal fue incendiado intencionalmente también con bombas molotov cuando estaba estacionado en la esquina de las calles Fray Antonio de Arriaga y Andrés de Peralta, de la colonia Manuel J. Clouthier, donde el mismo operador de la pesada unidad extinguió el fuego.

A poco más de 500 metros del lugar donde fue incendiado el segundo camión, un hombre fue asesinado a balazos entre puestos de comida instalados en el cruce de las calles Custodia de la República y Desierto de Magreb del fraccionamiento Parajes de Oriente, donde de inmediato se montó un operativo de agentes fuertemente armados debido a la situación que se vivía en la ciudad y que hasta ese momento había dejado a la víctima mortal número siete.

Poco antes de las 7:30 de la noche volvieron a sonar las balas, en esta ocasión el locutor Allan González; Lino Flores, del área de Promociones; Armando Guerrero, gerente de Operaciones y Alex Arriaga, encargado de seguridad de la empresa radiofónica Megaradio Networks, fueron asesinados a balazos cuando realizaban una transmisión en vivo desde una sucursal de la cadena Little Caesars, ubicada en el cruce de la avenida Ejército Nacional con la calle Rancho Mesteñas de la colonia Pradera Dorada.

Ahí mismo, en la tienda Little Caesars, Luis Carlos J. M., Ricardo T. R., Carlos Alberto H. P. y María Cecilia R. P. resultaron heridos por las balas, por lo que fueron llevados a hospitales a recibirá atención médica de urgencia.

Mientras la ciudad parecía arder en llamas, los policías ministeriales de la Agencia Estatal de Investigación, a través de un comunicado de prensa, informaron que la reyerta en el Cereso estatal número 3 ya había sido controlada, sin embargo, afuera, en las calles, inocentes morían.

Las consecuencias

Luego del motín y la toma de la ciudad que demostró que la línea azul del orden era muy delgada, las autoridades superadas por el crimen no se rindieron, por lo cual, durante la madrugada del viernes 12 de agosto de 2022, montaron un nuevo operativo de seguridad en el sector de la avenida Manuel J. Clouthier, donde presuntamente había una casa de seguridad, en la cual se encontraban algunos de los criminales que perpetraron los ataques horas antes.

De acuerdo con medios de comunicación locales, minutos después de la 1:00 de la madrugada, atrás de la Plaza del Reloj, se registró un enfrentamiento entre agentes municipales y un grupo de civiles armados que se encontraban atrincherados en una vivienda ubicada entre las calles Ajenjo y Copaiba del Infonavit Ampliación Aeropuerto.

Días después, en una conferencia mañanera del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno federal confirmó la detención de siete personas, las cuales fueron identificadas por la autoridad como Jorge Antonio “N”, Jorge Adrián “N”, Ezequiel “N”, José Antonio “N”, Víctor Hugo “N”, Manuel “N” y William Serafín “N”, el cual murió en la refriega ocurrida en el sector de la Plaza del Reloj, tras caer de una azotea.

El mes de septiembre de 2022, la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, que había sido criticada por la manera en que vigilaba y controlaba los Ceresos de la entidad, en medio de las criticas presentó a cuatro detenidos más, los cuales eran oficiales de seguridad penitenciaria de la cárcel ubicada en Ciudad Juárez, los cuales fueron señalados por la autoridad investigadora por “su presunta responsabilidad en una riña ocurrida el pasado 11 de agosto (de 2022)”, se explicó en un comunicado de prensa.

La Agencia Estatal de Investigación informó que después de varias investigaciones realizadas se logró girar y cumplimentar las ordenes de aprehensión en contra de Diego A. M., Pedro H. S., Jorge Emmanuel O. O. y Armando T. D., a los cuales, de acuerdo con la Fiscalía de Distrito Zona Norte del estado Chihuahua:

“Se les imputan los delitos de homicidio calificado y homicidio en grado de tentativa, el primero en perjuicio de Kevin Alan Campos Aguilera y Raúl Abraham Sepúlveda Olivas, y el segundo en agravio de cuatro personas privadas de la libertad”

Los hechos generaron que la opinión pública acusara de incompetente y corrupta a la Dirección General del Sistema Penitenciario, Prevención y Reinserción Social a cargo de la Fiscalía General del Estado, de la cual dependían los Centros de Reinserción Social de Chihuahua.

El actual fiscal de la Zona Norte, Carlos Manuel Salas, aseguró en una entrevista para el periódico El Heraldo de Juárez que, el “Jueves Negro”, fue el resultado de años de corrupción que permitía a “El Neto” tener privilegios y control desde la cárcel, por lo que tenía la capacidad de mover a todo su grupo criminal afuera:

“Fue como un tipo de lección que el sujeto quiso darle a las fuerzas del orden, fue como decir: “A pesar de que estoy preso puedo mover a mucha gente”, todo con la intención de que no lo movieran de penal”

Salas aseguró que el líder criminal sería trasladado a otro centro de detención, pero debido a que el personal carcelario filtró la información del movimiento, el “El Neto” ordenó los ataques para evitar que eso ocurriera, ya que, de acuerdo con agentes ministeriales, ya se planeaba la fuga del primero de enero de 2023.

