Plazas21K: Una carrera para agradecer

Hoy hice la que considero mi peor carrera, no por el tiempo sino porque literalmente creí que iba a regresar a mi casa en ambulancia. Dos veces en mi vida me he sentido cerquita de pasar el páramo. Hoy fue una de esas veces.

Todo iba perfecto hasta el kilómetro 15, llevaba buen tiempo, iba moqueando parejo, pero controlado. Una vez que comencé a bajar la Francisco de Miranda y llegué a la Río de Janeiro comenzó mi infierno. No me entraba aire, apenas un hilito. Comencé a caminar mucho, y sé que si no hubiera sido así hubiera bajado mi tiempo considerablemente, pero la gripe estaba calladita esperándome (literalmente) en la bajadita.

Y no exagero, era apenas un hilito de aire lo que sentía. Si hubiera ido sola creo que me hubiera regresado caminando.

Agradezco a Dios que llegué a la meta viva. Sí, así, tal cual. Porque cuando crucé me derribé sobre un muchacho que ofrecía agua y le dije que no podía respirar. Entre dos me auxiliaron. Eso sí, nunca vi ambulancia o paramédico, que me pareció un fail, pero en fin.

Agradezco a Edgar que en sus 15K me iba apoyando sin forzarme.

Agradezco a Narvin y Javier por el apoyo, por esperarme.

Agradezco a quien me dejó sola aún cuando le dije: no me dejes que no puedo respirar. Le agradezco que su mal gesto me enseñe a no depender de nadie, lo conozca o no.

Agradezco a quien, sin conocerme, me ayudó a llegar a la meta sin arrastrarme, con dignidad pero sin dejarme sola.

Agradezco haberme sentido tan sola alrededor de gente que se tomaba fotos sin importar que uno de ellos se sentía morir a su lado. Sé que no soy elite, pero soy gente y agradezco saber que yo no soy así.

Agradezco por una carrera más en mi historial que me hará replantearme muchas cosas.

Agradezco lo bueno y lo malo, porque todo me dejó enseñanza hoy.