Aprender haciendo: la facilitación de un Design Sprint se entrena.

Lu Lanziano
saltolab
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4 min readFeb 21, 2020

Como muchos, empecé a escuchar de Design Sprint de la mano de los videos de AJ&Smart. Detrás de los chistes de Brittni y las jodas de Jonathan, empecé a captar lo interesante y útil del abordaje. Sin embargo, el valor real y concreto lo entendí mas adelante. Llegó con la puesta en práctica y la evidencia de que sin una buena facilitación, el proceso es vacío.

En 2019, con Saltolab nos formamos en Design Sprint en el Bootcamp de Shiftseven. Durante dos días trabajamos en un caso siguiendo la dinámica que corresponde a los dos primeros días del Sprint 2.0. En esta instancia, tuvimos la oportunidad de pasar por todo el proceso, desde la definición del problema hasta el armado de una propuesta para ser testeada. De principio a fin, estuvo lleno de emociones. Por momentos sentimos incomodidad y nervios y por otros sensación de logro y realización.

Salimos del Bootcamp enstusiasmadas y manija y charlando camino a la parada del colectivo, entendimos la importancia de seguir practicando la metodología.

Flor me dijo: “Si tenés ganas de organizarlo, lo hacemos”. Y salí corriendo a bajar la idea y a sacarla. Todo se materializó unas semanas después en la Primera Jornada de Entrenamiento en Design Sprint que co organizamos con Casa Indus.

Recuerdo del final de la Primera Jornada.

La propuesta del evento fue pulir nuestras habilidades como facilitadoras y ayudar a otros a practicar la metodología. Al terminar, entendimos que habíamos aprendido mucho más.

Habíamos conectado, desde adentro, con el valor real del Design Sprint. Ese valor está vinculado no tanto con encontrar soluciones a problemas, si no con la agilidad de procesos.

Con el Design Sprint un equipo puede encontrar una forma de destrabarse, de pulir el trabajo en equipo y ganar claridad sobre lo que importa y lo que no desde el inicio de un proceso ideación y validación de soluciones.

Avanzar con un proyecto

Con ejercicios rápidos, cronometrados y al punto, el DSprint se vuelve dinámico. No nos da tiempo de poner excusas e insiste con avanzar. Eso a veces genera incomodidad (nos sentimos apurados). Por eso es importante, desde el lado del facilitador, brindar confianza a los participantes y recordarles que esa incomodidad es normal y parte del proceso.

Cronometramos todo. Ejercicio de Lightning Demo en el Segundo Encuentro.

Liberar la comunicación dentro de un equipo

La propuesta del DSprint es que no haya discusión. Cada participante tiene el momento y el espacio para aportar su granito en forma de post it o voting dot. Esos momentos están pautados y son incentivados a lo largo de toda la dinámica.

Obvio, no siempre sale perfecto y el DSprint es un buen espacio para visibilizarlo. En los equipos donde la discusión sea difícil de evitar, la tarea del facilitador se va a ver más desafiada. Pero va a ser clave para no arruinar la dinámica.

A veces hay personas que expresan su opinión con más fuerza (o volumen) o que son más desenvueltas y hay otras personas que son más tímidas y que les cuesta participar. Quien facilite tiene que lograr que todos aporten y que nadie haga callar la opinión del resto.

También puede pasar que se juegen dinámicas de poder. Si estás al lado de tu jefe, por ejemplo, podrías sentirte intimidado y autocensurarte. El facilitador tendría que darse cuenta y dejar espacio para que todos aporten por igual.

Para todo eso, hay que entrenarse. Para cuidar al equipo y facilitar la dinámica, es muy importante transmitir la filosofía del DSprint y seguirla a rajatabla:

  1. Mantener el anonimato de las ideas y de los post it. No es relevante en la dinámica conocer de quién es cada papel.
  2. Incentivar la participación de todos, todos tienen lugar y todo lo que tengan para aportar es valioso. Por eso están ahí.
  3. No existe la propiedad sobre las ideas. Son de todos. No le pertenecen a nadie ya que se dan en la dinámica grupal del DSprint.
Compartiendo en grupo los objetivos a 2 años.

Ganar claridad en lo que importa

Fuera de un DSprint, muchos equipos se pierden buceando entre los detalles y en todas las infinitas posibilidades de lo que puede pasar. Ahí podemos olvidarnos de lo que realmente importa para que las cosas se den:

  • Tener un buen equipo de trabajo donde fluya la comunicación.
  • Compartir la idea de que empezar es más importante que tener la razón.

Entre otras cosas, me gusta decir que el Design Sprint da visibilidad de lo que pasa en un equipo y en un proceso de diseño, lo que puede estar fallando, lo que falta o lo que sobra para validar una idea.

Con esos tres puntos claros, y la hora de entrenamiento necesarias, podés llevar la facilitación de un Design Sprint para un desafío o contexto que lo amerite.

La capacidad de confiar en el proceso, fluir y facilitar se entrena.

Al final, todos lo que participan del sprint pueden facilitar o estorbar. En mi experiencia, organizar entrenamientos de Design Sprint fue una buena forma de sacarme el miedo a facilitar el proceso para otros.

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Lu Lanziano
saltolab

UX strategist & Workshop Facilitator en Saltolab