La Segunda Guerra Mundial en viñetas

Las historias en la Segunda Guerra Mundial han llegado a libros o películas, y no ha dejado al cómic fuera de su influencia.

Jorge André Hernández
Revista Sobredosis
6 min readSep 4, 2018

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El 1 de septiembre de 1939 Adolfo Hitler ordenó comenzar la invasión hacia Polonia. Ese fue el inicio de la Segunda Guerra Mundial, que cumple 79 años de haber empezado. La expansión del Tercer Reich sobre toda Europa se ha llenado de historias que han invadido desde la literatura hasta los cómics.

El arte secuencial es más antiguo que el mismo cine, detallando que el séptimo arte es la secuencia de fotogramas. Por otro lado, el cómic se puede remontar a era de los periódicos para la propagación de ideologías políticas: los siglos XVIII y XIX. No es raro que la introducción del tebeo a desarrollar narrativas sobre la Segunda Guerra Mundial inicié con la propaganda.

En plena edad de oro del cómic en Estados Unidos, desde finales de los 30 hasta los 50, las casas editoriales Detective Comics (DC) y Marvel Comics introdujeron una gama de superhéroes que serían utilizados como propaganda durante la Segunda Guerra Mundial (1939–1945): desde Superman hasta la Mujer Maravilla se introdujeron en la pelea contra El Eje (Alemania, Italia y Japón). Pero es un personaje que nació con el propósito propagandístico pero se mutó a tener su propia historia: el Capitán América.

El Capitán América fue creado por Marvel en 1941, justo para el propósito de propaganda bélica. Steve Rogers, como se llama originalmente, debía derrotar a su némesis Cráneo Rojo, que pertenecía a la organización Hydra: referencia a Hitler y al Partido Nacional Socialista.

El tiempo pasa y el Capitán América evolucionó. Durante la Guerra Fría, el editor de Marvel Stan Lee destinó a Rogers a luchar contra los Soviéticos. Hoy en día, lejos de esa propaganda le dieron un giro inesperado. En mayo del 2017, con el inicio del arco Capitán América: Steve Rogers 1, el Capitán reveló ser un agente espía de Hydra.

Otro cómic que involucró en la narrativa de la Segunda Guerra Mundial fue Las aventura de Tintín. El ilustrador belga Hergé publicó las historietas entre 1938 hasta 1939 y las compiló como El cetro de Ottokar. La historia realiza una crítica a Adolfo Hitler y Benito Mussolini y crea el personaje Müsstler, como un rebelde político que orquesta un derrocamiento al rey Muskar XII del reino ficticio de Syldavia. La historia de Tintín tuvo como referencia el intento de golpe de estado de Hitler a la República de Weimar en 1923.

Aun así, las historias de la Segunda Guerra Mundial siguen en las viñetas hasta hoy en día y en diferentes diseños. En Japón Keiji Nakazawa creo el manga autobiográfico Hadashi no Gen en 1973, que cuenta la historia de Gen y su madre que sobreviven a la explosión de la bomba atómica de Hiroshima, que resultó siendo el punto final de la guerra.

En la misma península, uno de los padres del manga Shigeru Mizuki publicó en 1990 su novela gráfica Hitler. Retrata en 288 páginas diferentes facetas de Adolfo Hitler hasta convertirse en el dictador nazi que fue. Otro ángulo para retratar la escena antes o después de la Segunda Guerra Mundial, es la creación del historietista estadounidense Jason Lutes con su trilogía Berlín (1996–2018).

Lutes recrea a Berlín de la década de 1930 como un caldo de cultivo político y social donde conviven artistas, filósofos y sobre todo fanáticos a las tendencias políticas crecientes: el comunismo y el nazismo. A través de la historia del periodista Kurt Severing y la artista Marthe Müller, personajes principales narra como Alemania terminó en manos del extremismo del Partido Nacional Socialista.

La trilogía comenzó a ser dibujada por Jason Lutes en 1996 y terminó el 4 de septiembre del 2018 con la publicación de su tercer libro Berlín, ciudad de luz.
Viñeta de Yo maté a Adolf Hitler.

En la actualidad no solo la no ficción se encuentra en el cómic para tratar los temas de la Segunda Guerra Mundial. El dibujante noruego Jason publicó en el 2007 su novela gráfica Yo maté a Adolf Hitler. Una historia donde un científico contrata a un sicario para utilizar una máquina del tiempo y matar a Hitler antes de su ascenso al poder.

Existe una larga lista de novelas gráficas que retratan y crean ficción focalizada a la época de la Segunda Guerra Mundial. También hay espacio para la invasión francesa en la trilogía Érase una vez en Francia (2013) de Fabien Nury y Sylvain Vallée, que con un mix de novela negra y bélica retrata la historia de Joseph Joanovici, un judío que intenta sobrevivir en una Francia invadidas por la Alemania nazi.

El Holocausto dibujado

Imagen de contraportada del segundo tomo de Maus: aquí comenzaron mis problemas de Art Spiegelman.

El tema de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial retratados en los cómics está focalizado en El Holocausto. Hasta existe la novela gráfica Auschwitz (2000) de Pascal Croci, que con base de testimonios reales de víctimas del genocidio, narra cómo el viejo Kazik y su esposa Cessia, viven la tortura en el campo de concentración.

Otra novela gráfica que retrata el antisemitismo durante la Segunda Guerra Mundial es Yossel (2003) escrito y dibujada por Joe Kubert. El cómic narra la historia de Yossel y como dibujante en el levantamiento del gueto de Varsovia en 1943, cuando los nazis realizaron su segunda deportación masiva de judíos.

Booktrailer de la novela gráfica El diario de Ana Frank.

Existe la reconstrucción en cómic de clásicos de la literatura sobre el genocidio judío. Aquí encontramos la recreación de El diario de Ana Frank (2017), realizado por Ari Folman y David Polonsky, y su biografía creada por Sid Jacobson y Ernie Colón en 2014. Aun así, existe una obra maestra que nació de la línea alternativa del cómic estadounidense: Maus (1977–1991).

En un país donde la línea de superhéroes lidera las ventas de cómics, un grupo de dibujantes encabezado por Robert Crumb, que en 1968 editó la revista Zap Comix, se convierte en ícono del cómic underground e influencia de Art Spiegelman para la creación de su propia revista Raw, publicada entre 1980 y 1991, y que sería la casa para creación por capítulos de Maus.

La novela gráfica fue compilada en 1991 y es la historia de cómo su padre Vladek sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, a la muerte de su hijo Richieu y el suicidio de su esposa Anja en Estados Unidos. Maus, más que una memoria sobre El Holocausto, es la historia de cómo Art Spiegelman intenta conocer sobre la vida de sus padres antes de su nacimiento y esa sensibilidad es la que hizo que, en 1992, el premio Pulitzer abriera una categoría especial para otorgarle el galardón.

“¿Por qué cómics?, ¿Por qué ratones?, ¿Por qué El Holocausto”, viñetas extraídas de la introducción de MetaMaus, el libro explicatorio de Art Spiegelman.

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