Los hermanos Villarrubia y su participación en la conquista de América

Daniel Garcia Coego
Revista de historia de Aldearrubia
8 min readSep 26, 2021
Fuente: Historia de la conquista de México de Antonio de Solís. Licencia: Dominio Público

Como es bien sabido, a finales del siglo XV y tras la caída de Constantinopla (1453), el comercio de especias con Oriente se resintió en gran medida. Los mercaderes habían perdido el control de una ruta crucial de comercio, motivo por el cual se inició una competición, principalmente entre portugueses y castellanos, para conseguir alcanzar las Indias Orientales por otras rutas diferentes. Así, el Reino de Portugal y sus navegantes consiguieron encontrar la tan ansiada ruta a través de la circunnavegación del continente africano, mientras que la Corona de Castilla, por medio de Cristobal Colón, lo intentaba atravesando el océano Atlántico, lo que llevó al re-descubrimiento del continente americano.

Aldearrubia también tuvo su participación dentro de este período de conquista y colonización y varios de sus habitantes se embarcaron hacia las Indias, probablemente en muchos casos en búsqueda de un futuro mejor. Este es el caso por ejemplo de Diego de Villoria, hijo de Juan de Villoria y María Camposa, que se embarcó en 1554 como criado de Don Vasco de Quiroga, obispo de Mechoacán (actual México)¹; de Josefa García, hija de Pascual García y María Monje, que se embarcó en 1566 como criada del licenciado Páez²; o de Domingo Barriga, clérigo presbítero hijo de Juan Barriga y Catalina Sánchez, destinado a Yucatán en 1581³.

Pero, además de estos que se han citado, también estuvieron en Indias otros personajes como Don Francisco de Solís, que fue gobernador de Puerto Rico y posteriormente de Yucatán, o Alonso Sánchez, del que ya se ha hablado en otras historias, aunque probablemente no fuera nativo de Aldearrubia. Igualmente, existe constancia de otros personajes que fueron los precursores en esto de “hacer las Américas” en Aldearrubia: los hermanos Juan y Martín de Villarrubia, hijos de Martín de las Huertas (o de Villarrubia) e Inés Sánchez (o de la Mata), y Juan de Morales, hijo de Pedro de Aldearrubia y María Sánchez.

Juan de Villarrubia en La Española

En 1511, el primero de los hermanos Villarrubia, y probablemente el mayor, Juan, se embarcó hacia la isla de La Española⁴, en la que se encuentran actualmente República Dominicana y Haití. Allí fue donde encalló la Santa María en el primer viaje de Colón a América en 1492. Cuando llegó a la isla, su gobernación hacía dos años que estaba en manos de Diego Colón, uno de los hijos del descubridor, quien se dedicó a hacer repartimientos de indios a sus allegados y colaboradores y forzó las colonizaciones de otras islas para aumentar su poder. En este año se creó también la Real Audiencia de La Española, como contrapoder a este personaje, y tuvo lugar el famoso sermón de Navidad del dominico Antonio de Montesinos, criticando la esclavización y los excesos que se estaban llevando a cabo contra la población indígena de los taínos. Posteriormente, en 1514 y con la llegada de Rodrigo de Alburquerque y Pedro Ibáñez de Ibarra a la isla, se realiza un nuevo repartimiento de indios entre los encomenderos en el que se perjudicó a las partes asociadas con Diego Colón. En el caso de Juan de Villarrubia, recibió una encomienda de 21 indios e indias y cuatro naborías de casa⁵. Los encomenderos tenían por obligación instruir y adoctrinar a los indios que les eran asignados, y protegerlos. La realidad era bien distinta, pues muchos eran explotados hasta la muerte en las minas o plantaciones, situación denunciada por el ya mencionado Antonio de Montesinos o el conocido Fray Bartolomé de las Casas, que había sido encomendero en el pasado.