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La evasión de 30 reos

El 31 de diciembre parecía ser el final de un año difícil para los juarenses, esa noche se dejaba atrás lo vivido meses antes, el terror que paralizó por todo un fin de semana a la ciudad y que enlutó a por lo menos once familias que perdieron a un ser querido el jueves 11 de agosto de 2022.

Llegadas las 12:00 de la noche, fuegos pirotécnicos y balas surcaban los cielos, no por una guerra, sino, por una celebración, Juárez tenía un nuevo comienzo, el cual no fue el mejor, ya que tan sólo en cinco horas, la paz de la comunidad fue mermada por la fuga de 30 detenidos que se encontraban en el Cereso 3.

De acuerdo con una crónica de N+, los hechos iniciaron pasadas las 5:30 de la mañana cuando un comando armado conformado por 15 hombres irrumpió de manera violenta a bordo de unidades blindadas en el penal, donde dispararon en contra de los oficiales que estaban encargados de vigilar los accesos de la cárcel.

Un grupo reducido de personas privadas de su libertad fue rescatado por los criminales, entre ese grupo se encontraba “El Neto”, el cual se retiró en una de las unidades blindadas junto con un grupo de criminales que se encargaban de brindarle seguridad.

En cuanto las autoridades conocieron los hechos, hasta el Cereso ubicado en la calle Barranco Azul se movilizaron centenares de elementos de la Policía Municipal, la Policía Estatal y la Fiscalía General del Estado, sin embargo, ninguna de las autoridades ingresó al penal debido a lo peligroso de esta acción, por lo que los agentes esperaron el arribo de elementos castrenses del Ejército Mexicano.

Casi de manera simultánea, otro grupo armado abrió fuego en contra de agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, los cuales se encontraban en el sector de la colonia Kilómetro 20, desde donde inició una persecución, la cual, luego de un enfrentamiento armado, terminó en una brecha cercana al tiradero municipal.

Desde las 7:00 de la mañana, cuando llegaron los primeros elementos del orden al Cereso, inició un operativo de seguridad en el que se cerraron calles cercanas para evitar otros ataques, sin embargo, fue hasta las 9:00 de la mañana, aproximadamente, que militares ingresaron al penal para retomar el control de este, en donde un motín había iniciado desde alrededor de las 6:00 de la mañana que ocurrió la evasión.

Una vez que los solados ingresaron, desde adentro de la cárcel resonaban los estruendos de las balas, las cuales eran disparadas por los militares para restablecer el orden.

Mientras esto ocurría, el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, acudió a un hospital para visitar al primer nacido de 2023, desde donde pidió a los juarenses no salir a las calles de no ser necesario:

“Si no hay nada que hacer en la calle, no hay que salir (…) por el día que es (día feriado) y esta lamentable situación (la fuga), yo esperaría ya el día de mañana retomar bien actividades (…) estemos tranquilos el día de hoy (…) no (hay que) asustar a la gente”

Durante todo el día y la siguiente semana, la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal implementaron operativos para tratar de dar con los 30 reos evadidos del Cereso, por lo que en diferentes partes de la ciudad se reportaron balaceras, persecuciones y accidentes viales.

La Fiscalía de inmediato emitió las fichas de los detenidos, las cuales contenían los nombres de los prófugos, su edad, el delito por el que se encontraban detenidos, el apodo y datos personales como la dirección en la que vivían al momento de ser detenidos, esto con el fin de dar con los ellos, los cuales fueron presentados después en una ficha general en la que se ofrecían desde 300 mil hasta 5 millones de pesos a las personas que pudieran brindar información para dar con ellos:

De acuerdo con los datos que contenían los documentos oficiales que fueron compartidos por la autoridad, los criminales se encontraban detenidos por diversos motivos, se podía leer en los apartados de los delitos los siguientes: secuestro, homicidio, inhumación (enterrar un cadáver), exhumación (desenterrar un cadáver), portación de arma fuego, violación, contra la salud y portación de cartuchos útiles.

Ataque a ministeriales en Valle del Sol

Reporte en vivo de Gabriel Barraza en Netnoticias.mx

El día lunes 2 de enero, cuando la ciudad volvía, poco a poco, a reactivarse luego de las celebraciones de fin de año, los criminales volvieron a accionar sus armas en diferentes puntos de la ciudad, por lo que el miedo volvió a cundir entre los fronterizos.

De acuerdo con la información publicada por los medios de comunicación locales, minutos antes del anochecer se reportó un ataque en contra de policías de la Agencia Estatal de Investigación de la Fiscalía, los cuales realizaban un operativo en el sector de Valle del Sol, de Ciudad Juárez, debido a que se tenía información de la posible ubicación de algunos de los fugados horas antes.

