Con Herzog en la Montaña: Storyhackers: Día 5

I’m big in Gmail

La gente me escribe. Me felicita. Me dan ánimos.

La gente me escribe. Me felicita. Me dan ánimos.

Hace una semana estuve en Ushuaia y reforcé mi pasión por los pioneros, los visionarios, los grandes atrevidos. Yo no soy pionera de nada, pero hay momentos de este viaje en los que me siento una mezcla entre deportista olímpica y estrella de rock en la Antártida. Pero hay que mantener la perspectiva. Yo sólo soy grande en Gmail (escribo los mejores mails del mundo, eso se los aseguro con sello); más allá de eso, nada.

Me gusta llevarme de viaje amigos y desconocidos en este diario. Todos me dicen que me irá bien. Creo que no puede irme mal, básicamente no hay nada que hacer, más que estar ahí y no decir ninguna estupidez suprema. Durante el workshop no podremos tomar nota más que en cuadernos, no habrá fotos, no habrá selfie con Werner ni nada por el estilo. Aseveran que no habrá conversaciones sobre “el ser interior” o nada que se parezca a una clase de yoga para artistas. Parece que todo se trata de encontrar la verdad y de desconectar del ruido digital.

Dejar el teléfono en mí en la valija me produce ansiedad.

Estar ocho horas encerrada en una especie de desarme de estructuras mentales con forceps me produce ansiedad. Los pequeños temblores que se sintieron anoche en California me producen ansiedad. Pero no tengo miedo. Estoy parada sobre la falla de San Andrés y eso le pone perspectiva a todo.

Faltan horas para encontrarme con Wernie. Y yo solo pienso en abrazarlo y tener una demostración de afecto poco apropiada para un director alemán. Pero tengo experiencia. Abracé a Wim (Wenders) una tarde de Berlinale. Eso debe contar como karma positivo.

Mi mente empieza a comportarse de manera extraña, saltando de una idea a otra como un mono inquieto. Uniendo conceptos imposibles. Me pregunto por qué uso antiparras de nieve en el desierto, si podré contarle a Herzog de mis ideas sobre los videojuegos y la expansión de la conciencia, o si podrá invitar a David Lynch alguno de los días en los que se pronostican “invitados especiales”. Me pregunto muchas cosas, pero es hora de dejar de pensar.

Es el momento de la agitación.

“El cine no es análisis, es la agitación de la mente; el cine viene de la feria rural y el circo, no desde el arte y el academicismo”. Werner Herzog.

Remix y Reedición de El Diario de Viaje de María Laura Ruggiero en el Rogue Film School, escuela de cine de Werner Herzog. 2014

M.Laura Ruggiero. Productora Transmedia. StoryHacker.

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