🎫 | 24k de magia en Bogotá [Crónica]

En la fila había pocas personas, no más de 2.000, quienes se citaron desde temprano para entrar a ver al que al día de hoy es el artista masculino más importante que el mundo de la música pop pueda dar.

Mateo Mejía Quirós.
Rockal
8 min readAug 27, 2019

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Foto extraída de Semana.com

El estadio se empezó a llenar de apoco, faltaban unas horas para el show y las gradas se veían un poco vacías, sillas desocupas, un poco chuecas y con mucho amarillo, sin embargo, faltando treinta minutos para que sonara la música, el estadio estaba repleto, 44.000 personas se aglomeraron en el Nemesio Camacho El Campín, la misma cantidad que corre cada año la Media Maratón de Bogotá y el mismo número de personas que se reunieron en el estadio Roberto Meléndez de Barranquilla aquel 11 de octubre de 2013 cuando Colombia clasificó al mundial de Brasil 2014, de tal magnitud se vivió, apoteósico.

Y es que así se esperaba cuando se habilitó la boletería, cuando en menos de una semana se vendió el aforo completamente.

Foto extraída de Semana.com

Los primeros en sonar fueron DNCE, aquella banda al mando de Joe Jonas, de los Jonas Brothers, quienes lograron colarse entre las principales listas del mundo dejando a sus singles Cake By The Ocean y Toothbrush entre los 50 puestos de Billboard. El show fue completo y emocionante, las niñas gritaban hasta el cansancio por ver a su platónico de la infancia frente a ellas. No fueron las únicas. Entre el público había una diversidad excéntrica de personas, desde niñas de entre los 12 y 16 años, hombres de los 30 para arriba, millenials de la radio, futbolistas profesionales, cantantes del talle de Goyo y mujeres- hombres que superaban los 50 años, todos, sin exclusividad alguna, coreando a gritos las canciones.

Adentro no se veían rostros únicamente capitalinos, gente de todo el país acudió a la cita con Bruno Mars, incluso, uruguayos, venezolanos y americanos, se pegaron a la séptima fiesta del 24K Magic Tour por Lationamérica.

Entre sus puntos más altos, estuvo la presentación física del bajista Cole Whittle, quien se comió el escenario cuando vestía con lo que parecía ser un kimono masculino azul de cuerpo completo. Su facilidad para adoptar diferentes posturas a la hora de tocar, generó incontables rugidos de la multitud. Se tiraba en el suelo, bailaba, alzaba su instrumento por encima de los hombros, lo lanzaba por los aires, escupía agua e incluso, recreó el mítico helicóptero, manoteando de un lado al otro por todo el tablado. Jinjoo Lee también brilló, frente a ella, hizo de su guitarra un objeto sexual mientras coordinaba los dedos para no fallar las notas, logró demostrar su sensualidad oriental que los declaró como el show perfecto calienta motores.

Entre los temas, resaltaron Kissing Strangers, un cover de Rod Stewart: Da Ya Think I’m Sexy? Y la fusión que crearon en vivo con canciones de The White Stripes, Spice Girls, Britney Spears y Queen, pero sin duda, fue su mayor éxito, Cake By The Ocean, el que estalló el corazón de los colombianos que arroparon de aplausos y gritos a la banda que feliz se despedía, mientras Joe Jonas, en su mano, ondeaba la bandera de Colombia.

Foto extraída de Semana.com

Sobre el escenario, de arriba abajo, se extendían dos lonas blancas que lo cubrían todo. Estaba oscuro, excepto por una luz redonda que reflejaba desde lo lejos el escenario y que mostraba únicamente las sombras de los músicos detrás. El característico sonido del 24k de Mars se adueñó de los parlantes, los sintetizadores pintaban la noche, mientras en las pantallas le daban la bienvenida al show. “Gente hermosa, ¿están listos?” decía una voz en el fondo adornada con autotune. “Hemos esperado mucho, mucho tiempo, esto está a punto de ponerse caliente y sudoroso, los vamos a prender, déjenme escucharlos cantar…” La lona se pintó de colores, rojo, amarillo, azul y verde, al tiempo que la batería daba sus primeros toques al ritmo del funk.

