Cita a ciegas

Poesía, Performance y visualidad

Martín Barea Mattos
Revista Hugo

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Cierro los ojos para encontrar: estar ciego para recorrer con las manos el límite de la belleza. Luego llevarla al oído para escuchar el zumbido del aire en el mar de los niños por los tiempos de los tiempos. Pero no puedo quedarme en la melodía, sino repetirla. Como chiflido en ventana mal cerrada pasa la vida. La melodía de las imágenes. Y llega un correo electrónico.

Es de la Revista Hugo, que me invita a escribir, y acepto. Luego llega un spam:

¡Es Clemente Padín!

Los Spam trashes de Clemente Padín son la calva y cabal expresión de que un verdadero poeta, y por extensión del basural artístico, siempre puede encontrar el llamado del arte hasta en el más miserable de los envases del mundo cibernético. Padín clasifica, desmonta y limpia el mensaje para devolverse ya como mensajero en su carácter de artivista. Advirtiendo que no todo lo que brilla es oro sino más bien loro. Así el poeta replica el mensaje con humor, ironía y extrañeza. ¿Qué dice el loro? El loro dice que las palabras y lo que vemos nos engañan. El loro dice que enseñarle a un loro no es juego. El loro dice que repite como un loro. El loro dice que no engaña a otro. El loro dice que la realidad es un loro para articular. Padín, el loro, nos enseña a reírnos de los chillidos cotidianos.

The new Padin´s spams trashes

— ¿Por qué hacés esto Clemente? — le pregunté. — Me cansé de recibir tantos spams y decidí hacer algo con ellos — respondió. Y allá está él, hilarante, sacudiendo su gran pez junto a Pamela Anderson y Britney Spears, en spam “Solo para mayores”. O declarando, “soy un poeta experimental uruguayo que puede solucionar sus problemas” al estilo de un gurú de autoayuda para personas que respondan a la premisa “¿Tiene problemas para expresarse?”. En otras sagas de spams como “Los nuevos mártires”, “El futuro del poeta” o “Creando un mundo mejor”, Padín asume su compromiso respecto a las problemáticas políticas y sociales en Latinoamérica y el globo. Militancia asumida mucho antes de transformarse en Spamer, cuando ejerciera en su encierro el “izquierdo” de meterse en el sobre del arte por correo postal, o proclamar que “la poesía debe ser hecha por todos” (1970) o que “el artista está al servicio de la comunidad” (performance 1975–1981). Así, Clemente Padín, aun cuando firmaba como Antonio Maltez, hizo del fuego una composición evolutiva, fónica e imaginaria.

Clemente Padín es el poeta experimental uruguayo por excelencia y sin dudas el que más ha viajado, ya sea en avión, sello, spam o gimnasia oral.

Su performance educa.

Leo Pan

,

Leo Paz.

(la coma es el cuerpo del mensaje

,

se come el cuerpo del mensaje)

Leo.

Fuego. Estaba buscando fuego. En los clasificados del diario El País se ofrece JESS. Un número de teléfono: un vestuario, un altar tuneado, un teléfono recién pintado. Vos llamás. Diez como vos llaman. Sí, voz también vos. Y ahí nomás que me gustás. Vamos a hacerlo acá. Y unas cumbias y unas motos y unos tangos con carrito al cielo. Ernesto Rizzo me estaba llamando por lo del recital. Y yo buscaba fuego.

Jess responde:

— Soy unisex.

No soy heterosexual, no soy bisexual, no soy lesbo, no soy puto.

Soy Unisex

Un solo sexo que usa todo lo que tiene a mano

de hombre y de mujer

esto es Unisex, ¿te parece?

Unisex, único sexo soy yo

del derecho y del revés

Todo Unisex para mí

una pollera grande

y vaqueros chuecos

con top y taparrabos

Unisex el felpudo

y todas las perchas!

Unisex!

En un video en YouTube, Rizzo es Jess. Se roza la vida de Jess en un playback. Mirar, playback. La imagen unisexual sin opuesto. El sexo porque el sexo mira y copula. Y la imagen no importa si se gime el poema en un playback de ojos que fijan el mensaje. No importa el sexo, sino el mensaje.

Ernesto Rizzo responde entendiendo que hay que amar los mingitorios para devolver la comprensión de los objetos como almas co(po)pulares. Objetos que puedan reflejar espiritualidad: el cielo del carrito, el cuerpo desnudo del emperador (performance basada en un cuento de Hans Cristian Andersen), un pan de césped sintético, una plancha. La identidad asida en el aura participativa de las cosas.

Mensaje personal: ¡Ernesto, el recital no sé si se hace porque cuatro vecinos curadores del arte de la buena vecindad clausuraron el bar por ruidos molestos, sociales, bah!

