Pancho Villa: ¿héroe para quién?

Fernando Requejo
Revista Arena
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10 min readOct 31, 2023

México ha pasado por varios momentos que han alterado el rumbo en cuanto a su desarrollo como nación se refiere. Primero, en 1810, se dio la lucha de Independencia, con la cual se logró erradicar el control que España ejercía hasta esa fecha. En tal conflicto destacaron personajes bastante simbólicos e importantes para los mexicanos, como Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Guadalupe Victoria e Ignacio Allende.

Años después vino la Guerra de Reforma, la que fue el primer gran enfrentamiento interno del México independentista. Esta tuvo como protagonistas a Benito Juárez (por el lado liberal) y a la Iglesia (por el lado conservador), quienes se disputaban el control del país. Esta disputa trajo consecuencias importantes, como el establecimiento del Segundo Imperio Mexicano (con Maximiliano de Habsburgo) y la implementación de la República Itinerante, de Benito Juárez. Luego de un choque intenso entre los bandos participantes, la victoria fue para los liberales.

A pesar de que la victoria liberal parecía haber calmado las tensiones internas, el conflicto no cesó por completo, pues en 1910 se dio el segundo levantamiento armado más importante en la historia de México: la Revolución mexicana. Al lograrse se dio fin a la dictadura de Porfirio Díaz, y significó otro gran paso en la formación de la identidad mexicana. En este suceso se resaltan héroes revolucionarios como Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y Francisco Villa.

Entre todos los héroes que surgieron durante los distintos momentos decisivos de la historia de este país, uno de los más destacados y amados por la población mexicana es el ya mencionado Francisco Villa.

Francisco Villa en fotos

Nacido en San Juan del Río, Durango, Doroteo Arango Arámbula, cuyo pseudónimo fue Pancho Villa, es considerado como el héroe más querido, amado y destacado del periodo revolucionario, información que incluso es parte de la historia oficial; sin embargo, con el pasar del tiempo, se han publicado muchos textos sobre él, con los que muchos autores cuestionan la calidad de héroe del llamado “Centauro del Norte”.

Uno de los que plantean la duda de si Villa debe ser considerado como héroe o villano es Marco Antonio Acosta Ruíz, reportero de El Economista. Acosta destaca que, a pesar de que la vida de Villa ha sido comentada tanto para bien como para mal, no se pueden negar todo lo positivo que el caudillo aportó a la Revolución mexicana, como que luchó a favor de impulsar la educación, lograr el trato justo a los obreros, repartir el agua equitativamente, abolir la oligarquía, apoyar económicamente a huérfanos y madres solteras, expropiar los bienes de hacendados y oligarquías, solo por mencionar algunas de sus causas. A esto añade que Villa, gracias a su fiereza, logró liderar la “División del Norte”, que alcazaba los 15000 efectivos y cuya composición se daba en mayor medida por ciudadanos comunes, quienes admiraban el liderazgo desbordado por Pancho.

En este punto, debe destacarse que Villa poseía un carisma estratosférico, ya que incluso, como menciona Acosta, la popularidad del personaje llegó a atravesar fronteras; como muestra de ello está lo ocurrido en 1914, cuando la productora de cine Mutual Film Corporation se contactó con el líder para filmar una película sobre su vida cotidiana. Al final, la grabación se hizo, y fue publicada con el título “La vida del general Villa”, película de la cual sólo se han encontrado algunos fragmentos:

Al igual que el periodista de El Financiero, J.M. Sadurní de la revista National Geographic dedicó un artículo a Pancho Villa. En él, expone la polémica que rodea al Centauro del Norte, pues aclara que mientras algunos retratan a este personaje como un revolucionario y un verdadero héroe, otros lo califican como bandolero, delincuente y mujeriego, además de ser fanático de los excesos.

A pesar de ello, Sadurní destaca que no está muy de acuerdo con las afirmaciones de los detractores de Villa, pues, al hablar em primer lugar del señalamiento de que Villa era un alcohólico, este autor dice que “aquel revolucionario, nacido el 5 de junio de 1878 (aunque algunos historiadores afirman que podría haber sido en el mes de julio del mismo año) en el estado mexicano de Durango, fue, al parecer, un hombre abstemio (que nunca toma bebidas alcohólicas), que incluso condenaba a muerte a cualquiera de sus hombres que hubiera caído bajo el influjo del alcohol (se dice que llegó a destruir cientos de litros de bebidas alcohólicas).

De hecho, sobre lo mencionado por Sadurní, hay autores que refuerzan la idea de que Villa no consumía nada de alcohol; por ejemplo, Brenda Chávez, de El Heraldo de Chihuahua, aborda a profundidad la relación de Villa con las bebidas alcohólicas. Ella menciona que el caudillo no solo odiaba el alcohol, al cual consideraba como el causante de los males de la sociedad, sino que su sabor no era de su agrado, pues el revolucionario lo calificaba con asqueroso, al grado de que comparaba su sabor con el de la orina.

