Hablar sobre el ecosistema de emprendimiento en Colombia siempre será algo bastante complejo. A diferencia de muchos países de la región, el crecimiento y desarrollo de Colombia no depende sólo de lo que produce su capital. Si bien el aporte de Bogotá es importante (aproximadamente la tercera parte del PIB es generado sólo en la capital), existen otras ciudades que han sabido convertirse en referentes de emprendimiento para el país y el mundo. Casos como Medellín, Cali, Barranquilla, Manizales y Pereira demuestran que el crecimiento del país siempre pasará por sus regiones. Sin embargo, siempre nos ha quedado otra Colombia por explorar, aprender y conocer. Otra Colombia a la que no se puede llegar porque el ruido nos lo impide, o simplemente porque nunca fue tan atractivo de ir.
La otra Colombia: En el momento que escribo estas líneas, Colombia se encuentra en medio de una de las decisiones más importantes que debe tomar en su historia: el acuerdo para comenzar a construir una paz estable y duradera, después de casi 50 años. Así que esta entrada que escribo podrá ser una de las últimas que hable de emprendimiento en Colombia antes de este importante hecho histórico.
Lo que importa saber de este tema es que de alguna manera los colombianos hemos aprendido a vivir en medio de escenarios retadores. Quienes hayan venido a Colombia en los últimos años, se habrán sorprendido al encontrar ciudades que reflejan prosperidad y crecimiento y es difícil pensar que existe otra realidad con muchas problemáticas de seguridad, eso sucede simplemente porque existe una lejanía entre la Colombia desarrollada económicamente y la Colombia menos favorecida.
No vendrán días fáciles, no todo será abrazos y felicidad, lo que sí nos queda es una gran tarea histórica por cumplir y con este prometedor cambio, sobran las razones para tener esperanzas en que el panorama mejorará. ¿En qué podrán trabajar los emprendedores del mundo para ayudar a que este hermoso país sea siempre un sitio de paz? Aquí hay una pequeña lista de los retos en áreas específicas, que de ser resueltos, contribuirán al crecimiento sostenible e innovador de Colombia:
Agrotech: Varias veces se ha dicho que Colombia es uno de los países llamados a ser la despensa de alimentos del mundo. Lamentablemente la productividad agrícola colombiana es bastante baja, alrededor de 5 veces menor que la de Estados Unidos. En otras palabras un campesino estadounidense obtiene los mismos resultados que cinco de sus pares colombianos. Colombia lleva aproximadamente 90 años intentando realizar una verdadera transformación en el campo, con el término del conflicto esperamos que las condiciones estén dadas para que así suceda. El Gobierno Nacional se ha comprometido a realizar fuertes inversiones para el mejoramiento de la infraestructura, lo cual generaría las condiciones necesarias para que el campo sea nuevamente un sitio atractivo para la inversión y el desarrollo de nuevos negocios que solucionen problemas de clase mundial. El rol de la tecnología será fundamental para lograr este propósito, tanto para tecnificar el campo como para ayudar a la titulación de millones de hectáreas de tierras agrícolas que pasarán a manos de los campesinos más pobres para así evitar la alta concentración de tierra en pocas manos.
Educación: Uno de los principales generadores de desigualdad en Colombia radica en la enorme diferencia de calidad de educación otorgada en distintos sectores de la sociedad. Hasta que no se generen esquemas de educación de buena calidad para todos los colombianos la ilegalidad, que trae dinero fácil, siempre será una opción de vida para quienes tienen menos oportunidades. La educación técnica, cada vez más necesaria, debe ser altamente reforzada para así ser fuente del capital humano necesario para construir grandes empresas, siempre y cuando dicha educación técnica sea bien remunerada y obtenga un mayor capital social tal y como sucede en otros países.
Turismo Inclusivo: Llegó la hora de conocer ese otro país que ha estado escondido, acurrucado por las balas y alejado de las oportunidades de las que otros hemos gozado. Seguro ciudades como San Andrés, Cartagena y Medellín son maravillosas, pero en este diverso país existen varios diamantes en bruto listos para generar las capacidades necesarias y abrirle sus puertas al mundo bajo esquemas de turismo responsable. Muy pronto estaremos hablando del Chocó y todo el Pacífico Colombiano, Vichada y la Orinoquía, Caquetá, Huila, Cauca, Guaviare y Putumayo.
FinTech: Son necesarias diversas soluciones financieras para una gran masa no bancarizada aún. Las posibilidades de utilizar Blockchain en diversos sectores son ilimitadas, además de esto habrá que desarrollar nuevos vehículos de financiación para apoyar el crecimiento de empresas al mismo tiempo que los flujos de dinero se tendrán que dar de forma más ágil y con menos intermediaciones.
Industrias Culturales: Aunque ya habíamos mencionado al turismo, las oportunidades para el arte, el entretenimiento, la gastronomía y el diseño también serán amplias. Estas industrias apalancadas en su origen creativo permiten una mayor comprensión e impacto multicultural. Las industrias culturales tienen el poder de ser un puente de conexión entre distintas culturas. El reto de las industrias culturales será precisamente poder enlazar diversas culturas sin que éstas pierdan sus bases fundamentales y por el contrario, crezcan y se nutran de dicha relación intercultural.
Tal vez cada uno de estos retos parece ser titánico, podemos decir entonces que somos una generación afortunada que espera estar a la altura de las circunstancias para así darle fin al capítulo más triste de nuestra historia y comenzar a escribir la página de la paz, del fin de la desigualdad, de la educación, del campo, del verdadero emprendimiento, de las oportunidades.
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