Trabajos premiados Concurso Leer a Martí

Ellos leyeron e interpretaron a Martí (V)

La amistad, la sexualidad, el racismo, el bullying y el medio ambiente son algunos de los temas abordados.

Revista Pionero
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6 min readMar 11, 2021

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Por: Lucía
lustraciones: Jesús Rodríguez Pérez

UN HOMBRE DE TODOS LOS TIEMPOS

Rachely Rodríguez Santiesteban. Cosme Batey, Mayarí, Holguín.

No recuerdo cómo llegó a mis manos; tal vez lo cogí sin pedir permiso del librero añoso que tenía mamá, donde sobresalía el lomo amarillo de un diccionario filosófico. Era un libro pequeño y grueso, con tapas duras, y en la portada, la imagen de Martí. “Nuestro Martí”. Así se titulaba. Aunque había escuchado muchas veces hablar de este magnífico hombre, la curiosidad era mucha y los dibujos invitaban a la aventura. Cada capítulo era una historia y cada historia era esa, un cuento donde alguien hablaba conmigo del pasado de Cuba, de las cosas, de la gente y los hechos en nuestra tierra.
Cierro los ojos y aún puedo ver al Martí pequeño correteando por su casita sencilla y pobre, abrazando muy fuerte a sus hermanitas, -¿Y qué me dicen de su madre?-, Martí quería mucho a sus padres, pero en especial a su madre Leonor, cuando visitaba la finca Hanábana con su padre Don Mariano, escribía desde allí cartas dirigidas a ella, vertiendo sus sentimientos en cada hoja de papel. Fue allí donde conoció el horror de la esclavitud y donde sintió tanto desprecio ante la injusticia. Sin grandes esfuerzos acuden a mi mente los rostros de Rafael María de Mendive y de Pepe, atraído de admiración por su maestra, el de su amigo Fermín Valdés Domínguez y las ideas independentistas que surgían de su amistad, publicando en enero de 1869 ``El Diablo Cojuelo ́ ́, detenidos, acusados y condenados al presidio, luego el destierro.
Fue en el presidio donde Martí conoció el dolor, víctima como muchos del trabajo forzado, excavando y destrozando piedras calizas durante doce interminables horas, a Martí se le llagaron los pies y las manos. Se le enfermaron los ojos, los grilletes le produjeron una úlcera en el tobillo y las cadenas le causaron una terrible enfermedad que lo obligó a ser intervenido quirúrgicamente, en tres oportunidades, años más tarde. -¿Y aquel niño que conoció en el presidio?- A su amigo Lino Figueredo, sí, Martí conoció la angustia de Lino; doce años tenía aquel muchacho y el palo de la piedra, y la cal viva; y la viruela y todo el dolor, y el odio le rompían de un tajo la niñez: Martí subió con él las escaleras del presidio.
Martí le vio sollozar por su ``taitica ̈ y su mamita: y más de una vez tuvo que voltear la cara para que no vieran que sus lágrimas corrían como las del pequeño, y yo, que me senté junto a ellos en el banco estrecho y duro de la injusticia, también volteé el rostro, lo alejé de mi libro por si alguien descubría que por primera vez, las letras me hacían llorar. La vida del Apóstol es muy amplia y se puede aprender de él toda la vida, porque este gran conocedor, este amigo sincero, humano amoroso, hombre de múltiples dimensiones, pero hecho todo de una sola pieza, escritor excelente, el hombre sencillo, generoso, no cabe en un solo libro, de todas formas, seguí leyendo y releyendo aquel amigo que solo un ejército de polillas logró quitarme de las manos. Años después la profe Sonia me hizo recordarle, ella se parecía a mi viejo libro, no solo por su estampa dulce y fina sino porque sus clases de Historia tenían el mismo aire de cuento viejo de anécdota de familia, en las que siempre había una enseñanza, algo para sentir orgullo de ser cubano. Con el tiempo pude entender de forma racional por qué me enamoraron tanto aquellas páginas y por qué me decepcionaron otras, también referidas a nuestro pasado; pero rellenas de fechas, largos párrafos y consignas.
Nadie me contará como aquel libro, las vivencias de Martí, El Martí que yo conocí, Nuestro Martí, el Martí Educador, porque para él: “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con la que no podrá salir a flote, es preparar al hombre para la vida”. *
Es saber multiplicar la luz en plena oscuridad, ese es Martí; un hombre de todos los tiempos, donde su accionar coherente, su obra política con su labor como escritor revolucionario, crítico, educador, periodista y orador para hacer a los hombres verdaderamente libres. Fue su vida intensa y luminosa, como la de todos que caminan incansables hacia el sol. No conoció el reposo y la tregua, anduvo a pasos agigantados; llevó siempre consigo el amor, la ternura, la verdad. Echó su suerte con los pobres de la tierra, aprender de él nos hace humildes, siempre tendré en cualquier oportunidad, un motivo para hablar de Martí, logremos una niñez martiana para tener hombres de bien en el futuro.
*Martí, José. Obras completas, T 8, p.281

