Manuel Ascunce Domenech

Con solo 16 años, Manuel Ascunce Domenech, en 1961, fue a alfabetizar a Limones Cantero, en la sierra del Escambray.

Revista Zunzún
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1 min readNov 25, 2021

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Texto: Pilar Digat

Con solo 16 años, Manuel Ascunce Domenech, en 1961, fue a alfabetizar a Limones Cantero, en la sierra del Escambray. Formaba parte de un ejército de más de cien mil jóvenes integrantes de las brigadas Conrado Benítez. Proclamar a Cuba territorio libre de analfabetismo era la meta.

El 26 de noviembre de ese año, los cuerpos sin vida del alfabetizador y su alumno, el campesino Pedro Lantigua, aparecieron colgados en un árbol. Las huellas de salvajes torturas demostraban el odio de sus enemigos. Un enemigo que prefería, y le convenía, un pueblo analfabeto e inculto.

Con 16 años también, pero en 1972, miles de jóvenes cubanos decidieron integrar un destacamento de maestros que llevaría el nombre de aquel brigadista asesinado. En el mismo lugar y debajo del árbol, testigo del horrendo crimen, se impusieron como lema las palabras de Ascunce: ¡Yo soy el Maestro!

A partir de ahí, cinco contingentes del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech inundaron las escuelas secundarias y preuniversitarias cubanas en un momento decisivo para la Patria. El llamado del Comandante en Jefe Fidel Castro no se hizo esperar.

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