-“¡Colombia! Bienvenidos al 24KMagic World Tour, hemos pasado por mucho para estar acá esta noche, así que hagan mucho ruido para el único, ¡Bruno Mars!” — Saludaba entre gritos Philip Lawrence, un moreno de barba, estatura mediana y gorra, considerado el “partner in crime” y líder de los backs voices del hawaino, además miembro de The Smeezingtons, varias veces ganadores por sus composiciones junto a Bruno Mars y Ari Levine.

El escenario se rindió ante los colores que giraban y se mezclaban entre sí, los fuegos pirotécnicos estallaron en el cielo y la música ya se había adueñado de los sentimientos, haciendo olvidar cualquier desespero o dolor que alguna vez estuvo. Al ruedo, salió de entre las sombras Bruno Mars con una camisa roja beisbolera, mochos oscuros, una gorra y Nikes negros.

Finesse fue la elegida para iniciar la noche. Entretanto, a Mars se le notaba confiado sobre el escenario, caminando de un lado al otro saludando y adueñándose de la noche, desplegando sus primeros pasos de baile al mejor estilo de Michael Jackson, mostrando una facilidad de soltura con piernas y brazos que, amalgamados con la música, lograban calentar la noche, cuando la gente, emocionada, le daba la bienvenida.

-“Colombia, estábamos calentado, la verdadera fiesta comienza ahora, hey B.M, ¿por qué no vienes a hablarle a la gente?” — Sentenciaba Philip, de nuevo como voz principal detrás del micrófono.

24K Magic, la homónima del álbum, puso a bailar a todo el mundo, entre pirotecnia quemando, la gente se unió a la voz de Mars y no la soltó ni por un segundo. Los músicos se unían al baile propuesto, no solo los coristas, sino guitarrista y bajista, que bailaban al ritmo de la música, con instrumentos en mano, totalmente sincronizados, entre indiscretos movimientos que los hacía ver fantásticos sobre la pista, con una destreza casi natural que daba la sensación de que, en sus cuerpos, no había hueso o limitante, sino estimulantes que rebotaban al ritmo de la canción denotando pasos que enloquecían hasta al más serio.

“¡Bruno, Bruno, Bruno!” — Agradecían al tiempo los miles de fanáticos.

Un largo camino hizo posible esta noche, luego de que fueran anunciadas las fechas en Latinoamérica del concierto y Colombia no se encontrara entre las seleccionadas, finalmente, luego de renegociaciones, fue posible traer a Bogotá a un artista nominado a seis categorías de los Grammys, entre ellas, Álbum del Año.

Treasure y Perm mostraron los mejores pasos de baile durante la noche. Nunca solo, siempre de la mano con sus músicos que no se limitaban a tocar, sino que, al igual que él, eran protagonistas de la noche, y aunque se promocionara como el show de un solista, realmente se sentía como una banda entera que no solo lo hacía brillar a él, sino que se trabajan a sí mismos, resaltando todos, como una familia, dejando en pocos momentos a Bruno como la estrella principal de la noche, ya que los coristas, no eran solo eso… por momentos se les vio con saxofones y trompetas entre sus brazos reanimando el clásico sonido de Stevie Wonder o Kool & the Gang.

Perm, a modo personal, es la mejor canción del álbum, en vivo, Top 3. Se trata de una disputa de actitudes y energías, la banda, junto a Mars, recogían sus piernas, daban vueltas y rodeaban al cantante mientras este los retaba a bailar mejor que él, al tiempo que las caderas de Mars cobraban vida. La emoción era tal, que decidieron, de igual manera, retar al público, entregándoles la posibilidad de mostrarse mejor que ellos, sentados, con una pierna encima de la otra e instrumentos aún en mano, se desplegaron saltando de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, firmando el show del último gran bailarín pop.

