“Manos de lumbre”: entre las malas decisiones, el poder y la transformación
Una obra llena de personajes comunes cuyas decisiones transformarán o deformarán sus vidas.
¿Qué podrían tener en común un escritor reconocido, una madre confundida, un adolescente curioso, una profesora desahuciada, un ayudante de curandero, y un amante de la música? Para contextualizar debemos citar al autor del libro de cuentos Manos de lumbre, Alberto Chimal, quien nos recibe con la siguiente frase:
“Tienes manos de lumbre: destruyes todo lo que tocas”.
La frase anterior inaugura la obra y nos prepara para que intuyamos el porqué las decisiones de los personajes que deambulan en el libro los lleva al fracaso, ‘el éxito’ o a la tragedia: no es premeditado, es, más bien, un reflejo de la realidad que vivimos a diario. Para el efecto debemos adentrarnos un poco más en los pequeños universos que conforman el libro.
Empezamos con el maestro García en “Los Leones del Norte”, un escritor cuya obra, reconocida local e internacionalmente, le ha dado un prestigio que busca conservar. Este deseo de mantenerse vigente lo llevará a utilizar letras de canciones de grupos norteños, aún desconocidos, para escribir sus artículos. Sin embargo, en una época en la que nada permanece oculto gracias al Internet y las redes sociales, el tiempo se encargará de regresarle las consecuencias de sus malas decisiones. El poder del escritor se transformará en debilidad al verse descubierto.
Luego seremos testigos de la tragedia de una madre de tres niñas quien decide dejar a su hija menor al cuidado de la abuela (su madre), para que pueda hacer de ella una ‘mujer de bien’. Esta relación abuela-nieta la aleja de su hija y le deja mucho tiempo libre. Es gracias a este tiempo que acepta ir a la reunión de un grupo, casi religioso, casi sectario, donde una vidente le advierte sobre su futuro. Una vez más, la decisión que tome luego de escuchar la premonición cambiará su vida en “Una historia de éxito” porque, a pesar de transformar negativamente el futuro de su hija, recuperará el poder sobre ella.
Pero la obra no solo nos muestra que las malas decisiones son tomadas por adultos, al contrario, con “Marina” se revela que los adolescentes también pueden verse afectados. En especial aquellos que están influenciados por el contenido que encuentran en Internet: por moda, curiosidad, deseos ocultos, la web se convierte en un catalizador de este ‘inocente’ juego de poder. Sergio, cuyas intenciones sexuales son reveladas con el avance de la historia, y su prima Luisa, jamás volverán a ser los mismos luego de experimentar con la hipnosis.
En el cuarto cuento, el más largo de la obra, nos encontramos con Celeste, una profesora de lenguas inglesas que, al ser diagnosticada con cáncer, decide, junto a su esposo, aceptar la oferta de Sandra, una amiga en común que lidera una investigación secreta donde se experimenta con la captura de gustos, sensaciones, recuerdos… Todo lo que conforma al ser humano. Los datos capturados se almacenan en un disco duro y cobran vida mediante un software especializado (una aproximación sobre la transferencia de información tan cercana a nuestro tiempo y tan realista que la aleja de la ficción).
Solo la IC (inteligencia capturada: llamativo concepto creado por el autor) podrá salvar a Celeste, o al menos su ‘yo’, porque ella, finalmente, morirá. Pero, ¿será igual la vida después de la muerte para “La segunda Celeste”? Su nuevo ‘yo’ reflexiona antes del final:
“¿Qué es la identidad? no es una cosa sola, una escritura imborrable, una figura de piedra. Es un flujo: un proceso. Un camino. Y no solo es un camino de transformación. Es, sobre todo, un camino de descubrimiento”.
“Un final feliz”: es una revelación lúdica que juega con el misticismo, la sexualidad, la medicina alternativa, el engaño y la relación de poder. Cosme Yaotzin es un curandero tradicional cuya capacidad para venderse y sus extraños métodos lo llevaron a ocupar un lugar de prestigio en las altas esferas de la sociedad. Su colaborador -protagonista y narrador-, al atreverse a pedirle ayuda debido a una dolencia que estaba padeciendo, recibirá dos diagnósticos: uno de ellos, el que no pidió conocer, se convertirá en una revelación para ‘él’.
En el final nos despedimos de la obra con “Voy hacia el cielo”, un cuento lleno de referencias musicales que nos acompañan en la lectura a manera de soundtrack para entender, nota a nota y letra a letra, al tío Pablo: un aficionado de la música que, al retirarse de una convención zapatista en el municipio Texcoco, según él, fue abducido por extraterrestres y luego abandonado en California. Nunca volvió a ser el mismo. Este cuento, con un final fantástico, es también un reflejo de la política y la sociedad mexicana, así como su relación con el país vecino, en especial el tema de la deportación.
Si bien los personajes se relacionan por las consecuencias de sus malas decisiones, también lo hacen con otros temas como la relación de poder, el engaño, la influencia de la tecnología, el machismo, la soledad, la transformación y la identidad. Además, existen toques de un humor sutil y a veces cruel que refresca la tensión de la lectura y te invita a seguir deambulando en los pequeños universos de cada cuento de donde no podrás salir sin haber transformado tu visión sobre los seres humanos y su relación con el mundo.
Les comparto la playlist creada por Alberto Chimal para el cuento “Voy hacia el cielo”.
