La justicia centrada en las personas es importante: Un estudio de caso en Argentina
Por Gustavo Maurino, CIC-NYU Non-Resident Fellow
El acceso a la justicia está en mal estado en casi todo el mundo. La brecha de justicia en el mundo es profunda y amplia: miles de millones de personas no reciben los conocimientos, servicios, apoyo ni recursos institucionales adecuados para atender sus necesidades de justicia y lograr resultados equitativos.
Las instituciones y los servicios formales de justicia suelen estar alejados de las personas y su funcionamiento tiende a ser rígido y formalista. Las propias instituciones pueden ser ciegas a esta realidad; los actores de justicia consolidan su rol tradicional como autoridades públicas encargadas de preservar la ley y el orden en sistemas poco flexibles; sin consideran que su función sea la de prestar servicios o facilitar que las personas puedan ejercer plenamente sus derechos y prerrogativas al amparo de la ley.
Todo esto tiene que cambiar. Si el mundo realmente va a reconstruirse de mejor manera, la justicia centrada en las personas debe estar en el núcleo de los esfuerzos de recuperación. Tomando prestadas las palabras de Rebecca Sanderfur, la brecha de la justicia es como la parte oculta del iceberg. Las instituciones y los actores del sector tradicional de la justicia sólo ven una parte muy pequeña de los problemas y legales que enfrentan las personas en su vida cotidiana. Sólo podrán empezar a abordar la brecha de la justicia si la identifican, la miden y la comprenden adecuadamente.
Servicios de justicia centrados en las personas
Se necesitan iniciativas a gran escala para desarrollar servicios de justicia accesibles, asequibles y adecuados para transformar la experiencia de un problema de justicia en un viaje de empoderamiento y ciudadanía. Estas iniciativas son imprescindibles para alcanzar los ODS’ y hacer realidad los derechos humanos. Para que los servicios de justicia se centren en las personas, deben ser innovadores e incluir toda una serie de servicios socio-legales, apoyos, y recursos que mejoren su capacidad para manejar sus problemas de justicia con autonomía y dignidad. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero ya hay muchas buenas prácticas en todo el mundo que nos inspiran, y de las que podemos aprender.
Los Centros de Acceso a la Justicia en Argentina son una red nacional de servicios de justicia que han venido evolucionando, creciendo e innovando durante más de una década. Ha demostrado ser una política sostenible y efectiva de empoderamiento en un país de ingresos medios. Como Director Nacional de Acceso a la Justicia en Argentina, entre 2016 y 2019 fui responsable de diseñar e implementar este programa público a gran escala para proporcionar servicios primarios integrales de acceso a la justicia, con y un enfoque holístico centrado en las personas. He documentado mis experiencias en el nuevo estudio de caso: Putting People at the Center: Un estudio de caso sobre los centros de acceso a la justicia en Argentina.
Estudio de caso sobre la justicia centrada en las personas
Leer un estudio de caso es, con demasiada frecuencia, como aprender sobre una comida supuestamente deliciosa que nunca tendrás la oportunidad de probar. No hay una receta disponible, no tienes ninguno de los exóticos ingredientes necesarios para prepararla, y ni siquiera hay advertencias sobre todo lo que podría salir mal si te atrevieras a probarlo en casa. En este ejercicio he tratado de evitar eso.
En base a mi participación personal en el programa intento ofrecer a los/las lectores/as una visión realista del mismo e identificar sus principales ingredientes (sus objetivos centrales, valores, principios estratégicos y herramientas operativas). Y lo que es más importante, comparto la experiencia de la elaboración de esta política pública desde una perspectiva interna — a través de los pasos que se dieron en el periodo de cuatro años en que estuve a cargo del programa, justo antes de que se produjera la pandemia.
Centros de Acceso a Justicia, Argentina
En el estudio de caso planteo una visión general de los elementos constitutivos básicos que dieron forma al modelo de los Centros de Acceso a Justicia en el período analizado. Considero las precondiciones externas, político-institucionales y operativas que deben tenerse en cuenta, e identifico y discuto diez opciones estratégicas clave que definen la identidad operativa de estos programas y nuestras decisiones en el caso argentino.
A continuación, presento tres pasos clave para implementarlo, creando las condiciones para la efectividad del servicio. Comienza por reducir la brecha social, legar a las comunidades de clientes y comprender sus necesidades de justicia, desarrollando e internalizando un enfoque centrado en las personas. Este enfoque se aplica en todos los niveles del programa y, en última instancia, refuerza las herramientas y estrategias para encontrar vías eficaces para resolver esas necesidades de justicia.
El acceso a la justicia centrado en las personas sigue siendo un campo novedoso y en crecimiento. Requiere experimentación e innovación, así como la producción de evidencia para evaluar su impacto. Algunas de las iniciativas piloto que pusimos en marcha en Argentina, como el Hospital de Derechos, el Corredor Norte de servicios legales y de salud y la Campaña de acceso a la documentación de identidad, también se incluyen en el estudio de caso.
Reducir la brecha de la justicia es un imperativo para nuestra generación, y debería estar a nuestro alcance. Exige un liderazgo político audaz y una inversión sostenida en enfoques que realmente funcionen en la vida real. Con este estudio de caso, esperamos contribuir a nuestro compromiso colectivo de lograr que la justicia para todos/as sea una realidad en nuestro tiempo.
Les invito acompañarme en este viaje hacia la justicia para todos en Argentina.