Estigma

Ricardo Nunez
rinunez
Published in
1 min readJun 23, 2018

Hubo un hombre en Medellin que quiso tenerlo todo. Quería el mundo para satisfacer el suyo y arriesgó lo que tenía y hasta más para obtenerlo. Una vez en la cima, no había nadie que él no pudiera comprar, y aquellos osados que no se vendían, cavaban así su tumba.

El mundo le declaró la guerra. Una guerra que él estaba dispuesto a pelear. Anónimos e inocentes perdían la vida por explosiones aleatorias que se desparramaban por toda Colombia, generalmente en lugares concurridos. Fueron tiempos de muerte, una muerte lujuriosa que a mucho amante en su lecho recibió.

Después de tanto comprar, matar y correr no hubo dinero que lo salvara. A él también lo encontró la muerte cuando un ejercito armado atravesó su corazón en el techo de Medellín.

Su vida trajo mucha muerte y su muerte nos dejo un estigma. Es un estigma que el tiempo no corroe y recubre invisible la piel de todo colombiano. Se resiste invencible a ser olvidado y nos es recordado con desconfianza cada vez que queremos salir a conocer el mundo.

Mi pasaporte dice Colombia, pero a veces creo que inmigración lee Pablo Escobar.

--

--