Juan de Villarrubia debió tener cierta importancia en la isla de La Española y concretamente en la ciudad de Puerto Real, fundada por Rodrigo Mejía de Trujillo en las tierras del actual Haití y que sería abandonada años después. En el año 1519, en una Real Cédula expedida por el rey Carlos, es recomendado al licenciado Rodrigo de Figueroa juez de residencia de la Isla Española para que sea favorecido o ayudado en todo lo que requiriese, además de otorgarle algún cargo si fuera necesario⁶. No se sabe más de su vida hasta el año 1527, en el que se le vuelve a conceder permiso para embarcar de nuevo a las Indias junto a su hermano Martín de Villarrubia. Es de suponer por tanto que volvió a su villa natal de Aldearrubia en este lapso de tiempo.

La conquista de Yucatán

Estos dos personajes, que sin duda debían de tener alma de aventureros, se unieron a la expedición que estaba organizando Francisco de Montejo. Principalmente, reclutaba jóvenes en las tierras salmantinas, sin ningún tipo de formación militar la mayoría, por otro lado. Debieron arrastrar en esta aventura también a Juan de Morales y partieron el 29 de junio de 1527 del puerto de San Lúcar de Barrameda junto a otras 400 personas, divididas entre cuatro naves. Francisco de Montejo había participado anteriormente en las expediciones de Hernán Cortés y fue enviado por este a España para defender su posición ante la Corte y exponer los resultados de sus descubrimientos. Consiguió que el rey Carlos I lo nombrase Adelantado, Gobernador y Capitán General de las islas de Yucatán y Cozumel⁷ (por aquel entonces se pensaba que la península de Yucatán era una isla). No obstante, para acometer esta empresa debía financiar él mismo la expedición, motivo por el cual vendió muchos de los bienes y mayorazgos que tenía en tierras de Salamanca. También debía fundar al menos dos pueblos y dos fortalezas, teniendo cada población un mínimo de 100 habitantes.

Monumento a los Montejo en Mérida, Yucatán (fuente)

La expedición arribó a la isla de Cozumel pocas semanas después, y finalmente se dirigió a la costa oriental de Yucatán, donde sus miembros desembarcaron y fundaron la ciudad de Salamanca de Xel-Há. En esta zona sufrieron varios ataques de los mayas, que sufrieron grandes bajas por parte de los castellanos pese a ser novicios en las armas, y tuvo lugar la primera batalla con el pueblo maya, la batalla de Aké, de la que aún hoy en día se discute su localización⁸. Posteriormente, las huestes se dirigieron a la ciudad abandonada de Chichén Itzá, en la que 160 de los colonizadores iniciales establecieron una guarnición y durante un tiempo convivieron y comerciaron de manera pacífica con los lugareños. Entre ellos debió de estar al menos Martín de Villarrubia, como se verá a continuación. De su hermano Juan, y el otro expedicionario aldearrubiense, Juan de Morales, no se han encontrado menciones posteriores, por lo que es probable que fallecieran en algún combate o por enfermedad.

Templo de Kukulkán en Chichén Itzá (fuente)

En mayo de 1528 el capitán Alonso Dávila parte de Chichen Itzá con 50 infantes, entre los que se encontraba Martín de Villarrubia, y 13 caballos. Su objetivo era corroborar la existencia de oro en algunos poblados según les habían comentado los indígenas (que no hacían otra cosa que intentar guiarlos astutamente fuera de sus territorios). La compañía se estableció en un poblado recién fundado al que pusieron el nombre de Villa Real, situado a las orillas de la bahía de Chetumal. Desde allí Alonso Dávila, acompañado de algunos de sus hombres, hizo varias incursiones por los poblados de la zona en busca del codiciado oro. Pasaron algo más de 2 años en los que no consiguieron comunicarse con Francisco de Montejo, que seguramente los creía muertos. En una de estas incursiones, nuestro personaje Martín de Villarrubia prendió en Ulúa a varios indígenas importantes, entre los que se encontraba el hijo del señor de Tepaen, al que tomaron como rehén con el objetivo de que su padre hiciera llegar una misiva a Montejo. Los nativos hicieron caso omiso de las advertencias de los castellanos, preparándose al contrario para atacar Villa Real. Temiendo un ataque, Dávila envió a uno de sus subordinados, Francisco Vázquez, que saliera en canoa a hacer acopio de maíz. Mientras, Martín de Villarrubia se enfrentó de nuevo con cerca de 200 indígenas, que causaron algunas bajas en su compañía, por lo que se retiraron todos de nuevo al poblado de Villa Real⁹.

