Las Muertas de Juárez, 30 años de impunidad y olvido

Angela Martell
Revista Arena
Published in
19 min readNov 16, 2023

--

Letras Libres

Las calles desiertas de Ciudad Juárez donde infinidad de almas han sido apagadas de forma violenta, cruel y sorpresiva. Cada día nuevas almas son arrastradas a la oscuridad del olvido. A nuestras hermanas las silenciaron, a sus familias las respuestas no les han llegado y la sociedad las ha olvidado.

Ciudad Juárez, la ciudad más grande del estado, es considerada un foco de violencia en Chihuahua. Aunque la localidad ha sido particularmente sangrienta desde la ofensiva gubernamental contra el tráfico de drogas a finales de la década de 2000 y principios de la de 2010, el reciente aumento de la criminalidad ha alarmado a las autoridades y residentes de la ciudad.

El feminicidio y la violencia contra la mujer en general, son un fenómeno que ha venido aquejando a la humanidad desde hace muchos años y que lamentablemente por mucho tiempo fue silenciado y muchas veces aceptados.

-Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano

El caso de las Muertas de Juárez se refiere a una serie de feminicidios y desapariciones que ocurrieron en la frontera. Este caso ha ganado atención nacional e internacional debido a la magnitud de los crímenes y el aparente fracaso de las autoridades para resolverlo.

Si bien, es un nombre que ha generado descontento, pero en los años novenos aún no existía la clasificación de feminicidios. El periodista juarense José Pérez-Espino afirma: ‘Me muestro renuente a usar el término de “muertas de Juárez” popularizado con el paso del tiempo, el cual considero discriminatorio y peyorativo, pues sobresimplifica lo que no son simples muertes, sino crímenes impunes’.

El feminicidio es la muerte violenta de una mujer causada por razones de género, ya sea por su condición de mujer, por su orientación sexual, por su identidad de género o por la violencia ejercida por hombres en su entorno cercano. Se considera que va más allá del simple homicidio, ya que implica una violencia sistemática y estructural contra las mujeres, que resulta en su muerte. El feminicidio es un problema grave en muchas partes del mundo y requiere de acciones contundentes para su erradicación.

Los primeros asesinatos comenzaron a ser reportados en la década de 1990, cuando misteriosamente mujeres jóvenes comenzaron a desaparecer y sus cuerpos fueron encontrados sin vida en áreas desérticas y en la periferia de la ciudad. A partir de ese momento, la cifra de mujeres asesinadas y desaparecidas se ha incrementado a lo largo de los años.

Mapeo de zonas de feminicidios

Los crímenes en el caso de las Muertas de Juárez tenían varias características comunes. Las víctimas solían ser mujeres jóvenes, en su mayoría trabajadoras de la industria maquiladora, que eran raptadas y brutalmente asesinadas. Los cuerpos a menudo mostraron signos de violencia extrema y tortura, lo que se llevó a especular sobre la existencia de un posible asesino en serie o incluso de grupos organizados.

El número exacto de muertes registradas en el caso de las muertas de Juárez es difícil de determinar debido a la falta de una base de datos oficial y a la cantidad de casos sin resolver. Sin embargo, se estima que entre 1993 y 2003 se reportaron más de 370 feminicidios en Ciudad Juárez. Algunas fuentes mencionan que el número de víctimas desde entonces ha aumentado significativamente, elevando la cifra total a varios cientos.

Las víctimas del caso de las Muertas de Juárez presentaban características diversas en cuanto a su perfil físico, económico y social, lo que dificulta la identificación de un patrón común. Sin embargo, hay ciertos elementos que se han observado en muchas de las víctimas:

La mayoría de las víctimas eran mujeres jóvenes, en su mayoría adolescentes y mujeres jóvenes adultas entre edades 15 a 30 años que provenían de familias de bajos recursos económicos y tenían trabajos informales o mal remunerados. Algunas de ellas eran migrantes que buscaban mejores oportunidades en Ciudad Juárez.

