La ermita de San Sebastián

Daniel Garcia Coego
Revista de historia de Aldearrubia
6 min readSep 20, 2020
Representación de una ermita en el Diccionario general de arquitectura e ingeniería (1877–1891).

Hubo un tiempo en el que muy cerca del pueblo de Aldearrubia se encontraba una ermita, la cual sabemos que estaba dedicada a San Sebastián según se hace referencia en el Catastro de Ensenada. A día de hoy, su recuerdo permanece quizás de forma vaga en el imaginario colectivo de los más mayores del lugar, y se rememora igualmente en una calle al sur del pueblo que une las dos entradas principales del mismo. Dicha calle lleva el nombre bastante definitorio de “Calle de la Ermita”, último indicativo para los más jóvenes curiosos, y para el futuro, del vestigio de un antiguo edificio ya desaparecido del paisaje actual de la villa salmantina.

Este artículo no pretende ser un estudio exhaustivo acerca de dicha ermita, pues para ello será necesario revisar con detenimiento diversas fuentes del Archivo Diocesano y del Histórico Provincial, pero sí un punto de partida para despertar el interés investigador acerca de este edificio religioso. Edificio que, por otro lado, no era el único existente de este tipo en los términos de Aldearrubia, donde también existió otra ermita dedicada a San Lorenzo, en la Puebla de Escalonilla, y una más a Santo Domingo, que con mayor exactitud fue la antigua abadía de Santo Domingo de Pedraza.

En la ermita que nos atañe ahora mismo, como ya comentamos, se veneraba a San Sebastián, un santo que vivió en el siglo III d.C. siendo soldado en las legiones romanas y en la guardia pretoriana del emperador Diocleciano. Dicho santo es venerado principalmente para hacer frente a la peste y a los enemigos de la religión. Es por ello que podemos quizás aventurar que fue el primero de estos motivos el que propició la construcción de la ermita, por su localización, que discutiremos a continuación, y por las historias contadas en el pueblo de Aldearrubia acerca de antiguas epidemias de peste que habrían diezmado antiguos poblados como el de Carrascal de Cinco Villas; no obstante, es una simple hipótesis del que escribe, ya que también podría deberse a una simple veneración por este santo de los patronos que la fundaron.

De la ermita sabemos por documentación transcrita por Ricardo Espinosa Maeso, que debió de acabarse a finales del siglo XVI o ya a comienzos del XVII a más tardar, siendo construida por el cantero Macías de Saucedo. La persona que encargó esta obra debió de ser un tal Juan de Santiago, vecino de la ciudad de Salamanca. Tras la muerte del mencionado Juan de Santiago, quedó de manos de un tal Diego Bello, también vecino de Salamanca, el terminarla en nombre de su sobrino Gaspar de Santiago (seguramente relacionado con el mencionado Juan de Santiago), que era el ermitaño a su cargo. Para ello Macías de Saucedo se obligó a terminar la obra sin mayor dilación comenzando en abril del año 1599 hasta acabar dicha ermita, recibiendo los pagos correspondientes a partir de las rentas de las tierras de la misma. Según este texto, que incluimos al final del artículo transcrito de la propia mano de Espinosa Maeso, la ermita se encontraba en el camino que llaman de Nuestra Señora del Río y que podemos suponer se dirigía hacia la ermita del mismo nombre en el término de San Morales, junto al río Tormes.

Años más tarde, en 1752, el Catastro de Ensenada nos da más información acerca de la localización de la ermita. Así, en la descripción de uno de los ejidos concejiles del pueblo, llamado “de la Hermita” se dice de sus lindes lo siguiente: “linda a levante con camino que va de esta villa al río Tormes, poniente camino que va de esta dicha villa a la de San Morales, norte con el humilladero de esta dicha villa y mediodía con prado que llaman el Ejido Grande”. Si vemos los lindes de dicho Ejido Grande podemos acotar mucho mejor la situación de la ermita, considerada también humilladero de Aldearrubia: “linda a levante con camino que va de esta villa al río Tormes, poniente con camino que va de esta dicha villa a la de San Morales, norte con ejido de esta villa y mediodía con camino que va de Hornillos a Salamanca”. Atendiendo a estas indicaciones y revisando los mapas más antiguos del Instituto Geográfico Nacional, podemos deducir que dicha ermita se encontraba seguramente en el terreno ocupado actualmente por el cementerio de Aldearrubia o sus alrededores.

Probable situación de la ermita de San Sebastián en el actual cementerio. Fuente: IGN

¿Qué fue de la ermita? Pudo haber sufrido múltiples devenires, quizás derruida por el paso del tiempo y la falta de fondos para sustentarla, la invasión francesa u otros contratiempos que causaron su desaparición. No obstante, esperamos que con este pequeño artículo quede registrada su memoria y probable situación en la historia del pueblo. Dejamos finalmente como colofón de este artículo el texto transcrito de la obligación de Macías de Saucedo para terminar la obra de dicha ermita.

Obligación para Diego Bello en nombre del Hospital de Santiago

El 10 de diciembre de 1598 Macías de Saucedo, cantero, vecino del lugar de Aldearrubia, aldea y jurisdicción de esta ciudad de Salamanca, digo que por cuanto Juan de Santiago, difunto vecino que fue de esta ciudad, como persona a cuyo cargo estaba una ermita que está en término de Aldearrubia y camino que llaman Nuestra Señora del Río, concertó conmigo de que hiciese la obra que falta de hacer en la dicha ermita, que es cantería y madera y teja y todos los demás materiales necesarios para la dicha obra esté acabada. Y dejarla acabada por precio de lo que fuese tasado por dos personas, una nombrada por su parte y otra por la mía. Y teniendo comenzada la dicha obra se murió el dicho Juan de Santiago y ahora Diego Bello, vecino de esta ciudad, en nombre de Gaspar de Santiago, su sobrino, ermitaño de la dicha ermita y a cuyo cargo está, me pide acabe la dicha obra y haga declaración de lo que tengo recibido para ella.

Por tanto, confieso tener recibidos del dicho Juan de Santiago en su vida en dineros y rentas de la misma ermita y en trigo y otras cosas 482 reales. En los cuales estaban metidos 9 anegas de trigo y precio cada fanega de 12 reales, que se cobró de Juan Núñez, mayordomo del Marqués de Cerralbo, que las pagó de renta que cogió en las tierras de dicha ermita. Y todo lo demás que yo he cobrado de renta de la dicha ermita y así mismo tengo de tomar en cuarta y hacerme pagado de 18 fanegas de trigo que yo debo a la dicha ermita de la renta que traigo de la dicha ermita. Las cuales son para el agosto que viene del año de 99. Y el resto se me ha de pagar lo que se me debiere como fuere haciendo la obra, y en acabándola y hecha la tasa se haga cuenta con pago, la cual dicha obra tengo de proseguir en ella desde principio del mes de abril del dicho año de 99 y no alzar la mano de ella hasta acabarla. Y lo que se me ha de pagar sobre lo que tengo recibido ha de ser de las rentas y limosnas de la dicha ermita.

Referencias

  • Archivo Universitario de Salamanca. AUSA_RE,5,1. Canteros de los siglos XV y XVI. Macías de Saucedo. Transcripción hecha por Ricardo Espinosa Maeso.
  • Archivo Histórico Provincial de Salamanca, nº4314, Cosme Allerete.
  • Archivo Histórico Provincial de Salamanca. Catastro de Ensenada. Libro 138.

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