Futuros posibles con Realidad extendida

Por Laura Morales Díez- Diseñadora de producto en Secuoyas

Llegaremos a no poder diferenciar lo real de lo virtual

Vemos como cada día aparecen gadgets nuevos o nuevas tecnologías que cambian todo lo que conocemos hasta el momento. En Secuoyas nos encanta hablar de estos temas, de la evolución de cada tecnología, de cómo impacta directamente en nuestra vida diaria y por supuesto de la implicación de los diseñadores. Y claro, al final terminamos hablando de cómo nos imaginamos esos futuros posibles.

No sé si habéis tenido el placer de probar algunos de los nuevos dispositivos que llaman de realidad extendida o mixta. Es emocionante y al mismo tiempo da un poco de miedo.

Las Magic Leap, por ejemplo, son capaces de proyectar elementos delante de ti, y puedes pensar: bueno, eso ya lleva tiempo haciéndose, mira el boom de hace unos años con el Pokemon Go desde tu propio teléfono. Es cierto, pero esto es totalmente distinto, es como comparar un monopatín con un cohete espacial… Además en estos dispositivos el consumo es a través de unas gafas que te sumergen totalmente en ese mundo virtual, la inmersión es mayor que utilizar un teléfono u otra pantalla.

Segundo porque los elementos proyectados son capaces de interactuar con tu entorno real (las Magic Leap son capaces de escanear tu entorno para poder hacerlo). Lo que llaman realidad mixta tiene la capacidad de poder provocar la oclusión de determinados objetos virtuales cuando pasan por detrás de objetos reales. Es decir, yo puedo estar jugando con un juego de pelota (virtual) y lanzar la pelota por mi ventana. La aplicación puede ser capaz de entender que esa pelota ha pasado por un elemento real que a su vez tiene paredes y puedo dejar de verla. Para mí es totalmente increíble.

Si habéis jugado un poco a algún juego de realidad virtual sorprende la capacidad de inmersión incluso con unas grandes gafas que pesan, a veces se calientan y una pantalla cercana a los ojos. Al ratito no eres consciente de que estás en un juego. Todo influye: el entorno, los sonidos… todo es muy muy real. Imaginaros si además estás viendo tu propio mundo, pero tu mundo con objetos virtuales que lo completan. Objetos que cada vez son más reales gracias a la calidad de esas pantallas y a sus posibilidades de reacción con el mundo real.

Creo de verdad que la tecnología avanza de tal forma que dentro de poco con la realidad extendida no podremos distinguir la propia realidad de los elementos virtuales. Ahí ya pueden adelantarse algunos problemas, problemas incluso éticos.

El lado positivo es que no necesitaremos teléfonos, pantallas, proyectores u ordenadores. Podrás proyectar cualquier pantalla, de cualquier tamaño y en cualquier entorno.

El negativo… manipularlos será todavía más fácil.

Si bien es cierto que ahora las gafas que existen en el mercado son enormes, y da incluso un puntito de vergüenza llevarlas puestas, la tecnología evoluciona a pasos agigantados y dentro de poco tendremos pequeñas gafas que serán muy atractivas, incluso como mero accesorio y nos ofrecerán un nuevo mundo de posibilidades.

Podemos imaginarnos, que un poco mas allá, las pequeñas gafas darán paso a pequeños implantes, y éstos, a capacidades inimaginables en el ser humano.

Podremos compartir incluso nuestros pensamientos. Hay estudios, como por ejemplo el de una interfaz cerebro-máquina de última generación que están dando grandes pasos en este sentido. La idea principal es compartir solo los pensamientos que tú quieras compartir ¿Estamos seguros? ¿Podemos asegurar que siempre será así? Habéis visto pocos capítulos de Black Mirror si no se os ocurren mil finales increíbles, emocionantes y a su vez posiblemente algo catastróficos. Además todo esto plantea otras nuevas preguntas ¿Qué ética manejan los diseñadores de estos futuros no tan lejanos? ¿Quién es capaz de controlar las puertas traseras de las propias inteligencias artificiales… ?

En Secuoyas a cada ratito que tenemos un descanso, generamos un debate y este tema nos encanta.

Ilustraciones: Laura Morales