La violencia contra la mujer tiene un alcance mundial y se presenta en todas las sociedades y culturas, afectando a la mujer sin importar su raza, etnia, origen social, riqueza, nacionalidad o condición.

-Kofi Annan

Algunas víctimas estaban expuestas a vulnerabilidad debido al desempleo, la falta de educación y la falta de acceso a servicios básicos. Además, trabajaban en la industria maquiladora de la ciudad, que es conocida por emplear a muchas mujeres jóvenes. También se reportaron casos de estudiantes y trabajadoras domésticas entre las víctimas.

Sin embargo, es importante destacar que estas características no son aplicables a todas las víctimas y que cada caso es único. Además, es importante tener en cuenta que el perfil de las víctimas ha cambiado a lo largo de los años y que la situación actual puede diferir de la información disponible en el pasado.

Debido a la falta de información y la impunidad que rodea a estos casos, no es posible proporcionar nombres específicos de todas las víctimas. Sin embargo, algunos de los casos ampliamente conocidos que han generado atención nacional e internacional incluyen a las mujeres conocidas como Las muertas de Juárez, como Lilia Alejandra García Andrade, Sagrario González Flores, Claudia Ivette González y Esmeralda Herrera Monreal, entre muchas otras. Cada una de ellas merece justicia y un esfuerzo continuo para resolver sus casos.

Muchas de las jóvenes fueron vistas por última vez en la zona centro, específicamente en los paraderos de las ruteras en la calle Mina, dicho por testigos de los casos, en el cual se murmura entre los habitantes que es una zona para el tráfico sexual de mujeres.

Un estudio del Colegio de la Frontera Norte publicado en 2011 en el cual se indican las 15 zonas de riesgos para las mujeres. Una de las zonas más críticas donde se registran feminicidios es el noroeste de Juárez, incluidas las colonias de Lomas de Poleo y Puerto de Anapra, ubicadas en la frontera con Estados Unidos.

Además, El centro de la ciudad, con colonias como Barrio Alto, Gregorio M. Solís, Del Carmen, Bellavista, Centro, Obrera, Chaveña, Monterrey, Tiradores del Norte, Ignacio Aldama, Partido Romero, Del Maestro y Pronaf, es la cuarta zona de peligro para mujeres.

La permanencia de estas zonas críticas o de riesgo para las mujeres, muestra que no ha habido una política de prevención, investigación y sanción, por lo tanto, la violencia letal contra las mujeres permanece y se reproduce.

Otra zona de la ciudad abarca las colonias Francisco Sarabia, Insurgentes, Maestros Estatales y Federales, Paso del Norte, Francisco Villa, Cazadores Juarenses, Popular y Altavista.

¿Hubo detenciones?

Sí, existieron detenidos en relación con el caso de Las Muertas de Juárez a lo largo de los años. Sin embargo, hay controversia sobre si los detenidos son realmente culpables de los crímenes o si fueron arrestados de manera injusta. Muchos defensores de los derechos humanos argumentan que la impunidad y la corrupción en el sistema de justicia mexicano han impedido una resolución satisfactoria del caso.

En total fueron detenidas 50 personas, de las cuales sólo 15 fueron detenidas. Entre ellos se encontraban miembros de Los Rebeldes, una pandilla callejera liderada por Sergio Armendáriz, conocido con el sobrenombre de El Diablo. Dos días después, las autoridades anunciaron la detención de ocho personas bajo sospecha de participación en crímenes contra 17 jóvenes.

Sin embargo, el 19 de abril, la Comisión Nacional de Derechos Humanos informó que seis de los ocho detenidos fueron detenidos ilegalmente y obligados a firmar declaraciones redactadas. Cada acusado negó los cargos y reveló públicamente los abusos y torturas que sufrieron para que confesaran que mataron a 17 mujeres por orden de Abdul Latif Sharif.

¿Quién fue Abdul Latif Sharif?

