Sistemas de Diseño, un marco conceptual

Henar Vega
Secuoyas Experience
7 min readNov 22, 2018

Por Henar Vega Diseñadora en Secuoyas

En los últimos tiempos han cobrado especial relevancia en los contextos de diseño de producto, tanto nacionales como internacionales, los sistemas de diseño. Gracias a grandes compañías como IBM, Airbnb, Invision, Salesforce o Github este concepto ha elevado su popularidad, copando publicaciones en diferentes medios especializados, así como charlas en eventos y congresos.

Sin embargo, analizando los enfoques de las diferentes aproximaciones que hacen diversas empresas y diseñadores sobre este concepto, desde Secuoyas consideramos que no siempre se habla en el mismo plano, ni se consideran los sistemas de diseño de la misma forma. Por tanto, tomando como base nuestra propia experiencia en distintos proyectos en los que hemos podido desarrollar o trabajar con sistemas de diseño, hemos llevado a cabo un trabajo interno de reflexión y definición sobre lo que desde nuestro punto de vista son los sistemas de diseño. Hablaremos sobre qué ventajas ofrecen y cuáles son los elementos que lo componen y qué no debe olvidarse si queremos que el sistema pueda consolidarse y evolucionar con garantías dentro de las organizaciones. Pero sobre todo, trataremos de establecer un modelo que permita definir de forma sencilla los sistemas de diseño.

¿Qué es un sistema de diseño?

Quizás esta es la pregunta clave. Si buscas en Google “sistemas de diseño” (o en su versión inglesa “design systems”) encontrarás una infinidad de definiciones considerando diferentes aspectos y poniendo el foco en distintos puntos clave. Podemos decir sin temor que no existe una clara definición, ya que la comunidad de diseño no se pone de acuerdo — sic. — y utiliza el término de formas muy diversas.

Para facilitar la aproximación, podemos empezar definiendo lo que no es un sistema de diseño ya que esto está más claro. Un sistema de diseño no es un UI Kit donde se recopilan alternativas para elementos y estructuras pero sin racional, estructuración o normas de aplicación. Tampoco es un sistema de componentes creados en base a una unidad mínima que se utiliza con el único fin de homogeneizar la estética.

Si acudimos a la definición que da Invision, una de las empresas que más foco está poniendo en la temática, su Design Systems Handbook comienza con esta definición:

“A design system unites product teams around a common visual language. It reduces design debt, accelerates the design process, and builds bridges between teams working in concert to bring products to life. Learn how you can create your design system and help your team improve product quality while reducing design debt.” Design Systems Handbook by Invision.

Esta definición pone el foco principal en las ventajas de los sistemas de diseño sin entrar en detalle de una definición exacta y nos da una idea de la dificultad de hacer una definición de consenso en un párrafo.

Como iremos desvelando, en Secuoyas hemos tratado de darle forma a un modelo explicativo de los sistemas de diseño tal y como nosotros los entendemos. Y ya os podemos adelantar que entendemos que un sistema de diseño no sólo es una colección de componentes reutilizables con unas reglas de uso para la construcción de “algo más grande”, sino que va mucho más allá.

Como una breve aproximación podemos decir que un sistema de diseño parte de un sistema de componentes que permite capacitar y empoderar al equipo interno de diseño y desarrollo, pero que no debe considerarse como algo estático, todo lo contrario.

Un sistema de diseño es un elemento vivo que necesita obligatoriamente de procesos y estructuras en las que anclarse para desarrollarse eficientemente dentro de la empresa y alcanzar los verdaderos beneficios que puede aportar.

Entonces, ¿cuáles son sus beneficios?

Hablando en términos generales cuando pensamos en las ventajas que ofrece la implementación de un sistema de diseño pensamos fundamentalmente en la consistencia del trabajo realizado, pero como vemos a continuación, el listado de beneficios que puede ofrecer es bastante más amplio:

  • Produce consistencia en la experiencia ante cualquier contexto, aplicación, área o producto, ya que todos tienen las mismas bases.
  • Garantiza la coherencia a través de la definición de los protocolos de contribución de las distintas fuentes sin que se vea afectada la calidad del producto resultante.
  • Permite al equipo centrarse en aspectos de mayor valor añadido, mejorar la calidad y optimizar el resultado final, ya que se minimizan los tiempos dedicados a diseñar y/o desarrollar los elementos desde cero en cada una de las partes o productos.
  • Es el punto de referencia de diseñadores, desarrolladores y del resto de personas involucradas, de forma que no es necesario conocer cada detalle y cada rincón de los productos o de la organización, sino que se ofrece una centralización de todos los aspectos a considerar en el diseño de productos y servicios.
  • Da un lenguaje común y unas normas a todos los equipos de trabajo involucrados ya que se definen los elementos, las nomenclaturas, los procesos, las reglas, etc.
  • Favorece la colaboración interdisciplinar ya que los diferentes perfiles trabajan por hacer una definición conjunta de componentes que permitan desarrollar un producto de calidad de una forma eficiente.
  • Actúa como una única fuente de verdad que facilita la evolución del producto, ya que existe un lugar común siempre actualizado donde se encuentran las bases sobre las que seguir construyendo y desarrollando el(los) producto(s) (unique source of truth).
  • Fomenta una cultura de colaboración y mejora continua dentro de las organizaciones, ayudando en el proceso de transformación digital, así como en su consolidación.
  • Facilita que la gente pueda responder sus preguntas más allá de la hora del día, el lugar en el que te encuentres o el equipo al que pertenezcas, permitiendo conciliar el trabajo y consiguiendo equipos más eficientes.
  • Reduce los costes de mantenimiento de los productos, ya que el trabajo queda centralizado en el sistema de diseño.