En la cuna de la palabra, Damián Taveira & Juan Ángel Italiano (Ediciones Del Cementerio)

Juan Ángel Italiano está en Facebook. Entro. Ruidos molestos En la cuna de la palabra. Disco encriptado por Damián Taveira e Italiano en Ediciones del Cementerio. El poeta se funde en el percutir de una batería. El poema es sol y hueso. El poeta es hueso y sombra en el umbral. La imagen es el sonido sin lados ni arriba ni abajo. La palabra se funde en fogata fónica: la intención de la voz vociferada. El umbral del lenguaje en la caverna, en las paredes, en propaganda, en el mercado, en su nave de tiempo, en sus nudos lingüísticos, ópticos y auditivos. Para Juan Ángel Italiano, poeta maldonauta, “Los cdóigos deebn repseatrse para que la comunicación sea fluida y no generar interpretaciones confusas o erróneas. En el campo de las artes y en particular en el de la literatura, las definiciones abundan, suelen ser confusas, contradictorias y hasta a veces, excluyentes. La lengua y su expresión simbólica, al convertirse en objeto de estudio y al definirse, sobre y por sí misma, produce un efecto de reverberación, de eco, de repetición, la tautología por excelencia.

Dice Ronald Barthes que el primer lexema, o mínima unidad de sentido, se encuentra siempre en el título. Que allí se encuentra el resumen del contenido de una obra. Aquí lo tratado sería por un lado Poesía y por otro lo Visual. Pero, ahora bien, ¿es lógico hablar de Poesía Visual, o hablar tal vez de Poesía Fónica, Poesía Digital, Poesía Performática, etc.?, ¿no sería lo mismo que decir Humanos Amarillos, Humanos Blancos, Humanos Negros, Humanos Cobrizos?. Muchas veces nombramos los objetos a través de marcas representativas, decimos por ejemplo: “¿no me das una aspirina?” en lugar de pedir un analgésico, o pedimos un silvapen en lugar de un marcador. Hay realmente una Poesía Visual diferente a una Poesía Fonética, o en realidad la Poesía es una y de lo que hablamos en realidad es de diferentes espacios, diferentes formas de representación. Tal vez las expresiones correctas sean las de poemas visuales o poemas fonéticos”. Italiano difunde desde las redes sociales su trabajo y el de la historia del arte sonoro y visual desde su propio sello y espacios virtuales. Su estrategia consiste en operaciones concretas: dispone del link patrimonial a través de catálogos de descarga. De esta manera asistimos a la experiencia sensible de tanto archivo pronto a vibrar. Al mismo tiempo que escribo este artículo advierto que Italiano cuelga en la web El ancho margen, muestra de la poesía visual uruguaya 1835–2015. El agua siempre corre aunque el estuario parezca el mismo.

Estoy en “Borradores”. Tengo ahí las potenciales fechas de Ronda de poetas que vendrán: un montón de poemas, tres, cuatro vidas confluyendo cada jueves en el mismo punto. Una de estas vidas se llama Magela Ferrero, fotógrafa y poeta. Magela escribe en sus fotos. Talla lo que la luz no alcanza. Da voz a la imagen. También porta como retratos móviles, cuadernos donde confluyen ideas, dibujos, notas. Un libro de artista. Un libro. ¿Y no es el libro el lugar de la escritura y el de la poesía? Ya no. Porque la poesía enviste de palabras a quien necesite darlas. A quien necesita como artista blandir el canto de la hoja para hacer arder con un corte casi invisible el límite. El ojo obturando. El ojo mecánico y la óptica natural asistiendo al mirar como un animal de tres ojos. Ferrero toma por el atajo a la hora de mirar. Y ese atajo estrecho es filo de palabras.

Obra de Magela Ferrero

Como en un envío del futuro encuentro en el piso al pie de la ventana de mi escritorio la antología 2017 Nueva Poesía Contemporánea. Allí, entre otras voces nacidas la mayoría en el medio de los 80´s, encuentro a Santiago Ney Márquez. Este poeta uruguayo cultiva una poesía del sinsentido. Una espacialidad de lo que no tiene traducción o para la que no hay acá. Aquí la poesía abandona el sentido como a un diente caído de una dentadura que habla donde ya no importa la lengua sino la mordida, el mascar, la muesca: aparentes formas de lenguaje o simulaciones donde tomar al lector por la lengua. Lector que, al no entender, se transforma en perro guardián y olfatea en la comisura ajena la sospecha de un significado oculto. Ahí está la performance de Ney Márquez. Por otra parte el poeta también se ha dedicado a la pintura. Si, al arte del pincel. ¿Otra forma de escritura? En una entrevista que le hicieran para la revista del Festival Internacional de Poesía de Rosario le preguntan: “En cuanto a la pintura y la poesía, dos actividades que hacés, ¿qué diferencias y similitudes hay en el proceso de elaboración de una y otra? ¿Se complementan?”. Él responde: “Sí, se complementan, pero de maneras que no entiendo. Cada una de las dos cosas me resulta muy difícil y me da mucho trabajo. Pareciera que son lenguajes que no se refieren a lo mismo, aunque en el fondo todo se refiere a lo mismo, siempre todo está hablando de lo mismo, si uno quiere, la angustia de fondo de todo como ruido blanco o como punto de partida.”