Abdul Latif Sharif fue un químico y presunto asesino serial egipcio que operó en México y posiblemente también en Estados Unidos. Fue conocido mediáticamente como “el Destripador”, “el Depredador” o “el Chacal de Ciudad Juárez”.

En 1995, Latif fue acusado de secuestrar, golpear y agredir sexualmente a una joven, durante tres días consecutivos. Quien era una trabajadora sexual y consumidora crónica de drogas y no pudo proporcionar pruebas de violencia sexual. Tras la presión internacional para que se rindieran cuentas de los asesinatos de mujeres en la región, la Oficina del Fiscal Especial decidió acusar a Sharif de al menos 20 asesinatos.

El Heraldo de Chihuahua

Sharif era el acusado ideal y perfecto; no hablaba español, no tenía familia en el país y tenía antecedentes de abuso sexual. El pasado condenó al presente a quien vino al país a empezar de nuevo. Las acusaciones oficiales comenzaron a flaquear a medida que seguían apareciendo los cuerpos de mujeres asesinadas y desechadas mientras Sharif estaba en prisión. Fue acusado de contratar a Los Ruteros para reproducir los crímenes y demostrar su inocencia, lo cual nunca fue cierto. Esto se puede probar a través de la acusación.

El número de muertes de mujeres ha aumentado, ha habido acusaciones de antiegiptismo y violaciones de derechos, su abogada Irene Blancas ha anunciado repetidamente que no le permiten entrevistar a su cliente, y hasta ahora Sharif ha sido acusado de 20 asesinatos y 24 cargos. de acusación. Está hecho. Ha habido acusaciones de asesinato, secuestro e incluso entierros secretos, pero ninguna ha sido probada. Abdel Sharif falleció el 2 de junio de 2006, a la edad de 59 años, en el Centro de Rehabilitación Social Jesús Méndez de Chihuahua, determinando los médicos que su muerte se debió a una hemorragia gastrointestinal.

Diana Washington, testigo de la verdad

www.micinexin.net

Diana Washington Valdez es una periodista estadounidense que se destacó por su trabajo en el caso de las muertas de Juárez. Ella trabajó como corresponsal en México para el periódico El Paso Times, donde investigó y reportó sobre los asesinatos de mujeres en la ciudad fronteriza de Juárez, México, a partir de 1998.

Valdez publicó una serie de artículos en El Paso Times que ayudaron a llamar la atención sobre el problema y la inefectividad de las autoridades mexicanas para resolver los casos. También escribió un libro titulado “The Killing Fields: Harvest of Women”, que documenta los asesinatos y la lucha de las familias de las víctimas por la justicia.

Su trabajo en el caso de las muertas de Juárez ayudó a poner el tema en la agenda internacional y a presionar a las autoridades mexicanas a tomar medidas para abordar la violencia contra las mujeres en la ciudad. Su trabajo también ganó varios premios de periodismo, incluido el premio Maria Moors Cabot y el premio George Polk.

Existen varias teorías conspirativas acerca del caso de las muertas de Juárez, que sugieren que hay fuerzas poderosas involucradas en el encubrimiento de los asesinatos y el mantenimiento de la impunidad. Algunas de las principales teorías son:

1. Involucración del gobierno: se ha sugerido que el gobierno mexicano ha estado implicado en la desaparición y asesinato de mujeres en Juárez, con el objetivo de mantener el control social y proteger los intereses económicos de las empresas internacionales que operan en la región. Esta teoría se ve respaldada porque muchas de las víctimas trabajaban en fábricas que emplean mano de obra barata y explotada.

2. Carteles de la droga: otra teoría es que los carteles de la droga son responsables de los asesinatos, ya sea directamente o a través de la corrupción de las autoridades locales. Algunas personas creen que las mujeres que fueron asesinadas podrían haber sido testigos de actividades delictivas o haberse involucrado con miembros.

Una de las razones por las que el caso de las muertas de Juárez ha sido tan difícil de investigar es por la fuerte presión ejercida sobre las autoridades y el sistema de justicia por diferentes grupos de interés. Las teorías conspirativas sobre la participación del gobierno, los carteles de la droga y otros poderes fácticos han contribuido a la falta de voluntad política para abordar de manera justa y eficaz el problema.

