Haydée: heroísmo y dignidad el nombre de la mujer cubana

Haydée Santamaría Cuadrado murió en La Habana el 28 de julio de 1980. Entre sus méritos destaca su participación en el asalto al Moncada y la labor desplegada tras el triunfo en la Casa De las Américas.

Revista Pionero
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3 min readJul 28, 2024

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🖊 María Luisa García Moreno

En La historia me absolverá, Fidel recordó el extraordinario coraje de Haydée Santamaría Cuadrado y Melba Hernández Rodríguez del Rey, las dos únicas mujeres moncadistas, quienes formaron parte del grupo que, bajo el mando de Abel, ocupó el hospital Saturnino Lora. Al respecto, Fidel expresó: “[…] no podían con el valor de los hombres y probaron el valor de las mujeres”.1
Relató como aquellos sicarios se presentaron ante Haydée con un ojo humano ensangrentado en las manos y le dijeron: “Este es de tu hermano, si tú no dices lo que él no quiso decir, le arrancaremos el otro”. Y la joven, a pesar del entrañable amor que sentía por su hermano contestó, llena de dignidad: “Si ustedes le arrancaron un ojo y él no lo dijo, mucho menos lo diré yo”. Más tarde le dijeron a la joven Haydée: “Ya no tienes novio,2 porque te lo hemos matado también”. Y ella contestó: “Él no está muerto, porque morir por la patria es vivir”.
Haydée había nacido en el central Constancia — hoy Abel Santamaría — , en Encrucijada, antigua provincia de Las Villas, el 30 de diciembre de 1922. Sus padres, Benigno y Joaquina, eran españoles y tuvieron cinco hijos: dos varones y tres niñas, de los que Haydée fue la mayor. Asistió a una escuela rural y, tras concluir los estudios primarios, se trasladó a La Habana donde ingresó en la Escuela de Enfermeras, aunque no terminó la carrera.
Desde muy joven se sensibilizó con los problemas sociales que la rodeaban. Militó en las filas de la Juventud Ortodoxa y tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, junto a su hermano Abel y otros revolucionarios, editó el periódico clandestino Son los mismos, que a propuesta de Fidel cambió su nombre por El Acusador.
Tras cumplir la condena de siete meses en la Cárcel de Mujeres de Guanajay por los sucesos del Moncada y luego de la liberación de los moncadistas (15 de mayo de 1955), Haydée integró la dirección nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y cumplió importantes misiones, tanto en la clandestinidad y la Sierra Maestra como en el exterior.
Cuando triunfó la Revolución, trabajó en el Ministerio de Educación y el 28 de abril de 1959 fundó y dirigió la Casa de las Américas, institución decisiva en el devenir cultural del país y de la región latinoamericana y que mucho contribuyó a la solidaridad de la intelectualidad de América con la Revolución. En 1965 integró el primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Haydée murió en La Habana el 28 de julio de 1880. En la despedida de duelo, el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque valoró: “Aquí hemos venido a despedir a quien fue una apasionada combatiente de nuestra Revolución desde los días más lejanos y difíciles; a una compañera entrañable y querida para todos nosotros y para todo el pueblo; a una figura de incalculable prestigio internacional, que se convirtió por sus méritos y por su tesonera labor en una destacada representante del heroísmo, la historia, el espíritu de lucha y el sentimiento de solidaridad de Cuba revolucionaria. Haydee Santamaría ocupa por derecho propio un lugar imborrable en la Revolución Cubana”.3

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