El parte policial indica que Omar Eduardo Posada Cárdenas y Edgar Ramírez Ramírez, ambos policías de investigación, se encontraban vigilando una vivienda del fraccionamiento Cantos de Murano en el sector de Valle del Sol cuando fueron atacados a balazos por varios hombres que se encontraban a bordo de un vehículo Ford Fusion de color rojo.

Tras la agresión armada, los oficiales perdieron la vida, sin embargo, el ataque fue reportado por sus compañeros, los cuales dieron detalles del auto y la zona en donde ocurrieron los hechos, por lo que se asignaron todas las unidades disponibles al hecho.

Mientras los sicarios escapaban del lugar por la calle principal de la zona, agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado que atendían el llamado de auxilio se toparon de frente con los criminales, por lo que inició una balacera en medio de la zona comercial, en donde cinco hombres, todos con equipo táctico y fusiles de asalto, fueron abatidos por los policías estatales.

De manera simultánea, en un intento por volver a poner en jaque a las autoridades, se registró una balacera en el sector del bulevar Juan Pablo II y avenida Antonio J. Bermúdez y una persecución en el cruce del Juan Pablo II con la avenida Ramón Rayón, donde una camioneta blindada de la marca Ford fue abandonada.

Muerte de “El Neto”

El jueves 5 de enero de nueva cuenta las calles de la ciudad volvieron a convertirse en el campo de una batalle en el que se enfrentaban las autoridades contra criminales durante los operativos para recapturar a los fugados.

La madrugada de ese jueves, se ubicó una vivienda en la colonia Los Aztecas, donde presuntamente se encontraba “El Neto”, por lo que se cerraron calles aledañas al inmueble, lo cual generó que Ernesto Piñón de la Cruz saliera en una camioneta blindada de la marca BMW, en la que trató de escapar por la calle Tzetzales y luego por la calle perimetral Carlos Amaya, donde ya era esperado por más oficiales, los cuales interceptaron la unidad y en medio de una refriega, “El Neto” perdió la vida.

Crónica de la recaptura de ‘El Neto’

Restructuración del sistema penitenciario

Una semana después de los hechos, la Fiscalía General del Estado en coordinación con la Policía Estatal, la Policía Municipal y el Ejército Mexicano desplegó un nuevo operativo la madrugada del martes 10 de enero en el Cereso estatal de Ciudad Juárez, el objetivo era “limpiar” la cárcel y eliminar todas las armas, drogas y beneficios con los que contaban los reos adentro de sus celdas.

Luego de más de 15 horas, del Cereso comenzaron a salir camiones de volteo con muebles, televisiones y electrodomésticos, los cuales están prohibidos en el interior de las cárceles del estado de Chihuahua; ya durante la noche de ese martes, policías entraron en patrullas para sacar las armas de fuego y hechizas que fueron halladas en las celdas, además de que la Fiscalía aseguró 24 mil 180 pesos, así como envoltorios con estupefacientes y un gato egipcio con el tatuaje de “Los Mexicles”.

Después, el 31 de enero, un mes después de la fuga, la gobernadora del estado, María Eugenia Campos Galván, informó que debido a la corrupción que había adentro de las cárceles en el estado, los Centros de Reinserción Social de Chihuahua pasaron de la Dirección General del Sistema Penitenciario de la Fiscalía General del Estado a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, acción que fue aprobada por el Congreso del Estado de Chihuahua tan sólo 24 horas antes.

Abaten a seis y reaprehenden a 21; quedan 3 libres

De acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, a diez meses de la evasión se ha logrado la recaptura de 21 fugados, mientras que otros seis murieron, algunos de ellos fueron hallados sin vida y otros más abatidos a tiros durante enfrentamientos con autoridades como es el caso de “El Neto”.

Los seis evadidos sin vida son Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, “El Neto”; Ismael G. H., “El Mayelo”; Julio César P. P., Iván Daniel A. F., Levis Alonso V. M y Luis Carlos J. S. Los hombres que siguen prófugos de la justicia son Esteban Ramón Ruiz Pérez, Kevin Leobardo Molina Rodríguez y Jorge Arturo Meléndez Alvídrez.

Debido a los diferentes crímenes, enfrentamientos y asesinatos ocurridos en la ciudad en diferentes hechos relacionados con el grupo criminal mencionado, la evasión de los 30 detenidos y las recaptura de algunos de ellos, hasta el 16 de agosto de 2023, el número de homicidios dolosos superó los mil en Ciudad Juárez.

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La violencia ha marcado a miles de familias juarenses, las cuales han soportado desde el sexenio de Felipe Calderón la guerra contra el narco, la cual aún rinde frutos; en los últimos años, meses y días, los fronterizos han vivido un ambiente de guerra entre autoridades y criminales, pero también entre grupos de diversos grupos y cárteles que se disputan el tráfico de drogas y personas en la región norte del estado de Chihuahua, específicamente, en la frontera de Ciudad Juárez — El Paso.

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