Pescadores de camarones en Filipinas — Imagen: Jacob Maentz.com

«Quien quiera camarones, que se moje el culo»

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Porque si no se está dispuesto a entregarlo todo, resulta ingenuo— e ignorante—pedirlo todo.

Como el título de este artículo, reza un conocido refrán español. Hay otros en la misma línea, no muy filosóficos, pero lapidariamente ciertos, como:

“Quien quiere besar, busca la boca” y “Para cosechar hay que sembrar”.

Y es que así es. Hay que hacer el trabajo ~entusiastamente~ y echarle un camión ~sin historias~.

El despertar de consciencia ~y con ella la visión personal de felicidad, plenitud y abundancia~ exige entrega, foco y compromiso.

El despertar, no sucede en automático, por ósmosis, por hacer afirmaciones o por ser “buena persona”.

El despertar requiere…

  • Trascender incluso la imagen que tenemos de nosotros mismos. Nuestra identidad, carácter y personalidad. Ir más allá de nuestras excusas y límites autoimpuestos y aparentes.
  • Intención, dedicación, compromiso, estudio, pasión y acción. Vivir en la práctica las teorías, y dejar los «Sí, yo sé pero…».
  • Soltar, y mucho: identidades, gente, lugares, miedos, juicios, expectativas e ideas. Sí, soltar muchas ideas.
  • Abrazar en movimiento, y mucho: la incertidumbre, el cambio, los miedos, emociones, oportunidades, vacíos, y nuevos conceptos, sin apego ni expectativas.
  • Sentirse incómodo y extraño, paseándose por el catálogo completo de sentimientos, sensaciones y emociones.

Exige…

  • Desarrollar una confianza que será confundida frecuentemente con arrogancia.
  • Inmunidad ante las opiniones externas. Tanto así, que se llega a reconocer que nada ‘afuera’ existe… más que ‘adentro’.
  • Ver más allá de lo evidente. Retar antiguas verdades y poner en duda la propia sanidad mental.

Obliga a…

  • Estirar la liga. Exige atreverse a quebrarse, y reunificarse una y otra vez.
  • Abandonar los discursos autocomplacientes, y convertirse en verbo.
  • Vivir lo que preferiría ignorarse, nombrar lo innombrable, sentir miedo y atraversarlo sin satanizarlo, sentirse víctima ni héroe.
  • Reconocerse infinito e invencible. Recobrar la memoria y adueñarse de las Verdades del Alma para canalizarlas y cristalizarlas.
  • Hacer visible lo invisible, y creer en lo increíble.

El inicio del despertar de consciencia puede suceder en un instante ~aunque no es lo usual. Y como no termina porque es infinito, aún al despertar, siempre queda seguir despertando.

Imagen: Gordon Gahan, National Geographic

El juego —cualquiera— se juega jugándolo. Y en esta dimensión, el juego humano toma tiempo y espacio. Toma acción y emoción. Toma alinearse y realinearse.

Y si bien toda herramienta es válida, quien crea que el despertar se logra en automático y «porque sí», o porque se es «buena persona y trabaja duro», o yendo al psicólogo, o a misa y teniendo fé, o compartiendo en redes sociales fotos de citas citables de gurúes, leyendo algún libro, haciendo afirmaciones, agradeciendo al despertar, o pareciendo filosófico y tal… y crea que con eso es suficiente, que se baje de esa nube.

El trabajo ocasional, y limitado a lo que le resulta cómodo a las creencias, el trabajo que no reta y asusta al menos un poco… genera experiencias de expansión y plenitud igualmente ocasionales y limitadas.

Si no se está dispuesto a entregar todo, resulta ingenuo —e ignorante—pedirlo todo.

El despertar de consciencia es un alucinante viaje sin retorno que hay que caminar con los pies del cuerpo y las alas del espíritu…

¿La «recompensa»?

Lo fascinante es que no hay que esperar a «llegar a la meta» para vivir una recompensa, porque se vive a cada paso (camarones para exportar a la galaxia entera, si se vive plenamente)

Es realmente difícil describir:

… el nivel de plenitud independiente de las circunstancias

… la magnitud del poder que no necesita mover un dedo

… la felicidad radical que no requiere de condiciones

… la paz que nada ni nadie puede dar o quitar porque no se ‘tiene’ sino se ‘Es’

… la diversión que se experimenta incluso ante los retos

… la lucidez para discernir y la no necesidad de controlar

… la liviandad ante lo que otros ven como dramas

… la nueva mirada ante conceptos como muerte, enfermedad, dolor, futuro, cambio, éxito e incertidumbre

… una nueva y mágica mirada sobre las dimensiones en la que lo pequeño y los detalles pueden ser tan gigantes que lo envuelven todo…

… el respeto renovado por «los demás» y sus decisiones

… la nueva consciencia del mundo dentro de uno, en lugar de uno dentro del mundo

¿Se vive todo eso todo el tiempo?

Algunos días sí. Otros no. Unos más. Otros menos. Hay valles. Hay picos. Hay olas… y todas son distintas, necesarias, valiosas.

Es Enero. Y la época de camarones volvió a empezar. Preparemos esas nalgas pues, que este año el agua viene particularmente helada, y la temporada promete ser fascinante.

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Evelyn Mezquita @elpoderdeser
Mi Arroz con Mango en Español

Awakening addict | Unapologetic | Arroz con mango espiritual & humano | Sin promesas.