Qué nunca falten los vendehumo

Para un hincha, tener a un vendehumo como técnico de su equipo debe ser lo peor; pero para un periodista, estos entrenadores son una raza muy pintoresca

Seba Amaya
seba amaya
2 min readApr 16, 2015

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Estadio Centenario / Foto @sebaamaya

Vendehumo. El significado no está del todo claro, no figura en el diccionario, pero en el ambiente del fútbol se puede tener un acercamiento a las características que se engloban en esa palabra cuando se la emplea para calificar o, mejor dicho, descalificar a un entrenador.

Según el director técnico Rosario Martínez, quien se define como un no vendehumo, algunas señas de estos entrenadores son las frecuentes quejas hacia el planteo del rival o a la actuación de los jueces cuando les toca perder, prometer a los hinchas y a la prensa una versión de juego superior a la que luego muestra en la cancha, hacer gestos y ademanes “para la tribuna” cuando dirigen y tener facilidad de llegada a los medios.

Algunos se han ganado ese mote tras años de recorrida en los húmedos vestuarios locales, a otros se lo llama de esa forma por un período de tiempo de magras cosechas y, por ende, mal romance con su parcialidad.

Del otro lado del tejido, en la tribuna, se dan cuenta y estallan en disconformidad y bronca. “¡Vendehumo!”, le gritan, siendo a veces injusto con el DT de turno que no logra que sus jugadores apliquen lo que pregona.

Para los hinchas no debe ser nada agradable tener a un entrenador que no logre hacer funcionar a su equipo –lo que no quiere decir que no trabaje bien o no esté capacitado- y que además tenga esas características humeantes.

Pero para un periodista, estos entrenadores son piezas que no pueden faltar en el fútbol uruguayo. Más o menos marketineros, exteriorizando sus pulsaciones al máximo cuando están junto a la línea de cal, hábiles declarantes capaces de largar varios títulos rimbombantes en una nota, a veces profesionales del llanto, practicantes del “yo no hablo de los jueces, pero…”.

Son una especie que se mueve con facilidad por las canchas y los vestuarios locales, llevando pizarrones cargados de conocimientos -porque saben, por algo siguen en la troya- y dándose mañas para sortear las dificultades cotidianas del semiprofesional fútbol uruguayo, las que muchas veces atentan contra ellos y los llevan a largar… humo.

Para un hincha, debe ser lo peor tener a un vendehumo en su equipo y ver que van al descenso o no logran pelear arriba por causa de su DT; pero para un periodista, estos entrenadores son una raza muy pintoresca. Qué nunca falten.

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Seba Amaya
seba amaya

@sebaamaya / Periodista en El Observador desde 2006, hoy en @Referiuy / #journalist / Finisher de la 1° Maratón de Montevideo.