Diseñar para el cambio es diseñar relaciones

Daniel Serrano
Secuoyas Experience
3 min readJun 19, 2018

Por Daniel Serrano CEO de Secuoyas

Es evidente que estamos sumergidos en un mundo en que el cambio ha sufrido un proceso de aceleración vertiginoso. La velocidad a la que se adoptan nuevas tecnologías, en que se saturan nuevos mercados, a la que rotan las modas, no hace más que incrementarse. Y todos, en mayor o menor medida, estamos sujetos a esa creciente fuerza centrífuga.

Secuoyas no es ajena a este entorno. Trabajamos en la frontera de las nuevas tecnologías y tendencias. Somos un equipo que trabaja en impulsar el cambio y mejorar la adopción del mismo por la gente. Tenemos por tanto una gran responsabilidad, que asumimos con el aplomo de los pioneros.

La tercera ley de Newton, simplificando, determina que no hay acción sin reacción. Impulsar el cambio en los demás supone un cambio inducido que hay que asumir. Esa fuerza de soporte nos lleva a replantearnos nuestra aproximación a los problemas a los que nos enfrentamos, tanto en el fondo como en la forma en que nos los plantean nuestros clientes. Como consecuencia, hemos actualizado nuestros métodos, aprendido nuevas técnicas y probado nuevos modelos de colaboración.

Todo proceso de cambio, por rápido que sea, tiene un límite de adopción. La naturaleza humana y nuestros sistemas organizativos nos obligan a reducir la vertiginosa marcha en que estamos sumidos. La pausa es una necesidad del proceso; un componente más, necesario para que los nuevos aprendizajes se consoliden. Unas pausas que sirven para destilar lo mejor. Esas pausas son tan necesarias como el espaciado en la componente visual de un diseño, fundamental para estructurar la información de forma que seamos capaces de absorber mejor el contenido.

Observando la naturaleza vemos vivos ejemplos de las huellas que dejan las pausas en la forma. El bambú, en su crecimiento rápido, se toma sus pausas para hacer los nudos que le permitan seguir creciendo y mantener sus características de flexibilidad y adaptación. Las organizaciones se comportan de forma similar, como organismos vivos, y tienen que aprender a hacer sus pausas; son un componente del cambio.

El diseño, como lo entendemos en Secuoyas, es un motor del cambio. El diseño trasciende de tal forma que pasa de ser una herramienta a ser una filosofía. El diseño no es un fin en sí mismo. El diseño es un multiplicador de valor, un vehículo para construir visiones, crear aspiraciones y tangibilizar realidades, pues es en ese terreno donde se expresa con toda su potencia. Así es como el diseño actúa como agente del cambio.

Sabemos que para liderar el cambio tenemos que trabajar con y para la gente. Es lo que hacemos todos los días. Exploramos la tecnología para ayudar a cerrar la brecha digital con las personas; diseñamos las relaciones entre personas, entre máquinas, y en la interfaz que permite a la máquina empoderar al humano. Así es como se construye la experiencia.

Diseñamos la interfaz y somos la interfaz.

Estamos logrando resultados de cambio increíbles y estamos muy orgullosos de poder contarlo en nuestros casos de estudio. Si finalmente se trata de casos de éxito lo veremos con la perspectiva que da el tiempo. Actualmente, la muestra no puede arrojar mejores resultados. Somos testigos del profundo impacto ejercido por nuestras colaboraciones en los negocios de nuestros clientes, en el crecimiento que está suponiendo la digitalización de sus procesos, productos y servicios.

Todo este trabajo nos ha hecho cambiar mucho en Secuoyas. Sabemos que el cambio nos llevará por caminos desconocidos; buscamos esos caminos. Y sabemos manejar la incertidumbre asociada a lo desconocido porque nuestro objetivo sigue siendo el mismo: elaborar productos, definir servicios y orquestar sistemas de la máxima calidad que enamoren a la gente.

Ilustración: Igor Ustarroz

--

--