-“¿Podemos llevar estas chicas al club? ¡vamos entonces!” — Cantaba entre aplausos Mars antes de presentar Chunky y That’s What I Like. De un lado a otro, el elenco de Mars acompañaba con generosos, precisos y divertidos pasos de baile frente al micrófono, fusionando su música, incluso, con sonidos latinos que demostraban un show exclusivo para esta parte del mundo.

Mars demostró su lado más íntimo cuando interpretó Calling All My Lovelies (CAML), Versace On the Floor, Just The Way You Are (JWA) y la vitoreada When I Was Your Man (WIWM). Atrapado por una única luz, Bruno desnudó sus sentimientos, dejando al descubierto los altos rangos de su voz, inquietando a los fanáticos con solos de guitarra, modificaciones en las canciones que las hacían sentir más vivas, e incluso, animándose a cantar pedazos en español, mientras recreaba una llamada en CAML.

Las baladas se fundieron perfectamente en la piel de todos e hicieron llorar al estadio completo, al igual que a él, mientras cantaba WIWM, donde soltó varias lágrimas mientras miraba hacia el suelo y la gorra le tapaba el rostro. Durante JWA, los fanáticos alzaron carteles que retrataban su amor hacia el cantante donde se pintaba, con símbolos, un mensaje: “Colombia loves you”, recado que conmovió a Bruno quien pidió que le pasaran uno de esos, lo alzó en el escenario y respondió de vuelta: “Thank you”.

Foto extraída de Semana.com

Los dos primeros trabajos discográficos del hawaiano, Doo-Wops & Hooligans (2010) y Unorthodox Jukebox (2012), tuvieron también su lugar en el repertorio. Entre las sorpresas estuvo Grenade, canción que no había interpretado en ningún otro show durante el paso del 24K Tour en Latinoamérica, y que fue recibida con mucho entusiasmo. A la canción, se le sumaron sonidos de trompeta, solos de guitarra y explosiones de fuego que hacían referencia al título de la canción y que para quienes estuvieran más cerca, pudieran sorprenderse del calor que emanaba y se pegaba a los rostros.

Con guitarra en mano, y a ritmo acelerado, la banda interpretó Marry You, incluyendo nuevos sonidos de viento como el trombón y dejando escuchar gritos al mejor estilo de James Brown.

El punto más alto del show, se vio cuando tocaba Runaway Baby, ensamblando valentía para arrebatar notas altísimas. Su virtuosismo físico para bailar, lo llevo a tomarse el show, con la guitarra de fondo, únicamente para mostrar sus pasos de baile, el público estaba loco, él se veía resplandeciente sobre el escenario y lo sabía, dejando entrever cierta sensación orgullosa cuando sonreía en silencio, el mismo que tuvo que pedirle a la gente pues el ruido de los gritos era demasiado, finalmente, logró, como lo había prometido en un principio, que todo el mundo estuviera sudoroso y emocionado.

Bruno Mars se despediría con Uptown Funk, cerrando así, uno de los conciertos más importantes del año en el país, ya que el hawaiano, vigoroso sobre el escenario, se escuchó majestuoso, sonando mejor que cualquier músico pop que haya estado en Colombia en los últimos años, demostrando que se trata de un enérgico y completísimo artista, músico, cantante y bailarín, que junto a su grupo, buscó redefinirse entre influencias de James Brown, Elvis Presley, Prince y Michael Jackson, y que además, le apostó al R&B como génesis de su música, que hasta el día de hoy, sigue siendo el género más aplaudido en la historia y que ahora lo ponen a él en la cima del mundo, con la capacidad de llegar a ser uno de los más celebrados e influyentes de la talla de quienes lo inspiraron.

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Mateo Mejía Quirós.
Rockal
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22. Historias con música, prospecto de periodista y ciudadano de medio pelo. @Mechasybarba