¿¡Cómo carajo fue que engordé así!?

Este parece un post de salud y fitness pero no lo es, porque incluye un «mosquito espiritual».

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Autorretrato parte de un proyecto fotográfico que llamé “Querido cuerpo”

Seamos serios. Nadie se levanta con 5, 10 ó 15 kilos más de la noche a la mañana.

Así que admitamos que es hipócrita — o por lo menos, ingenuo — que nos preguntemos un día, mirándonos al espejo: “¿¡¡Wao, y cómo carajo pasó esto? ¿Cómo fue que engordé así!!?

Pues pasó como pasan muchas historias relevantes: sumando ahoras.

Los días pasaban, la ropa apretaba, hubo acción, omisión y quizá hasta algún comentario impertinente sobre tu peso al encontrarte con algún amigo a quien no veías hacía tiempo… pero tú allí, haciéndote el pendejo, metiendo la basurita bajo la alfombra, ignorando las señales, e inventando excusas:

“¡Esta tela encoge rapidísimo!”, “En las vacaciones comí un poquito de más”, “Nah, en lo que termine este proyecto empiezo a hacer ejercicio”, “No es tan grave como parece”, etc.

Te las tengo todas. Y puedo añadir algunas otras muy creativas.

Sí, este tema me toca directamente, porque soy una de las que se ha metido kilo tras kilo así, casi “sin darme cuenta” (casi, dije casi).

Si bien lo he explorado profundamente desde diversas perspectivas, y atendido a través de distintos caminos a lo largo del tiempo, ahora el tema se ha puesto más intenso (es decir, más kilos), y pues eso indica que hay más jugo que sacarle a esta naranja que es la aventura de los kilos extra.

Pero no lo voy a tratar desde la perspectiva de la nutrición y el fitness, porque eso no es lo mío, sino desde la mirada de lo que en general se llama «espiritual», que sí lo es.

Así que aquí voy, para quien aguante «el sartenazo» (así llaman mis clientes de coaching a mis miradas crudas y sin edulcorante).

Verás, los kilos se acumulan, como crece el pelo o las uñas: silenciosamente (shhhh)

De tanto en tanto nos percatamos de un hecho incómodo, pero pasamos de largo silbando y aplaudiendo, hasta que algo nos saca de la inercia.

En el caso de los kilos, puede ser una invitación a la playa que de pronto nos confronta con exponer nuestro cuerpo; o la boda de una amiga fashion— delgadísima además — y nosotros sin nada que ponernos que esconda lo evidente de nuestro estado fuera-de-forma.

Pero ¿qué necesitamos para salir de la inercia cuando se trata de esas otras verdades que piden ser vistas y atendidas, y ante las que seguimos de ojos cerrados?

Porque así como con los kilos, sucede que muchos deciden no ver lo que les dice su insatisfactoria relación de pareja, el aburrimiento que sienten en su trabajo, las ganas insistentes que tienen de estar en otro sitio/ciudad/país, la falta de entusiasmo y pasión en su vida, etc.

Sólo que la gordura, en general, se evidencia más, y pues generalmente…

Es más fácil esconder la insatisfacción, que los kilos extra.

Por razones más profundas de las que explicaré aquí, las experiencias humanas son procesos graduales que conllevan el propósito mismo de ser experimentadas y a partir de ellas, expandir nuestra consciencia.

Esos procesos están llenos de ahoras con contenido relevante.

Te doy un contexto breve, para explicarte mi teoría del…

Mosquito espiritual

Toda experiencia física, tiene origen en el mundo no-físico.

Y en ese mundo no-físico, las razones por las cuales “las cosas pasan”, son distintas para cada quien.

No, no todo el mundo engorda por comer papitas fritas; ni todos los miembros de una familia se enferman de lo mismo; ni los hermanos criados por los mismos padres, en el mismo ambiente, son iguales. Ni siquiera todos los involucrados en un accidente fatal, mueren siempre en el mismo evento.

En fin, ejemplos sobran.

Las circunstancias que experimentamos son las que son, porque son relevantes para los temas que hemos decidido — a otros niveles de Consciencia — explorar en nuestro juego individual como humanos.