Después de mucho tiempo sin conseguir contactar con Francisco de Montejo, y viendo que la región estaba levantada en armas y las fuerzas de la expedición mermadas, pues les restaban 5 caballos y eran únicamente 40 hombres, el cabildo de Villa Real decidió abandonar el poblado y seguir la costa hacia Honduras, en busca de ayuda. Martín de Villarrubia era uno de los alcaldes elegidos por el reducido número de habitantes, junto con Francisco Vázquez. Eran regidores Cristóbal de Cisneros, Francisco de Montejo (sobrino del Adelantado), Blas Maldonado y Alonso de Arévalo. Sufrieron muchas penurias y hambre en la búsqueda de un nuevo asentamiento. Recorrieron la costa hacia el sur en canoas por mar y también a pie, a largo de entre 500 y 600 km probablemente, hasta llegar a Trujillo, en Honduras. Cuando llegaron allí habían perdido otro caballo, tenían únicamente cuatro ballestas y algunas espadas.

Probable trayecto seguido hacia Honduras por la expedición de Alonso Dávila y Martín de Villarrubia. Fuente: Modificación propia de mapa de OpenStreetMap.

Encontrándose en esta situación, el 18 de marzo de 1533, los concejales previamente mencionados junto con Alonso Dávila solicitaron al contador de Trujillo, Andrés de Cereceda, que se les proporcionasen caballos, hombres y armas para proseguir con la conquista. Sin embargo, para su pesar, Trujillo se encontraba también en una situación crítica, pues hacía tres años que no veían un barco por la zona, y estaban igualmente desprovistos de suministros y personal, que debían dedicar a su defensa. Casualmente, con los expedicionarios de Dávila completamente desanimados, a las tres semanas aparecieron dos barcos llegados de Cuba. En ellos se embarcó Dávila con gran parte de la tropa para ir en busca del Adelantado, quedando 16 en Trujillo.

En este momento se pierde la pista de Martín de Villarrubia hasta 1543, aunque es de suponer que habría de continuar con el Adelantado y probablemente con Pedro de Alvarado en la conquista de los territorios mesoamericanos. Finalmente acabó estableciéndose en la ciudad de San Pedro de Puerto Caballos hasta su fallecimiento, pero eso será otra historia.

Referencias

  1. Archivo General de Indias. (1946). Catálogo de pasajeros a Indias durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Volumen III. Imprenta editorial de la Gavidia.
  2. Galbis, D., Iruela, R. (1980). Catálogo de pasajeros a Indias durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Volumen IV.
  3. Galbis, D. (1986). Catálogo de pasajeros a Indias durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Volumen VI.
  4. Archivo General de Indias (1511). CONTRATACION,5536,L.1,F.65(4).
  5. Márquez, L. A. (1991). Repartimientos y encomiendas en la Isla Española: el repartimiento de Albuquerque de 1514 (Vol. 2). Ediciones Fundación García Arévalo.
  6. Archivo General de Indias (1519). INDIFERENTE,420,L.8,F.129V.
  7. Archivo General de Indias (1526). Capitulación con Francisco de Montejo. INDIFERENTE,415,L.1,F.90V-98V.
  8. Ojeda, J. V. (2000). Dzonotake o Aqu (Ake): sitio de la primera gran batalla de Francisco de Montejo en el Mayab (1528). Propuesta de rectificación histórica. Revista Complutense de Historia de América, 2000(26), 11–26.
  9. Archivo General de Indias (1533). Relación sobre Alonso Dávila en Yucatán. PATRONATO,20,N.2,R.3.

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