Orgullosa de mi identidad: Mujer migrante con discapacidad
Por Estefanía Cubillos Nova
En esta pieza conmovedora, Estefanía Cubillos Nova, mujer migrante con discapacidad, nos lleva por los recuerdos de un viaje personal desde su Colombia natal hasta Panamá, y comparte los sentimientos encontrados de esta experiencia.
Testimonio personal
Mientras navego en internet, mis nostalgias de mujer migrante se encuentran con este tweet:
“Cuando tu vida está entre dos lugares, tienes que aceptar que estará llena de bienvenidas y de despedidas constantes, de visitas fugaces que no dan tiempo a acomodarse a lo que era y a lo que ha cambiado desde que no volvías”.
La persona que escribió esas líneas parece conocerme mucho mejor que todos los expedientes físicos y digitales que reposan en las carpetas de Migración Panamá — ese organismo gubernamental que todavía desconoce las normativas de protección a la población migrante con discapacidad que habita el territorio casi de manera invisible. Una autoridad a la cual solo le interesa conocer mi estatus legal y su resultado monetario, sujeto a la regularización migratoria.
Para no convertirme en una cifra más, en alguien a quien el Estado solo ve cuando el carnet de residencia expira, decidí empezar a reconocerme a mí misma, con todos los cambios que he experimentado y todos los sentimientos que me conectan a la gente que quiero en Panamá y en Colombia. Esta decisión viene de la mano del trabajo diario que es hacer un duelo migratorio, un duelo que convive conmigo desde hace 9 años, cuando empecé este tránsito no solicitado, pero que hoy amo.
Existen muchos factores que nos empujan a partir de nuestro lugar de origen. En mi caso, la necesidad urgente por educarme me llevó a salir de una pequeña ciudad montañosa llamada Armenia, ubicada en Colombia, con una perrita abordo y muchos sueños en mi maleta.
Para mí, migrar tiene muchos significados, quizá uno de los más importantes es intentar encontrar una identidad propia dentro de un país como Panamá, donde miles de culturas convergen y la globalización es un proceso notable. Durante esa búsqueda de identidad cultural he encontrado el abrazo feminista, a ratos el amor en pareja, también la complicidad del mar, un amigo fiel que me otorga calma, durante los días tormentosos.
Pero mi alma no deja de estremecerse cuando une sin proponérselo, a dos países, a dos mundos culturales que una vez convivieron. Mientras en Colombia me espera el abrazo sabio de mi abuela; en Panamá, las amistades sinceras aguardan mi llegada para seguir conspirando, creando proyectos y viviendo un día a la vez y convirtiendo ese día a día en un trayecto de añoranzas que no hace distinción entre acentos o costumbres. Este es, para mí, un trayecto migratorio fraterno que ha creado una unión sólida de personas y experiencias fructíferas, que van tejiendo una historia colectiva basada en la solidaridad y el crecimiento personal.
Este trayecto migratorio marcó un camino de crecimiento, en donde fui descubriendo la incidencia por los derechos humanos, sobre todo los derechos humanos de las mujeres con discapacidad. Este trayecto forma parte de una realidad próspera que alcancé en mi país de acogida.
Hoy en el Día Internacional de las Personas Migrantes, reflexionando sobre mi propia historia me pregunto: ¿Quién velará por aquellas niñas y mujeres migrantes con discapacidad en el mundo que no acceden a la educación o a un estatus legal como pude hacerlo yo? ¿Quién velará por las niñas y mujeres con discapacidad violentadas que intentan buscar un lugar en el mundo?
Ellas demuestran, con cada aliento de vida, que migrar nunca ha sido un delito, porque hasta las civilizaciones más antiguas migraban para sobrevivir. Ellas hacen frente a los muros y alambradas que se esfuerzan por separarlas de la vida que desean construir. Es hora de que escuchemos lo que las mujeres migrantes con discapacidad vienen a decir.
Sobre la autora
Estefanía Cubillos Nova es periodista y ha trabajado como consultora sobre género, accesibilidad y discapacidad junto a MADRE y otras organizaciones y colectivas feministas en panamá.
Pueden encontrar a Estefanía en Twitter como @estefaniacubill.