Además, la falta de recursos y capacitación especializada para investigar casos de violencia de género y la discriminación de género en los sistemas de justicia y policía son barreras importantes para garantizar que las familias de las víctimas obtengan justicia y reparación.

La sociedad civil ha desarrollado diversas iniciativas para denunciar los asesinatos y la impunidad que los rodea. Organizaciones de la sociedad civil han luchado incansablemente para presionar a las autoridades y exigir justicia para las víctimas.

A raíz del caso de las muertas de Juárez, se implementaron varias estrategias de seguridad con el objetivo de prevenir futuros feminicidios y garantizar la seguridad de las mujeres en la región. Algunas de estas estrategias incluyen:

1. Creación de la Comisión Especial del Congreso para investigar los feminicidios en Ciudad Juárez y realizar recomendaciones para mejorar la seguridad de las mujeres.

2. Establecimiento de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Relacionados con Actos de Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, encargada de investigar, prevenir y sancionar la violencia de género.

Aristegui Noticias

3. Mejora de la coordinación entre las autoridades estatales y federales, así como con organizaciones de la sociedad civil, para el intercambio de información y la implementación de estrategias conjuntas.

4. Fortalecimiento de las unidades especializadas en género dentro de la policía y las fiscalías, para garantizar una atención adecuada y sensible a las víctimas de violencia de género.

5. Implementación de programas de prevención y concientización en escuelas, comunidades y espacios públicos, con el objetivo de promover una cultura de cero tolerancias hacia la violencia de género.

6. Creación de refugios y centros de atención integral para mujeres víctimas de violencia, donde puedan recibir apoyo psicológico, legal y económico.

Es importante señalar que, a pesar de estas estrategias, la situación de violencia de género en Ciudad Juárez continúa siendo un desafío, y se requiere un esfuerzo continuo y una mayor inversión en políticas de seguridad y justicia para abordar esta problemática.

El caso de las Muertas de Juárez ha despertado la atención de organizaciones de derechos humanos, grupos feministas y la sociedad civil en general, que han exigido una investigación exhaustiva, el castigo a los culpables y medidas efectivas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en la región.

Voces sin Eco

Surge en 1998, es la primera organización integrada por familiares de victimas cuyo objetivo es buscar deslindarse de otras agrupaciones y hacer su propia lucha para presionar a las autoridades ante la falta de respuestas hacia los casos de sus hijas desaparecidas. Otro de sus objetivos es buscar auxiliar a las familias y lograr que las autoridades realicen programas de prevención contra la violencia de género. Además, exigir la atención, resolución de los casos y un trato digna hacia las familias de las víctimas.

Una madre no olvida; “mi hija vive en estas cruces…” por NewsSweek Español

La agrupación fue la primera en pintar las cruces y rosas en las calles de la ciudad, la primera fue pintada en 1998 junto al surgimiento de la organización.

La cruz rosa se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el feminicidio, utilizada por familiares de mujeres desaparecidas, familiares de víctimas y activistas de derechos humanos para demostrar la injusticia. Los espacios públicos de la ciudad, especialmente donde las víctimas fueron vistas por última vez o donde se encontraron sus cuerpos, están cubiertos de grafiti con cruces rosas.

Viven en la memoria de unos pocos

A lo largo de la ciudad podemos observar murales en memoria de fallecidas, cruces rosas pintadas en postes y paredes que nos recuerdan la violencia que azota a la frontera. En este espacio se realiza un recuento de los memoriales de mujeres victimas de feminicidio.

Memorial del Arroyo El Navajo

La Verdad Juárez

El memorial tiene 16 cruces de madera pintadas de rosa incrustadas en el suelo y está ubicado cerca de Navajo Creek en el desierto del Valle de Juárez. Aquí se descubrió una tumba oculta que contiene los restos de 24 niñas y mujeres de entre 14 y 26 años. , trata de personas y feminicidio. La cruz forma un panteón con los nombres de las mujeres asesinadas, mensajes de familiares y adornos florales. Los familiares de los muertos han hecho de este lugar un lugar para recordar y exigir justicia, y marchan aquí en días y aniversarios simbólicos.