Como se puede derivar claramente de estas ventajas, para permitir un desarrollo y una evolución eficiente y sólida del producto y conseguir una escalabilidad efectiva y sencilla del equipo, es necesario contar con una aproximación sistemática del trabajo y es precisamente ahí donde los sistemas de diseño cuentan con el máximo potencial.

Pero no nos equivoquemos, los sistemas de diseño no son la piedra filosofal que garantice el éxito, ya que no en todas las situaciones es la solución más adecuada y por eso es importante analizar las circunstancias de cada caso. Por ejemplo, existen proyectos limitados en tamaño o alcance que, aunque con necesidad de coherencia, no tienen demasiada proyección a nivel de escalabilidad y por tanto, se prestan mejor a una solución más limitada como un UIKit o una librería. Por otro lado, también puede existir una barrera de adopción por parte de la empresa. Ciertas compañías o proyectos no han llegado aún al nivel de madurez y evolución necesario para entender e implantar un sistema de diseño, debido a crecimientos demasiado orgánicos, como consecuencia de contar con estructuras en silos muy marcados, etc.

En cualquier caso, el objetivo final de un sistema de diseño debe ser actuar como una ayuda para desarrollar de forma más fácil, consistente, colaborativa y eficaz los productos, no para que suponga una traba a la creatividad o el trabajo, por lo que todas las partes deben estar implicadas y cooperar en su desarrollo y mejora continua.

El origen de los sistemas de diseño

Los sistemas de diseño tienen una larga historia. No es un nuevo concepto creado por un diseñador en un día inspirado que se ha hecho viral a través de las redes sociales en estos últimos años como algunos podrían pensar.

Los sistemas de diseño tienen una sólida base en La Teoría General de Sistemas desarrollada por Ludwig Von Bertalanffy en 1968, una teoría que se fundamenta en los principios básicos de la organización y que es en este terreno donde ha logrado sus mayores éxitos, aunque no exclusivamente.

La Teoría General de Sistemas afirma que las propiedades de los sistemas no pueden describirse significativamente en términos de sus elementos separados. La comprensión de los sistemas sólo ocurre cuando se estudian globalmente, involucrando todas las interdependencias de sus partes.

Cada sistema y subsistema desarrolla una serie de acontecimientos que parten con una entrada y culminan con una salida. Lo que ocurre entre la entrada y la salida constituye la esencia del subsistema y se conoce como proceso. En estos procesos se experimentan cambios y se auto-transforman los propios sistemas, por lo que se trata de un proceso sin fin que promueve la retroalimentación y el aprendizaje para la mejora continua.

Por otro lado, es también esencial considerar otra de las leyes que suelen estudiarse dentro del mundo de la experiencia de usuario, como por ejemplo la Ley de la conservación de la complejidad de Larry Tesler. Esta ley indica que no es posible reducir la complejidad de una tarea más allá de cierto punto. Una vez alcanzado ese punto, sólo es posible desplazar la complejidad de un lugar a otro.

Por tanto, si hemos dicho que los sistemas deben entenderse como un conjunto de elementos interconectados, no podemos pensar que lo que hagamos en un elemento no tenga efecto en otro, ya que la complejidad se irá trasladando entre conexiones.

Es por esta razón por lo que es crítico contar con una visión integral, diseñando un sistema global que tenga en cuenta todos los subsistemas, sus relaciones, sus contextos y los cambios que ocurren en ellos. Se busca no trasladar la complejidad de un punto a otro y por contra, abordar una aproximación holística que intente garantizar su éxito.

Como ya hemos comentado en posts anteriores, desde Secuoyas llevamos tiempo trabajando con sistemas de diseño y aprovechando los aprendizajes para reflexionar sobre un modelo que permita dar un marco conceptual de forma global, el Global Design System.

Próximamente continuaremos desgranando nuestros pensamientos, don´t miss it!

Ilustración: Madeline Honingford

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