¿Cuál es el valor de la vida y la muerte?

Pedro Hernandez
rumoresdetinta
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5 min readJul 3, 2019

Un debate de Sociología Económica

En la esfera de entender el concepto sobre a construcción social de los mercados, (debate hecho en la aula de Sociología Económica en la Universidad Estadual de Maringá, 2014) fue muy llamativo los antecedentes históricos del seguro de vida y de como este se convirtió en un modelo económico. Donde los valores morales y éticos participan, colocando a la vida y a la muerte como activos económicos.

Lo raro es el debate dentro de las familia, porque desde una perspectiva, un seguro de vida no debería ser visto como una necesidad humana, ni una obligación para sentirse bien ante cualquier riesgo.

En la literatura por ejemplo, Blau (1967) comienza cuestionando sobre la venta y comercialización de cadáveres en los Estados Unidos, afirmando que eso puede ser relacionado con prostitución y destrucción del valor central de aquello que verdaderamente puede ser ofrecido dentro del mercado.

Este concepto hace cuestionar de como lo humano algunas veces se convierte en un patrimonio, dejando la simpatía por los intereses propios de lado.

Otro caso, lo encontramos en Phelps (1985) cuando el muestra la inquietud del hombre sobre lo sagrado como fuente para generar comercio y la distinción e diferenciación entre aquello que es y no es comerciable. Porque no siempre debe ser cuestionado la razón que cualquier cosa puede ser comprada y vendida.

Lo cierto es, que nuestra razón y necesidades nos llevan a realizar actos de cambio bajo un auto interés y los intereses de pocos, por lo que, las personas que viven su día a día, ¿quienes de ellas, estarían interesadas en comprar almas o cuerpos?

Otra cuestión importante es el sistema de valores, que como Durkheim (1955) lo menciona, puede caer algunas veces en la cuestión de la auto-valoración de la muerte, del poder de creencias “mágicas” e supersticiones que se volvieron de una u otra forma comprensibles para la sociedad.

En este contexto, Zelizer (1978) entra a debatir sobre el seguro de vida diciendo que, asumió valores simbólicos bien distintos a partir de su función utilitaria. Es decir, él muestra la utilidad que la sociedad observó cuando fue creado este modelo económico, que en la mira de otras personas, se convirtió en fuente de ingresos y para otros, la forma básica de sentirse seguros.

Con Zelizer (1978), también, se puede observar bien los hechos que muestran la conciencia del valor económico de la muerte; la resistencia para avaliar los seres humanos en términos monetarios, culturales, sociales y sentimentales; el comercio de la muerte que genera todo un análisis sociológico del valor de la vida y de la muerte; y los aspectos de la espiritualización de la muerte, y las ventajas del seguro de vida como ritual secular o requisito de una “buena muerte” como modo para la inmortalidad.

Con estos conceptos introducidos por Zelizer (1978) se puede entender muy bien el auto-interés de lo humano por generar mercados independientemente de los valores culturales y las normas.

Otro autor que cuestiona el valor económico de la vida y la muerte es Quinn (2011), quien dice que es importante analizar las cuestiones de lo sagrado, lo comunista, el consuelo o “el sentirse bien y confiable”, la reconciliación y racionalización de la moral y la cultura.

En este aspecto Quinn (2011) trae a Wendell Holmes, Jr (1989) y coloca su opinión textualmente diciendo que él afirma que el seguro de vida se convirtió una de las formas mas reconocidas de inversión y ahorro, que si pensamos ahora no ha cambiando mucho, porque la mayoría de la gente lo ve como el mejor amparo para dejar “algún recurso” cuando sus pies dejen de pisar lo cotidiano.

Lo anterior toma más sentido cuando se observa que el seguro de vida es un modo de seguridad para muchos, dentro de la sociedad moderna, donde las empresas aseguradoras prometen oportunidades de libre albedrío para los clientes con la promesa de amparo o de una muerte digna, que en palabras de Holmes, esto es visto como el proceso de venda y intercambio entre las empresas de seguros y los usuarios.

En este punto cabe resaltar el concepto de “pensión vitalicia” que según Quinn (2011), aparentemente, surge cuando el asegurado está en estado terminal o en la misma fase de muerte.

Con lo anterior nacen los pensamientos de los defensores cuando dicen que el seguro es un beneficio para los más viejos y las personas con enfermedades “casi incurables” (que desde un punto de vista personal es absurdo), sino también, y como ya se mencionó, el modo de morir con dignidad.

Contrario, y (siendo la tesis a tener presente), el seguro de vida es tratado como una transacción racional donde se ponen en juego los intereses por la negociación de pautas personales.

Hasta aquí se podría afirma que en la mira de la construcción social de mercado, el seguro de vida se convirtió en un modelo económico y en un negocio bien sucedido. Hecho que hasta estos tiempos no deja de serlo, aunque estemos en contra.

De Quinn (2011) se puede aprender el hecho de como el seguro de vida, y principalmente los valores morales, pasaron a hacer activos económicos de la sociedad.

Sobre ese punto, y basándose en conceptos de Zelizer (1978), hace una reflexión sobre dos principios legítimos del seguro de vida:

(1) el seguro de vida es un bien necesario pero también un sacrificio que las personas aseguradas hacen, con el fin de tener un servicio de seguridad para la familia; (2) los intereses (no de pensamiento pero si de consumo) que son pagados cuando se adquiere el seguro.

Estas dos posiciones ayudan a entender la lógica moral del seguro de vida o entrar en el debate para contraponer los puntos de vista de los autores. Pero el punto 2 es muy interesante porque hace reflexionar de como un caso moral se convierte en un ente generador de riquezas.

Al final de cuentas esta reflexión llega al punto donde se puede entender el como la sociedad infiere sobre cosas particulares que aparentemente surgieron de la nada pero que revisando la literatura se nota que tienen todo un contexto histórico.

Es triste, desde lo personal, ver cuando las personas adquieren un seguro de vida, médico o de “seguridad para la muerte digna” como un modo de sentirse seguro y de sentirse bien. Pero sobre todo, cuando se sabe que muchas instituciones aseguradas tienen todo un modelo e sistema de ventas bien definido y con un objetivo claro: generar un mayor valor a su negocio sin importar la moral, la ética y los valores sociales de la vida y de la muerte.

Pero antes de terminar es necesario dejar la pregunta abierta para abrir nuestros ojos: ¿Será que la vida y la muerte valen un montón de papel (sin importar el color) acumulado en cofres de oro?, desde una perspectiva personal la vida y la muerte no deberían ser un negocio rentable para intereses de pocas personas.

Reflexión hecha en aula de Sociología Económica (Brasil, 2015) con los textos de:

- ZELIZER, V. Human Values and the Market: The Case of Life Insurance and Death in 19th-Century America. The American Journal of Sociology, v.84, n. 3, 1978. * QUINN, S. The Transformation of Morals in Markets. In: SWEDBERG, R; GRANOVETTER. The Sociology of Economic Life. Boulder, CO: Westview Press, 2011. XEROX p.141–172.

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