La pandemia no nos transformó, solo nos puso al día digitalmente
No se logran poner de acuerdo los expertos ni los medios de comunicación. Algunos dicen que durante este 2020 se ha acelerado la transformación digital entre 5 y 6 años, otros en cambio, no estiman el avance en años, sino que en velocidad, y sugieren que se aceleró 27 veces en comparación al ritmo que llevábamos antes de la pandemia.
Y tú dirás: “uf, tremenda novedad, gracias Seba por revelarnos los secretos del universo y hacerme perder el tiempo”. Y pos claro que sí, todos lo tenemos claro, la cosa se aceleró este año y en internet proliferan artículos al respecto.
Pero dejemos de lado la grasa y el hueso…vamos directo a la “carnita” del asunto, que pa eso escribo y pa eso me lees. Salgamos de las obviedades y vamos a lo que nos interesa.
Es distinto digitalizar las cosas, que transformarse digitalmente.
Digitalizar es simple. Es hacer lo mismo que ya hacías en formato análogo, pero ahora lo haces en alguna plataforma o soporte digital. Te doy un par de ejemplos:
- Antes llamabas por teléfono para saber cómo iba el avance de un trabajo, ahora envías Whatsapps.
- Antes hacías reuniones en una sala, con café y galletas. Ahora las haces por Zoom, en pijama
- Antes escribías la lista del supermercado en un papel. Ahora le tomas una foto con tu smartphone a ese papel y eso te llevas al super.
- Antes llevabas tus cuentas del mes en una libreta. Ahora llevas un excel para el control financiero. Te sigue faltando pa llegar a fin de mes, pero ahora lo sabes en excel.
Básicamente sigues haciendo las mismas tonteras sin sentido, pero ahora con pixeles y megabits. ¡Uy, gran cosa!. Bill Gates, junta miedo, vamos por ti…¿Alguien sabe de arriendos baratos en Sillicon Valley que nos vamos todos a vivir pa’ allá?
Pus no es así no más la cosa. Transformación digital, es justamente eso, cambiar de forma, no seguir haciendo lo mismo que hacías, sino que usar lo digital para hacer las cosas distinto. Tonces ya no seas menso y no le saques fotos a una lista escrita en papel.
Es cuestionarse lo que hacemos y ver que quizá incluso esas tareas, no hay que digitalizarlas, sino que dejar de hacerlas, y encárgarselas a una App o a un software, que lo hará más rápido, más económico y más seguro que nosotros mismos.
Esa parte, va lento aun. Se aceleró, pero namás tantito (dirían en México).
Aún hay gente que tiene en el cajón del escritorio, dinero en efectivo para ir por papel y tinta para la impresora, o que le saca foto a los documentos para tenerlos de respaldo. Obvio, tu no eres de ese tipo de gente. Tu estás bien cool y en onda.
No se ha desarrollado mucha tecnología en estos meses
Con algunas excepciones en algunos softwares, como Zoom que tuvo que ponerse al día con su seguridad, algunos eCommerce que tuvieron que reforzar su soporte para recibir a miles de visitantes y compradores y tu que te abriste una cuenta de TikTok pa meterle bailecitos y chistesillos a ver si te haces viral, alcanzas la fama y la fortuna que siempre has soñado, la verdad es que no han habido muchos avances.
No se han inventado nuevas tecnologías, no han aparecido nuevas redes sociales, no se ha desarrollado ninguna cosa rupturista e innovadora.
Básicamente es lo mismo que ya teníamos desde hace unos 5 años atrás (e incluso poquito más). Solo que ahora nos la gente empezó a usarlo.
Recuerdo el año pasado, que un amigo se reía burlesco y desconfiado de un servicio de consultas médicas por videollamada que ofrecía su Isapre (seguro de salud en Chile). Lo consideraba poco profesional, inseguro e impersonal. Casi una charlatanería de médicos fracasados que no lograban conseguir pacientes reales.
Hoy, un año después, lo vi publicar en Instagram como venía “saliendo” feliz de una consulta al médico videollamada, muy satisfecho por el servicio y recomendando la experiencia.
Amiguín, estas cosas las llevamos haciendo desde hace rato, solo que ahora, que nos vimos obligados a pasar un año encerrados, la gente vino recién a tomarlas en cuenta, pero no hay nada nuevo.
No hay nada que inventar, solo ponernos al día
Pa’ mencionar algunos, tenemos lo académico (eLearning), lo laboral (teletrabajo) y lo comercial (eCommerce) que desde hace años viene haciéndose, pero siempre con un saborcito a “plan b”, a cosa de menor calidad.
Hoy resulta ser que es el plan A obligado para muchos, sino no estudian, no trabajan y no venden/compran. Eso, sin mencionar lo sanitario, en donde el control y trazabilidad del virus ha sido eficiente solo cuando se ha echado mano a plataformas digitales.
Y no es cosa de jóvenes, no es cosa de gente super en onda con la tecnología o cosa de aquellos que no tienen otra opción (como los que estudian). Sino que es cosa de gente que ha aprendido que puede tener una excelente calidad de vida, sin tener que pasarse la vida en una oficina, en un autobus camino al trabajo o gastando la vida y los zapatos en los pasillos de un centro comercial.
Ya quedó demostrado que se puede. Falta montón, pero se puede.
Quedó demostrado también que mucho de lo que hacíamos era “grasa” y no “carnita”…que podíamos hacer las mismas cosas en menos tiempo, que hacíamos muchas cosas que se pueden dejar de hacer y no pasa nada, que no hacía falta oficina, no hacía falta probarse la ropa ni hacía falta ir presencialmente para que la cosa fuera seria, segura y profesional.
Tenemos un gran desafío laboral y social
Porque mucho de lo que mucha gente hacía, va a dejar de hacerse, dado a que nos estamos transformando digitalmente, y así como en su momento desaparecieron los “ascensoristas” (esos señores que apretaban los botoncitos en los elevadores de los edificios), es probable que muchas fuentes de empleo sean innecesarias, sobre todo si se cierran oficinas, se hacen menos clases presenciales y menos ventas en un local.
¿Qué hacer? Transformarnos nosotros como personas. No solo aquellos cuyo trabajo es inminentemente presencial, como los recepcionistas, el personal de aseo o vendedores, sino que también todos los demás, que tenemos que tampoco tenemos el trabajo asegurado, ni tampoco el resto de las dimensiones de nuestra vida, como las relaciones familiares, la vida social y el crecimiento personal.
Habrá que echarle ganas. No queda de otra. Y en eso, no vamos muy avanzados ni acelerados…vamos medio lento.