¿Por qué gestionar la seguridad de los trabajadores en sus desplazamientos internacionales?
Hay un sencillo razonamiento matemático que explica el motivo por el que, si nos fiamos de la intuición, llegaremos siempre a la conclusión de que las «cosas» le ocurren a los demás. Es un concepto interesante y muy aprovechable, pero antes de llegar a él, me gustaría contar la historia de dos empresarios españoles. Así es nuestro método de formación, lo llamamos el método Kletz en recuerdo de Trevor Kletz uno de los ingenieros que más ha aportado a la seguridad de los procesos industriales. Fue el creador del concepto de seguridad inherente y de herramientas, universalmente utilizadas, como el Hazop.
Kletz decía que: en nuestra cultura son los relatos sobre hechos reales los que nos implusan a cambiar nuestro comportamiento y nos permiten recordar las normas de seguridad, con mucha más eficacia, que códigos, reglas y procedimientos. Se trata de pura lógica, los relatos han sido durante mucho tiempo el único vehículo para la transmisión del conocimiento y todavía sigue funcionado.
Tras el largo preámbulo, comenzamos.
Miguel Ángel
La primera historia es la de un empresario español de 39 años, propietario de un próspero negocio que gerencia y por el que debe viajar frecuentemente a países sudamericanos. Acostumbrado a viajar, toma precauciones básicas como la vacunación contra algunas enfermedades endémicas en sus destinos habituales.
Durante una estancia en Perú, un par de días antes de volver, comienza a encontrarse mal. Fiebre y malestar general y, aunque la fiebre aumenta, prefiere aguantar un poco y acudir al médico en España. Una vez en casa, decide posponer la visita al médico y disfrutar de la familia. Sigue con fiebre y el domingo por la tarde se desmaya en el salón de su casa. Es trasladado al hospital en coma y muere unos días después.
Conocido el desenlace, la actitud de Miguel Ángel nos parece temeraria pero si somos realistas, muy probablemente, nos podemos sentir plenamente identificados con él. No hizo nada que nosotros no hubiéramos hecho en determinadas circunstancias. Los que viajamos, por motivos profesionales, sabemos que tanto durante como después de un viaje hay muchos asuntos que nos acucian, tanto en el trabajo, como en nuestra vida personal y, si no disponemos de una sistemática de gestión de riesgos personales, es fácil cometer errores.
Miguel Ángel dejó esposa y dos hijos, su fallecimiento se recogió en un par de diarios locales que, en la descripción del suceso, indicaban como hecho relevante una picadura en el dedo. Al periodista le pareció relevante pero, todo viajero sabe, que lo raro es no volver lleno de picotazos de un país tropical.
Roque
La siguiente historia es la de un joven empresario de 29 años, propietario de un negocio que, en este caso, requería de su presencia en Angola. Próxima la finalización de una estancia en Luanda, decide salir a cenar con un amigo y un socio local. Al llegar al aparcamiento, un grupo de jóvenes les dan indicaciones para aparcar. Al salir del coche, el mismo grupo de jóvenes los rodean y les exigen el dinero que llevan encima. Uno de ellos, que les encañona con un arma de fuego, interpreta como amenazante la actitud de Roque que recibe un disparo en la cabeza.
Cuando se produce una muerte violenta es muy difícil establecer una causa única. A veces, se trata solo de la fatalidad, hay ocasiones en las que los delincuentes son tan poco duchos en el uso de las armas que simplemente se les escapa un tiro. Sin embargo, hay unas reglas sencillas que disminuyen mucho el riesgo.
Nuestros viajeros estudian videos que muestran la violencia de las reacciones de los delincuentes y los errores más habituales en el trato con ellos. En el curso de certificación en autoprotección para viajeros, el alumno ve morir a tres personas que comenten errores durante un robo, el objetivo es grabar reacciones automáticas en el alumno, que neutralicen las posibles respuestas agresivas de los delincuentes. No se puede garantizar, al cien por cien, un resultado favorable pero hay formas de disminuir notablemente el riesgo.
Roque era una persona muy conocida y su muerte fue noticia dos días. Cualquiera de nosotros podríamos haber reaccionado como él, los países se vuelven más peligrosos conforme más los conocemos, porque bajamos inconscientemente nuestro nivel de alerta, este es el motivo por el que recomendamos revisar los procedimientos de seguridad a partir de la tercera visita a una zona.
Conclusión
Creo que la pregunta de la cabecera ya ha sido respondida. Todos los que viajamos estamos expuestos a que nos ocurra lo mismo y protagonizar un día una escueta noticia en el periódico local.
En cuanto al razonamiento matemático, se trata de un problema de tamaño, Emilio Castejón lo explica mucho mejor, en esencia: la mayoría de los españoles trabajan en empresas de pequeño tamaño, lo que provoca una frecuencia muy baja de accidentes por empresa. De ahí, la sensación de «cosa» ajena.
En el caso de los desplazamientos internacionales, la situación se agrava, ya que, el número de personas que se desplazan es aún más pequeño. El resultado es un goteo continuo de víctimas que podría ser fácilmente evitado mejorando la información y la formación que reciben y habilitando dos sencillos protocolos para la preparación del viaje y para la respuesta a incidentes.
Este artículo es un homenaje a todas las personas que como Miguel Ángel y Roque han perdido la vida realizando una importante tarea para la economía y el desarrollo de nuestro país. Por ellos, y por sus familias, nuestro respeto y oraciones.
Jesús Belenguer dirige el equipo que diseñó el Protocolo Mercurio que es el sistema de gestión de la seguridad personal de trabajadores desplazados a países lejanos más implementado en las empresas españolas. Comparte sus ideas en Medium desde abril de 2015.