Memorial Cruz de Clavos

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) la cruz de clavos fue el primer memorial a las víctimas de feminicidio en nuestro país. Instalada en Chihuahua capital por el Grupo Feminista 8 de marzo a fines de 2001, había sido construida por trabajadores de Aceros Chihuahua y fue removida por el gobierno estatal unos meses después de su instalación.

Radio Fórmula

Otra cruz de clavos se encuentra en el Puente Internacional Santa Fe, en Ciudad Juárez. Ambas cruces son centro de diversas movilizaciones, sobre todo, por el movimiento de mujeres y de las madres con hijas desaparecidas y asesinadas en la frontera.

Cada 8 de marzo y cada 2 de noviembre vuelven a surgir sus historias, este año no fue la excepción, el Día de Muertos es una fecha para recordar a los difuntos; un ejemplo son las jóvenes que realizaron un altar para conmemoran la memoria de mujeres víctimas de feminicidio en el interior de Plaza Juárez Mall.

Además, es un recordatorio de la necesidad de abordar y prevenir la violencia de género en México y en todo el mundo. La eficacia de las medidas que se implementen dependerá en gran medida de la determinación y colaboración de distintos actores, incluyendo la sociedad civil, las organizaciones internacionales, las autoridades y la ciudadanía en general.

Tras 30 años de los sucesos que rodearon el caso no se ha logrado una solución satisfactoria. Se han realizado arrestos y juicios en algunos casos a lo largo de los años, la mayoría de los responsables continúan impunes. La falta de condenas y la ausencia de responsabilidad pública han generado críticas tanto a nivel nacional como internacional.

De la realidad a la ficción…

La película Bordertown (Línea de Fuego) dirigida por Gregory Nava y estrenada en 2006, aborda el caso de las Muertas de Juárez. Esta película está inspirada en los feminicidios y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, y cuenta la historia de una periodista interpretada por Jennifer Lopez que investiga los crímenes y se enfrenta a la corrupción y la impunidad que rodean al caso. Aunque Bordertown es una película de ficción, se basa en hechos reales y busca generar conciencia sobre el tema y denunciar la violencia de género en la región.

Los femicidios se repiten porque se muestran como un espectáculo

— Antropóloga y teórica feminista, Rita Segato.

Campo Algodonero

El Campo Algodonero se volvió un trágico episodio en la historia de la ciudad. En febrero de 2001, los cuerpos de ocho mujeres jóvenes fueron descubiertos en un terreno baldío conocido como el Campo Algodonero, después de haber sido brutalmente asesinadas. Estas mujeres, en su mayoría trabajadoras de maquiladoras, fueron víctimas de abuso violento y asesinato. El descubrimiento de estos crímenes atroces sacudió a la comunidad local e internacional, llevando a una mayor concientización sobre la violencia de género y la impunidad en Ciudad Juárez.

Las víctimas identificadas del caso son Mayra Juliana Reyes Solís, Esmeralda Herrera Monreal, Laura Berenice Ramos Monárrez, Claudia Ivette González, Verónica Martínez Hernández, Guadalupe Luna de la Rosa y Rosario (Chayito) quien habría muerto al ser arrollada intencionalmente.

De las muertas de Juárez al #NosQueremosVivas

Se señalaron a los presuntos responsables de nombres; Edgar Ernesto Álvarez Cruz y José Francisco Granados de la Paz estuvieron radicando en Ciudad Juárez, Chihuahua, entre 1993 y 2003. Según declaración de Francisco Granados, secuestraron, torturaron y mataron al menos de ocho a 10 mujeres jóvenes. Según la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, asesinaron al menos a 14 mujeres. Ocho cadáveres fueron encontrados en campos de algodón en las afueras de la ciudad y otros seis en las montañas de Cerro Negro.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CDNH) emitió una resolución en el Caso del Campo Algodonero en Ciudad Juárez que se basó en una investigación exhaustiva en la que se recopilaron pruebas, testimonios y análisis forenses. El informe concluyó que hubo múltiples violaciones a los derechos humanos en relación con estos crímenes, así como una falta de diligencia por parte de las autoridades para prevenirlos, investigarlos y sancionar a los responsables.

