Kim Ki-duk: Qué bueno que se murió

Me alegra la noticia de la muerte de Kim Ki-duk. En años recientes, varias actrices que trabajaron con él denunciaron haber sufrido acoso sexual y abusos de su parte y de sus colaboradores.

Uno podría argumentar que hay que separar la obra del autor, pero en este caso me deja particularmente incómodo justo porque la violencia sexual está presente en su obra como sucede en Samaritan Girl (2004). Además, las acusaciones hablan de hechos sucedidos durante el proceso de filmación. Cuando en la pantalla aparece una mujer siendo forzada sexualmente en una película de Kim Ki-duk, estamos viendo justo eso y no una representación cinematográfica.

Una de las actrices declaró que después de trabajar con él, dejó de actuar y ha estado en terapia. ¿El placer que causó a los espectadores una película ganadora de Cannes vale el trauma de una persona?

#MeToo en Corea del Sur

Las actrices hicieron las acusaciones en un momento en que el movimiento feminista cobra fuerza en Corea del Sur. A pesar de sus progresos en los últimos años en varios indicadores socioeconómicos, Corea del Sur es un país profundamente patriarcal y con una marcada disparidad de género. En 2017, Corea apareció en la posición 118 de 144 países en el ranking sobre paridad de Género del Foro Económico Mundial, cifras que colocaron al país entre Gambia y Túnez, y mucho más abajo que México.

Lamento romperles un poco la imagen que tenían de Kim Ki-duk. A cambio, les recomiendo otra película coreana: La doncella (2016, Park Chan-Wook).