Chávez añade que el odio de Villa por el alcohol llegó al punto de que, cuando se convirtió en Gobernador de Chihuahua, mandó a cerrar 50 cantinas y poner en su mismo lugar el mismo número de escuelas, pues, ya que él no había tenido acceso a la educación, buscaba que otros sí lo tuvieran. La periodista añade que Villa prohibió a todos los integrantes de sus tropas consumir alcohol, y “los instó a destruir cualquier cantina que encontraran a su paso”. También resalta que Arango llegó a implementar la ley seca, y mataba a quien se atreviera a ir contra las reglas impuestas por él. En este punto, Villa era considerado ya un héroe, al grado de ser protagonista de algunos corridos de la época:

Por si eso fuera poco, Chávez agrega un dato que pudiera sorprender a cualquier lector casual. Cuando se habla de caudillos, usualmente se tiene la imagen de hombres agresivos y alcohólicos, no de hombres que celebraban sus victorias bebiendo malteadas de fresa con sus amigos; pues Villa hacía esto último, pues las malteadas de fresa eran su bebida favorita. Se dice que a Villa le encantaban tanto que llegaba a ir a Estados Unidos sólo para probar las mejores malteadas. A esto se le suma el rumor de que algunas cantinas, con el fin de obtener clemencia por parte del revolucionario, para que no les cerrara sus establecimientos, añadieron malteadas de fresa en sus menús. A esto, Chávez le añade el hecho de que Villa amaba comer helados, lo cuales consumía constantemente, casi siempre acompañados por un refresco de fresa; hasta este punto, se sabe que la fresa era su sabor favorito.

Además de los autores independientes, el Gobierno de México tiene en su página web tiene una publicación dedicada a Pancho Villa, en la cual se destaca cada aspecto importante de su vida, además de sus aportaciones y sus muestras de heroísmo “por el bien de la población”. El hecho de que contribuyó con su ejército al rápido triunfo de la Revolución, debido a que en 6 meses logró expulsar del poder y del país a Porfirio Díaz, es uno de los muchos datos que componen esa publicación.

A lo anterior se le suma la semblanza de la Secretaría de Cultura, específicamente el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas (INHERM), en la que se destacan las aportaciones del revolucionario. Primero se recalca la victoria sobre el ejército federal en la Batalla por la Toma de Ciudad Juárez, en 1911, conflicto con el que la División del Norte, comandada por Francisco Villa, logró ocupar el punto más estratégico de la guerra, pues era precisamente por ahí que llegaban las municiones, armas y abastecimiento de apoyo para Porfirio Díaz.

Otra muestra de las grandes habilidades y talento de Villa es la Toma de Zacatecas, la cual también es abordada por la Secretaría de Cultural: “la División del Norte tomó Zacatecas el 23 de junio de 1914”. Tal victoria fue la que permitió vencer al “segundo gran enemigo revolucionario”, después de Porfirio Díaz: Victoriano Huerta, quien con apoyo de las Fuerzas Armadas había tomado el poder de las manos de Francisco I. Madero por la fuerza. La victoria se logró, pero comenzaron las tensiones entre la División del Norte y las fuerzas constitucionales (de Venustiano Carranza), que hasta ese momento se había encargado de trabajar en conjunto por lograr avanzar en la Revolución.

Además, se añade la hazaña de Villa en Estados Unidos. De acuerdo con el INHERM, en marzo de 1916, Villa atacó Columbus, Nuevo México, atacando a militares estadounidenses para robarles los uniformes. Por ello, una parte del ejército estadounidense entró por la fuerza a Chihuahua, para capturar al Centauro del Norte y tratar de borrar ese momento tan humillante para las fuerzas estadounidenses.

Recapitulación de los momentos más destados de Francisco Villa como revolucionario

Algo que también se destaca es que una de las prioridades de Álvaro Obregón, quien acababa de llegar a la presidencia, en 1920, era aniquilar a Villa, por el enorme peligro que podría representar para su gobierno, por lo que planeó, en complicidad con autoridades locales, una emboscada contra Villa. Así, el 20 de julio de 1923, en Parral Chihuahua, fue abatido el líder norteño.

A pesar de la existencia de distintas publicaciones que enaltecen y mitifican la imagen del líder revolucionario, también existen trabajos y opiniones que tratan de reflejar otra cara de este carismático personaje, incluso llegándolo a calificar como un simple bandido y un delincuente oportunista.

Uno de esos detractores es el escritor Héctor Aguilar Carmín, quien, en una entrevista realizada por Joaquín López Dóriga a principios de 2023, y retomada posteriormente por Infobae, no se detuvo al expresar su postura respecto a la decisión del Senado de la República de declarar el año 2023 como el “Año en Honor a Francisco Villa”. “No hay un personaje que haya consagrado en la memoria oficial y popular de México que sea del tamaño de matón, de psicópata y homicida como lo fue Francisco Villa […] lo que estoy diciendo, a pesar de ser algo impopular, es algo que está comprobado página por página”, señaló Aguilar Carmín.