También, se determinó que las autoridades del Estado mexicano no cumplieron con su obligación de garantizar el derecho a la vida, la integridad personal y la seguridad de las mujeres en Ciudad Juárez. Además, se encontraron deficiencias en la investigación de los casos, incluida la falta de recopilación de pruebas, el uso inadecuado de testimonios y la falta de cooperación interinstitucional.

Este caso destacó la falta de medidas preventivas y de protección para las mujeres en riesgo en Ciudad Juárez. Se mencionó la necesidad de implementar políticas efectivas para prevenir la violencia de género, así como para mejorar la respuesta y atención a las víctimas y sus familias.

La CDNH emitió una serie de recomendaciones para abordar estas deficiencias y establecer medidas de reparación integral para las víctimas y sus familias. Estas recomendaciones incluyen la capacitación y sensibilización de las autoridades y el personal encargado de la investigación, así como el establecimiento de protocolos y políticas de atención adecuadas.

De las muertas de Juárez al #NosQueremosVivas

Tras la sentencia resolutoria se destacó que “El Estado deberá, en el plazo de un año a partir de la notificación de la Sentencia de Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, levantar un monumento en memoria de las mujeres víctimas de homicidio por razones de género en Ciudad Juárez. El monumento se develará en la misma ceremonia en la que el Estado reconozca públicamente su responsabilidad internacional.”

El memorial fue inaugurado el 11 de octubre de 2003. Se encuentra en la avenida Paseo de la Victoria en una zona comercial en la cual hay hoteles, centros comerciales y a unos metros se ubica el consulado americano.

El diseño del memorial estuvo a cargo del arquitecto mexicano Gustavo Aragón, quien plasmó la historia y simbolismo en su estructura. El memorial consta de tres cubos de acero y cristal, que representan los cuerpos de las mujeres desaparecidas y asesinadas. Los cubos están dispuestos en forma de cuadrícula, mostrando la frialdad y deshumanización de estos crímenes.

Los nombres de las víctimas se encuentran inscritos en una de las paredes del memorial, rindiendo homenaje a las mujeres que perdieron la vida. Así busca crear conciencia sobre la violencia de género y el feminicidio en Ciudad Juárez, así como mostrar el dolor y la injusticia a las familias de las víctimas y a la sociedad en general.

Es importante resaltar que el feminicidio en Ciudad Juárez es un problema que persiste hasta la actualidad, por lo que el memorial del Campo Algodonero sigue siendo un recordatorio de la lucha por los derechos de las mujeres y la necesidad de erradicar la violencia de género.

En general, la resolución de la CDNH en el Caso del Campo Algodonero destaca la grave problemática de la violencia de género y la impunidad en México, y hace un llamado a las autoridades para que tomen medidas concretas para garantizar la seguridad y los derechos de las mujeres.

Estos feminicidios provocaron protestas y demandas de justicia, con un enfoque en la respuesta inadecuada de las autoridades locales para prevenir y resolver estos crímenes. Las familias de las víctimas, junto con activistas y defensores de derechos humanos, han luchado incansablemente por la justicia y el fin de la impunidad en estos casos.

La impunidad en casos de feminicidios se atribuye a una serie de factores, como la corrupción, la falta de recursos y personal capacitado en las instituciones encargadas de la justicia, la falta de voluntad política y los discursos que estigmatizan a las víctimas y desvalorizan la violencia de género.

