Verdad por sangre. Un precio injusto.

Cristian Alarcón
Revista Arena

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La gente no muere cuando deja de respirar, solo muere cuando la olvidan, siempre hay que recordar para no dejarlos morir. La muerte no nos quita a nuestros seres queridos, nos los guarda para inmortalizarnos, pero ¿qué pasa cuando la muerte aparece sin piedad y continuidad?

Nunca es bueno culpar a la víctima, incluso es algo fuera de la lógica, pero ¿qué necedad de arriesgar su vida? ¿Vale más la información que la vida? ¿El periodista es tan apasionado a lo que marca su profesión y no mide consecuencias?

Desde el año 2000, han acabado con la vida de 104 periodistas y 25 desaparecidos en todo el país. ¿La razón? Hay muchas, las más comunes, narcotráfico y corrupción y odio de los políticos.

En México existe un 99,75 por ciento de impunidad en casos de violencia contra comunicadores. ¿Qué clase de trato inhumano recibe el periodista? ¿Su vida no tiene valor? ¿La verdad cuesta vidas?

Al parecer, en México, informar, tener derecho a la libertad de expresión, ejercer una profesión te puede costar la vida, o al menos en el caso de periodistas, pero ¿lo vale? Debemos cuidarnos, debemos ser sensatos, no nos matamos solo a nosotros, tenemos familia, amigos, seres queridos, compañeros, ellos también mueren con nosotros.

Es importante cubrir estas noticias, pero hay que tener un límite, hay que saber cuándo parar, cuando decir ALTO o por lo menos poner pausa a nuestras investigaciones. No hay justificación por las muertes, pero hay que cuidarnos.

Habrán muchos que pienses “no pueden decir que paremos, es nuestro trabajo”, “no nos pueden callar, necesitamos informar” o también “la gente debe saberlo, es importante” y estoy de acuerdo con esas frases que demuestran la injusticia hacia nuestros compañeros periodistas, pero si ya te amenazaron ¿para qué? ¿si te ofrecen seguridad (como al Choco que le ofrecieron un cambio de fuente) para qué te arriesgas?

En nuestro país así funcionan las cosas, y no creo que sea justo pagar con sangre esta problemática, es algo que se pudre cada vez más, es un problema de raíz muy grande, que nadie, nadie debe pagarlo con su sangre.

Entrevista completa a Julio Gómez.

Problemas de raíz.

En México, existen varias problemáticas que impiden que los periodistas realicen su labor con la mayor transparencia y tranquilidad posible. Estos problemas internos e institucionales son los causantes de varias impunidades contra civiles y periodistas. La violencia, corrupción y la inseguridad, son tres aspectos que al periodista lo dejan expuesto a cualquier obra mal intencionada.

El estudio México: Anatomía de la Corrupción, elaborado por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y publicado en mayo de 2015, señala que nueve de cada diez mexicanos creen que los partidos políticos y las policías (federal y estatal) son las instituciones más corruptas del país, y esto se notó cuando en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, declaró la guerra contra el narcotráfico, ya que gobiernos locales y estatales eran débiles institucionalmente lo que provocó un desequilibrio interno y desató una gran ola de violencia en el país.

Cuando el mismo gobierno te expone de esta manera, es difícil mantenerse y ser efectivo, ya que, según el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el gobierno mexicano tiene la obligación de proteger y asumir responsabilidades naciones e internacionales respecto a cualquier trabajador de su territorio, sumando que en los artículos 6 y 7 de nuestra Constitución señalan que, cualquier individuo tiene derecho a la libertad de expresión y cualquiera puede garantizar la libertad de prensa, pero ¿Qué se puede hacer cuándo las mismas instituciones y dependencias políticas te atacan o encaminan a un resultado mortal?

De igual manera, se creó en 2012 un mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas desde el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia para implementar y operar las medidas cautelares que garanticen la vida, integridad, libertad y seguridad de las personas que estén en situación de riesgo, así como de realizar las evaluaciones del riesgo de los casos de agresiones. También la Comisión Especial para dar Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación de la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores adquirieron el compromiso de lograr que el asunto de las agresiones a periodistas fuera llevado a la agenda nacional para demandar a las autoridades el cumplimiento de su responsabilidad y hacer que se respete lo establecido en las instancias nacionales e internacionales que reconocen el derecho a la libertad de expresión.

En los últimos años, la función del periodismo y el papel que este desarrolla en el país ha ido cambiando, ya que, el crecimiento excesivo de la violencia, en la que va incluido en crimen organizado, modifica cualquier tipo de labor que se tenía ya planteada, lo que obliga al periodista a buscar más opciones de búsqueda de información y de las mismas fuentes.

Los actos de violencia hacen que los compañeros de los periodistas agredidos o asesinados se vayan rezagando, dando más poder a la corrupción, no solo se ha quitado el derecho a la libertad de expresión de los civiles y periodistas, también el derecho a la vida, lo que oscurece más el panorama para los encargados de compartir la información que todos deben conocer.

Son pocos los medios, organizaciones o periodistas independientes que se encargan de documentar cualquier dato que esté relacionado con el tema de violencia contra la prensa, pero también, cada vez son más los periodistas agredidos y asesinados en las estadísticas mostradas por cubrir este tipo de noticias.

Debemos tener siempre en mente la verdad, los derechos que por ley nos corresponden, pero también es importante adquirir paciencia, serenidad y sobre todo conciencia de que, no solo matan al periodista, matan a todo un derecho de vida vital para el ser humano.

En nuestro país así funcionan las cosas, y no creo que sea justo pagar con sangre esta problemática, es algo que se pudre cada vez más, es un problema de raíz muy grande, que nadie, nadie debe pagarlo con su sangre.

De cualquier forma, estés de acuerdo o no, no hay que olvidarlos, no hay que dejarlos morir, recuérdalos, hónralos, inmortalízalos, así nadie va a morir y mucho menos la voz de los periodistas.

Fuente principal:
https://www.article19.org/pages/es/resource-language.html

Para dar un contexto y una conclusión, se muestra la siguiente galería donde civiles y periodistas exigen justicia por la muerte de varios comunicadores.

Correo electrónico: ivan.alarcon244@gmail.com

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