Más adelante, en la misma entrevista, Aguilar carmín insiste en que Villa es “el único personaje del que se tienen múltiples pruebas y evidencias de que era un matón por su propia mano. Un matón cruel, iracundo y despiadado”, declaraciones a las que sumó el dato de que Villa mató a miles de personas, incluidas mujeres, por el simple hecho de levantarle la voz.

Otro escritor que es un fuerte crítico de la leyenda de Francisco Villa es Reidezel Mendoza, quien en su libro Crímenes de Francisco Villa: testimonios califica al héroe mexicano como un fraude. Si bien, Mendoza explica que Villa “es un ícono indiscutible de la Revolución mexicana, que fue, además, erigido en la cultura de masas como el defensor de las causas populares”, también destaca que esas narraciones de su vida omiten el lado oscuro de si vida. El autor subraya que mayoría de los autores que defienden a Villa son “filovillistas”, los cuales han negado y/o justificado los que Mendoza califica como “crímenes contra la población civil”, crímenes que, ha vista del escritor, no pueden ser justificados con el argumento de que “eran situaciones comunes del periodo y el contexto que se estaba viviendo en las zonas calientes de la Revolución mexicana”.

“En algunas localidades del norte de México, es el resentimiento y el dolor lo que evoca la figura del legendario guerrillero. Hombres mujeres y niños de todas las edades fueron víctimas de los excesos de Villa, además de prisioneros de guerra, excolaboradores, políticos, empresarios, funcionarios públicos, sacerdotes, religiosos y personas de diversa condición social acusados de traidores y asesinados sin juicio previo; mención aparte merecen las agresiones sexuales contra mujeres y niñas”, expone Mendoza en su publicación.

Los detractores de Villa no se detienen ahí. Dalia Galindo, del medio Plumas Atómicas, realizó una recopilación de los hechos que, según ella, no se cuentan del Centauro del Norte; desde “La masacre de la estación de Camargo”, en la que Villa habría organizado un ataque contra carrancistas, hasta la presunta violación de las 120 mujeres que acompañaban a los individuos que apoyaban a Venustiano Carranza en su travesía por el norte del país, son sucesos descritos extensamente por la periodista, quien incluso califica al caudillo como un violador feminicida, capaz de liquidar sin ninguna consideración a cualquiera que se atreviera a discernir con la opinión de Villa.

Tal como se ha visto, es posible encontrarse con publicaciones en pro del guerrillero, que destacan a Villa como un héroe nacional, como un temerario y valiente guerrero; sin embargo, también se pueden hallar publicaciones en las que se describe un Francisco Villa que contrasta completamente con la imagen pintoresca y amable que muchos de los autores se han dedicado a dibujar.

El debate en torno a la leyenda de Villa resulta en una polarización: o se está totalmente en contra o se está totalmente a favor del caudillo. Por ello es importante analizar cuidadosamente lo que ambos bandos presentan como pruebas de que sus argumentos expuestos son válidos, para poder tomar parte de una manera más informada en el tema, aunque es obvio que las ideologías propias van a tomar parte, en algún momento, en la decisión de qué lado apoyar.

Si bien, la polémica es grande, independientemente de lo que se pueda decir, Villa es una figura emblemática de la historia de México. Sin importar si lo que se dice de su vida privada es cierto o no, no se puede negar que su participación en la Revolución Mexicana fue crucial para la caída del régimen que imperaba en aquella época.

Es totalmente válido tratar de exponer los aspectos negativos de un personaje, pero también hay que considerar que prácticamente no existe personaje histórico de ese periodo que no haya tenido un periodo sombrío durante su vida. Si la gente decidiera sólo admirar a los personajes que no tengan “cola que les pisen”, definitivamente no tendrían a nadie a quién enaltecer.

Al final, toma una total relevancia lo que dijo Guadalupe Villa, historiadora y nieta de Francisco Villa, en una entrevista con BBC News Mundo en México:

“Bueno, la figura de Villa es muy polémica. Por supuesto que creo que tiene más adeptos que detractores, pero eso pasa con muchas figuras históricas […] hay filias y fobias hacia él, entre el público, escritores e historiadores […] no niego que haya habido hechos de sangre, pero hubo mucho interés en gestar una leyenda negra muy tremenda en torno a él…”

El legado de Francisco Villa no debe ser negado. El hecho de que 2023 haya sido considerado como el año de Pancho Villa es un honor más que merecido, por todo lo que logró como comandante de la Revolución mexicana. Al final, independientemente de lo que se pueda decir de don Doroteo Arango, todo apunta a que la verdad oficial es la que seguirá prevaleciendo sobre cualquier trabajo que tenga la intención de manchar la imagen del Centauro del Norte. Básicamente, Pancho Villa es un ser intocable, por lo menos en el ámbito político, principalmente ser uno de los principales partícipes en el establecimiento de la identidad mexicana.

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