De acuerdo con informes y datos disponibles, como el Informe Especial sobre Feminicidio en México de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en 2020, la impunidad en casos de feminicidios sigue siendo una problemática recurrente en el país. Según el informe, en México únicamente el 4% de los casos de feminicidios logran una sentencia condenatoria, lo cual deja un 96% de los casos en impunidad.

Es importante resaltar que el índice de impunidad varía según la región, y a menudo se observan diferencias significativas en la efectividad de la investigación y el enjuiciamiento de los casos en diferentes estados mexicanos. Además, existe una gran brecha entre las cifras oficiales de feminicidios y los informes de organizaciones de derechos humanos y grupos de activistas, lo que sugiere un subregistro y falta de datos confiables.

En los últimos diez años se han registrado siete mil 246 feminicidios y menos del 25% de esos crímenes ha terminado en una sentencia condenatoria. En México, la impunidad en los delitos de feminicidio es del 76 por ciento, indica la reportera Valeria Duran.

En el más reciente informe elaborado por la empresa World of Statistics, contempla a Ciudad Juárez en el noveno lugar con más homicidios dentro de estas 50 ciudades más peligrosas, al contar con al menos mil 034 asesinatos, entre una población de un millón 527 mil 482 habitantes, que representa una tasa de 67.69 durante el año 2022.

A lo largo de los años Ciudad Juárez ha enfrentado altos niveles de violencia debido a diversos factores, entre los que se encuentran:

· Narcotráfico. Al ser una ciudad fronteriza se ubica en una posición estratégica para la entrada de drogas de América del Sur a América del Norte, lo que ha convertido a la ciudad en una zona de tránsito de drogas hacia Estados Unidos. Esto ha generado la presencia y el conflicto entre distintos grupos criminales que luchan por el control de la zona y ha dejado un alto número de homicidios.

· Corrupción. La impunidad y la corrupción han sido un factor importante para el aumento de la violencia. La falta de una justicia efectiva y la incapacidad de las autoridades locales y federales para controlar la situación ha permitido el crecimiento de los grupos criminales y la violencia en la ciudad.

· Desigualdad social. Es una ciudad donde coexisten grandes contrastes socioeconómicos, lo que ha generado una alta tasa de pobreza y marginación. Estos factores han aumentado la vulnerabilidad y la falta de oportunidades para sus habitantes, lo que a su vez ha llevado a un aumento de la violencia en la ciudad.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el número de homicidios en Ciudad Juárez ha fluctuado en los últimos años. En 2019, Ciudad Juárez fue considerada la segunda ciudad más violenta de México, con una tasa de 104 homicidios por cada 100,000 habitantes. En 2020 se registraron 991 homicidios en la ciudad, una disminución del once por ciento en comparación con el año anterior.

Gráfica 2. Realizada por Ángela Martell

Desafortunadamente, solo en el tres por ciento de los casos se logra la captura, judicialización y sentencia de los responsables, indica Yadira Cortés, representante de la Red Mesa de Mujeres.

Esto habla del alto grado de impunidad que existe en nuestra frontera sobre los asesinatos de mujeres y feminicidios, que se cometen día a día.

“Tenemos una preocupación constante ante el aumento de los casos de violencia contra la mujer, este año hemos visto casos que no se habían registrado en Ciudad Juárez”, dijo Yadira.

En el informe de octubre de 2023 se registran 126 mujeres asesinadas, solo el 10% de los casos o menos son tipificados como feminicidios, indica Red Mesa de Mujeres.

A lo largo de los años, se han realizado múltiples investigaciones sobre los asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez. Sin embargo, hasta la fecha, muy pocos casos han sido resueltos y muchos permanecen impunes. La falta de avances en las investigaciones ha llevado a la crítica de las autoridades y a la creencia generalizada de que existe una negligencia por parte de estas.

Quisiera decir que Esmeralda, Sagrario, Claudia o que las próximas serán las últimas. Tristemente, se han vuelto una cifra más; quisiera decir que tendremos justicia para todas las mujeres que han sido asesinadas, pero nuestro país es injusto con los justos y justo con los injustos. -Ángela Martell

--

--