Evaluación continua en el aula, ¿Porqué?

La evaluación es una actividad continua para obtener información sobre el proceso de enseñanza- aprendizaje y conocer el grado en que los desempeños de comprensión se están o no logrando, esto permite generar una retroalimentación para reajustar los métodos, objetivos, estrategias, técnicas, etc.; en función de esto, se pueden tomar decisiones acerca del proceso de aprendizaje y enfocar los esfuerzos en el logro de las competencias para la vida.

El docente, juega un papel fundamental en éste aspecto, reflexionará entonces sobre qué está pasando con su práctica, si debe haber cambios, qué debe permanecer, qué se puede hacer mejor, etc.

Este tipo de valoración, se caracteriza por evaluar los desempeños partiendo de situaciones problemáticas cercanas a la vida real del alumno, donde el proceso de resolución, los procedimientos y las estrategias también son importantes y no sólo el resultado final.

Siguiendo a Perkins (1992), “Es fundamental proponer prácticas reflexivas de las actividades de comprensión para mejorar el rendimiento y afianzar las imágenes mentales. De modo que es necesaria la participación tanto del profesor como de los estudiantes, para propiciar la conciencia sobre los aprendizajes, como condición para la toma de decisiones o adecuación del proceso (autorregulación, del maestro para la enseñanza y del alumno para su aprendizaje)

En éste sentido desde el enfoque de la Pedagogía de la comprensión, el papel de la evaluación continua debe reunir con dos condiciones:

1.- Práctica reflexiva: el docente deberá proponer diversas oportunidades para que el alumno se ocupe activa y reflexivamente de lo que aprende.

2.- Retroalimentación informativa: consejos claros para que el alumno mejore el rendimiento.

Así, la evaluación desde dicho enfoque, promueve que el aprendizaje al permitir que tanto el profesor como el estudiante sean protagonistas de un proceso de construcción de conocimiento escolar, un proceso que es continuo y reflexivo, en la medida que tanto el profesor como el alumno evalúan de manera permanente los niveles de comprensión alcanzados por el estudiante.

Perkins, David: La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente, Barcelona, Gedisa, 1992.