GANADORES DE 2do. NIVEL (7mo. a 9no. grados)
Ana Meily Falcón Pérez, 8vo. grado, de la Escuela Secundaria Básica Urbana Braulio Armenteros, de Corralillo, Villa Clara, con su poema Al Apóstol.
Claudia Martínez Almanza, 7mo. grado, de la Escuela Secundaria Básica Urbana Enrique José Varona, de Camagüey, con su poema Ofrenda a Martí. Alix David Danilma Powell, 8vo. grado, de la Escuela Secundaria Básica Urbana Mariana Grajales Cuello, de San Luis, Santiago de Cuba, con su texto en prosa Reflexiones de Martí acerca del amor y la educación sexual.
José Elier Mosqueda Neyra, 8vo. grado, de la Escuela Secundaria Básica Urbana Daniel Llosas Preval, de Guantánamo, con su texto en prosa Martí contra el bullying.
Liliet Rubio Brillones, 8vo. grado, de la Escuela Secundaria Básica Urbana Pedro Pablo Rivera Cue, de Guantánamo, con su texto en prosa Mensaje de voz.
María E. Cruz Hernández, 7mo. grado, de la Escuela Secundaria Básica Urbana Hugo Camejo Valdés, de Yara, Granma, con su carta Los consejos de Martí.
Rachely Rodríguez Santiesteban, 8vo. grado, de la Escuela Secundaria Básica Urbana Adiel Navarro Sánchez, de Mayarí, Holguín, con su ensayo Un hombre de todos los tiempos.

EL JURADO DE ESTA EDICIÓN ESTUVO INTEGRADO POR:

Presidente: Jorge Juan Losano Ros (Sociedad Cultural José Martí)Secretario: Eddy Rodríguez Garcet (Biblioteca Nacional de Cuba José Martí)Miembros: Reinaldo Álvarez Lemus (UNEAC), Carlos L. Zamora Rodríguez (UNEAC), Vilma N. Ponce Suárez (Biblioteca Nacional de Cuba José Martí), Mercedes Alfonso Chomat (MINED), Carlos Manuel Marchante Castellanos (Ministerio de Educación Superior), Margarita Bellas Vilariño (Biblioteca Nacional de Cuba José Martí), Loretto C. Cárdenas Yzquierdo (Biblioteca Nacional de Cuba José Martí), Ana Margarita Bestard Echevarría (Biblioteca Nacional de Cuba José Martí), Miguel Viciedo Valdés (ASCUBI), Ramón Guerra Díaz (Casa Natal José Martí), Yosbel Hernández Alén (Consejo Nacional de Casas de Cultura), Leonor Iliana Ortega Cerra (Biblioteca Nacional de Cuba José Martí)Agradecemos su colaboración al Licenciado Eddy Rodríguez Garcet, de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, quien fungiera como secretario del jurado.

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La Revista Pionero ha dedicado más de cinco décadas a la educación de los niños y adolescentes cubanos, desde su fundación el 25 de noviembre de 1961.