Y esa relevancia, la veamos o no, la ignoremos o no, la minimicemos o no, seguirá presentándose una y otra vez para — y hasta — que la atendamos.

No conozco a alguien que no haya tenido un encuentro cercano del tercer tipo en una habitación, con un mosquito fastidioso e insistente. Son capaces de sacar de quicio a un Monje Tibetano.

Bueno, así mismo son las verdades del alma: persistentes, incómodas e implacables si no nos encargamos de atenderlas.

Son… un mosquito espiritual.

No sé qué tan espiritual sea este mosquito, pero puede ayudarnos a practicar nuestra propia espiritualidad

Fin del contexto.

Ahora, ante esa súbita “sorpresa” mañanera frente al espejo, por los kilos de más — o cualquier otra situación que hemos dejado que se acumule a pesar de reconocerla incómoda— lo que queda es…

Adueñarnos

Asumir la decisión que en algún momento tomamos — dormidos o despiertos — de no ver algo que estaba sucediendo. Es decir, dejar de echarle la culpa a cualquier circunstancia o persona, con tal de no asumir la responsabilidad (esa falta de adueñamiento, te ancla en un cuasi infinito loop de victimización, que dificulta progresivamente tu salida de esa experiencia).

Hacernos cargo

Asumir y enfrentar esas verdades ante las que cerramos los ojos, y alinearnos — en palabra-emoción y acción — a nuestra Verdad-verdadera: la del alma, no la de la mente y su trigonometría de justificaciones y creencias.

Pero no te auto flageles. Que el drama no te ayuda.

Incluso si escogiste hacerte el o la sueca y no ver lo que estaba — o está — pasando, eso también tiene su propósito (y también te toca hacerte cargo, no hay escape).

Para cerrar…

Eso de «hacernos cargo» es tooooodo un tema, porque si bien es simple, no está libre de retos. Y a la mayoría de la gente, los retos le divierten por un tiempo. Mientras… no les reta demasiado. Y pues así, ni modo.

Alinearnos es un camino de exploración, dedicación, constancia y expansión de consciencia que, en mi experiencia, empieza en un paso de una simpleza hasta antipática: «Seguir tu entusiasmo».

Y aquí viene una fórmula infalible, pero a la que hay que echarle corazón para que funcione:

En cada ahora, de las opciones que tienes disponible, sigue la que más despierte tu entusiasmo hasta que ya no puedas seguir en esa dirección (en ese momento buscas otra opción que te entusiasme).

Eso sí… con CERO expectativas (ahí es donde la mayoría se resbala).

Apasionados y convencidos que el Entusiasmo es lo que puede transformar el mundo, y acelerar la evolución de la humanidad, y también conscientes de que una enorme cantidad de gente, no haya cómo comerse eso del “entusiasmo” y empezar a vivirlo, junto a Leo, mi mejoramigo-esposo-socio-compañerodeaventuras hemos iniciado nuestro más apasionante proyecto como mensajeros de expansión de consciencia: The Excitement Movement (algo así comoEl Movimiento del Entusiasmo”, pero en español no suena tan cool) ;-)

Es un proyecto que estamos desarrollando en inglés, y que está aún en fase I de Conceptualización y Desarrollo, pero ya hemos empezado a compartir algunas ideas en Instagram en @theexcitementmovement, y en unos meses la Fase II arranca a mayor escala, con contenido y recursos.

También aquí en Medium pronto comenzaremos a publicar. Puedes seguir nuestras publicaciones en https://medium.com/the-excitement-movement

Nuestra cuenta de Instagram @elpoderdeser es un arroz con mango espiritual y humano

Y si quieres seguir con el tema de la expansión de consciencia en español, puedes seguir nuestra cuenta en Instagram @elpoderdeser y nuestro blog ElPoderDeSer.com

Este es mi primer post en aquí en Medium. Tengo la intención de escribir con frecuencia, porque si algo me caracteriza es que me sobran vainas para decir.

Amanecerá y veremos…

nylevE

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Evelyn Mezquita @elpoderdeser
Mi Arroz con Mango en Español

Awakening addict | Unapologetic | Arroz con mango espiritual & humano | Sin promesas.