Billete de 20

Ricardo Nunez
rinunez
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2 min readOct 2, 2018

Un día cualquiera en Bogotá me subí a un transporte público. En el iba con mi esposa hablando de nada cuando dos jóvenes, al parecer de no mas de 20 años, se subieron al bus. Uno de ellos llevaba expuesto un grueso fajo de billetes que comenzó a repartir entre la multitud. La gente recibía el billete con curiosidad para darse cuenta que se trataban de billetes venezolanos. El otro comenzó a hablar y su acento corroboro enseguida su país de procedencia.

El muchacho explicaba que la situación en Venezuela se había vuelto insostenible. Decía ser diseñador Gráfico y decía también no tener ninguna oportunidad, cosa que lo forzó a dejar su patria en busca de otra tal vez mejor. Los billetes que repartía eran bolívares, la moneda de Venezuela, y decía que los daba a cambio de cualquier moneda, ya que esos billetes hoy día, no valían nada.

A mi me dieron un billete de 20 Bolívares. Al instante recordé a mi padre, quien por muchos años, hizo negocios con el país vecino. Él me contaba que hubo una época, no muy lejana, en la que cada bolívar costaba 17 veces la moneda de Colombia. Recuerdo también cuando fui a Venezuela, hace unos 15 años atrás y su moneda aún triplicaba la moneda colombiana. Hoy, no vale nada.

Me causo sorpresa que las cosas hayan cambiado tanto en tan poco tiempo. Me abruma pensar que hoy haya escasez en un país que alguna vez tuvo mucho, donde hay seres humanos sin oportunidades gracias a que un gobierno obtuso decidió que así sería. Sentí rabia también, al ser testigo de la prepotencia y obstinación de un gobernante que declina el hacerse a un lado ante el inminente fracaso de su lucha y persiste con desobediencia sobre una idea que no funciona y afecta a tantos.

No se concretamente lo que pasa en Venezuela, pero he visto mucho venezolano en Colombia buscando la manera de sobrevivir. Me pongo a pensar que si alguien esta dispuesto a trabajar en las calles de un país ajeno, es porque la situación en su país debe de ser muy desgraciada. Ojalá muy pronto se encuentre una solución a tan precaria situación.

Ojalá también mi país acepte a esas personas en necesidad ya que alguna vez y no hace mucho, fueron los colombianos quienes salían a Venezuela en busca de mejor vida. Si no es por convicción, que sea porque este mundo da muchas vueltas y si el sol alumbra hoy, con gobiernos como los de América, mañana no se sabe.

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