Quedé angustiado, poesía y pintura son dos ojos que a veces me ciegan. Decido cerrar los ojos por un rato. Son los oídos los que ven a través de los sonidos. El umbral de las cosas carece de forma definida. Estoy tendido sobre un sillón que antes estaba en mi casa, pero ahora va en auto por la rambla, flota en el pozo de aire y ordena los platos en el escurridor del vecino. Escucho un flujo, una voz de mujer que propone algo lindo, pero no distingo palabras sino intenciones. Algo así como si cantara. ¡¿Quién no vio la sangre de los párpados en los ojos cerrados a la luz del sol?!!! Así se expande el campo de lo real. En el entrever.

Dibujo de Santiago Ney Márquez

En El expreso entre el sueño y la vigilia, Roberto Echavarren, poeta y performer, escribe: “Giramos en el cubo de la penumbra / y ya ahora y sobre esta cinta / chirridos se ajustan y el perro despierta. Echavarren como poeta es un artista del “entre”. Su sexo enunciador es andrógino como un tercer género que, entre poema y performance, habla desde el entrelugar que abre lo indiscernible. Su voz busca integrar las imágenes visuales (fanopeia) y la danza del intelecto entre las palabras (logopeia), empujando al yo unívoco, en palabras de Luis Bravo, hacia una “criatura protéica, mutante”. Echavarren en tanto cuerpo performático neobarroco expone su corpus discursivo en acción (performance= Theatrum Mundi) para que fijemos la mirada en la oscuridad que anida entre las luces del presente.

Retomando el “entre” de la voz, digamos lo siguiente (escuchen). Se presenta ante el público el poema para sonar: solo, cantado, con instrumentos, el poema como objeto del lenguaje compuesto para ser dicho, entre la voz que dice y el oído que escucha. Ojo, el oído que escucha además del de una audiencia dispuesta a escuchar también es el propio, el nuestro: el oído interno que escucha la voz interna. Dice Luis Bravo citando a Lacan: “La voz del poema es escritura que encuentra su tono y nos habla”. La voz del lenguaje nos habla en silenciosa escritura. Entonces no hay poema sin voz. El poema que ante un oído no articula su elaboración entre palabra, melodía y ritmo, no “ocurre”. Desde principios del siglo XIX existen en Montevideo representaciones de melólogos (melos: música, logos: palabra): piezas poéticas que elaboran la puesta en voz desde lo que hoy llamamos puesta multimedial. Y el primer poeta de esa patria vieja en hacerlo fue Don Bartolomé Hidalgo (Montevideo, 1788- Bs.As., 1822). O sea, una vez más la tradición poética da cuenta de su siempre nueva antigüedad: se le cobra entrada a la cultura en tanto ella siempre está saliendo del teatro, de los libros silenciosos, de partituras acopiadas. Del oído del sordo que escucha. Del oculista que saca hora para el otorrinolaringólogo.

Existen hoy otros agentes poéticos que están dando cuerpo y espacio a la poesía. Nilson De Souza desde sus ciclos literarios, Lucía Delbene desde sus artículos para la Asociación de Profesores de Literatura del Uruguay (APLU) o su canal de divulgación en YouTube, Silvia Guerra desde la Fundación Nancy Bacelo o la Academia Nacional de Letras, Martín Ubillos y su “Poetas- Proyecto Cross Media”, o tres poetas de la última generación como son El Hoski, Santiago Pereira y Miguel Avero que, desde su comunidad llamada “Orientación Poesía”, apuntan a difundir poesía joven en liceos públicos y privados del país como una alternativa independiente a la educación originada en sí. Cabe la pregunta, ¿escucha el oído institucional, el oído del capital esta voz interna?

Ronda de poetas, La ronda café

Me despido de Hugo con este poema que compuse para ser dicho en voz alta:

con su mismo común ismo

cómo un ismo con su mismo

común ismo consumismo

con su mismo comunismo

como un ismo

con su mismo

común ismo

Martín Barea Mattos, Junio 2015

Hugo no se responsabiliza por las opiniones vertidas en esta publicación.

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